ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ
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El día siguiente amaneció con un aire de expectativa que podía sentir en cada fibra de mi ser. Aunque la situación económica del Reino de Portugal estaba lejos de ser ideal, la incertidumbre no era suficiente para detener los planes de nuestro matrimonio. La decisión de continuar con la boda, a pesar de todo, solo reforzaba mi determinación y amor por ella.
Llegada la tarde, nos dirigimos a la residencia de mis padres. Sentía su mano un poco temblorosa en la mía mientras caminábamos hacia la imponente mansión de mi familia, pero cuando me miró, con esos ojos llenos de determinación, supe que estaba lista para enfrentarse a cualquier desafío.
Al cruzar el umbral de la mansión, fuimos recibidos por los criados que nos guiaron al gran salón. Ahí, mis padres nos esperaban, su presencia llenando la habitación con una mezcla de autoridad y calidez. Mi padre, con su semblante serio y esos mismos ojos que heredé, se levantó al vernos entrar, seguido por mi madre, cuya sonrisa siempre había sido mi ancla en los momentos difíciles.
—Padre, Madre —Dije con respeto—, me complace presentarles a la mujer con la que deseo pasar el resto de mi vida.
Pude ver cimo intercambiaban una mirada sutil, una mezcla de aprobación y curiosidad. Mi madre, siempre con un toque de dulzura en su tono, fue la primera en hablar, dándole la bienvenida con una sonrisa cálida que parecía calmar un poco sus nervios.
La conversación que siguió fue tan fluida como había esperado. Hablamos sobre los planes para la boda, sobre cómo, a pesar de las dificultades económicas, el evento sería un símbolo de esperanza y fortaleza. Mis padres estaban completamente de acuerdo, insistiendo en que esta unión no solo nos fortalecía a nosotros como pareja, sino también a nuestras familias y, en cierta forma, al reino mismo.
Cuando la reunión llegó a su fin, supe que todo había salido como debía. Vi la aceptación en los ojos de mis padres, y eso me dio la certeza de que estaba en el camino correcto.
Al salir de la mansión, tomé su mano con firmeza.
—Te lo dije —Le susurré con una sonrisa—, mis padres te adoran.
Me devolvió la sonrisa, con una expresión que mezclaba alivio y felicidad.
—Y yo a ellos —Respondió, y esas simples palabras me hicieron sentir más orgulloso de ella que nunca.
La llevé de regreso a la mansión de su familia, y mientras el sol se ponía, bañando el cielo en colores cálidos, nos detuvimos antes de llegar a la puerta. La luz del ocaso hacía que todo se viera más claro, más real.
—Mañana será nuestro gran día —Afirmé, mi voz llena de promesas y esperanzas.
—Sí, mañana —Repitió, y en su tono supe que compartía cada uno de esos sentimientos.
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Seductora De Corazones © KIM TAEHYUNG
RomanceEn una época del Renacimiento donde el intelecto y el encanto son armas poderosas, 𝗣𝗮𝗿𝗸 𝗝𝗶𝗵𝘆𝗲, una joven de diecinueve años, se embarca en un cautivador juego de seducción. Sus tres pretendientes, cada uno con un rol crucial en su vida, cae...