Capítulo 28: En casa

76 9 123
                                    

"And together we'll fly, I'll give you my heart

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"And together we'll fly, I'll give you my heart. 'Cause no place too far for us, we don't need it..."

"Y juntos volaremos, te daré mi corazón. Porque ningún lugar está demasiado lejos para nosotros, no lo necesitamos..."

-Fly away/Michael Jackson

Marissa

La ciudad de Chicago nos recibía de vuelta con su familiar bullicio y paisaje urbano, eran casi las cuatro de la tarde cuando llegamos y el cambio de horario me tenía destruida otra vez, pero había valido toda la pena del mundo y si la ocasión de hacerlo de nuevo se presentaba otra vez, no dudaría ni un segundo en tomar la oportunidad. Había sido maravilloso.

Oscar y yo disfrutábamos de una acogedora calma sentados en los asientos traseros del taxi que llevaba dirección a mi casa. Iba recostada en su hombro y él me abrazaba por la cintura.

—Nunca me voy a cansar de agradecerte por este viaje, fue maravilloso. En todo sentido. Y adoro tener tantas maneras de recordarlo, como esta, por ejemplo —sonreí, señalando la pashmina lila que me había regalado, me la había puesto al bajar del avión, estaba siendo una tarde bastante fría ese día.

—Y yo jamás me voy a cansar de agradecerte que me hayas acompañado a pesar de la situación que se presentó en ese momento. Y creo que también debería agradecerle a tu madre, espero poder encontrar pronto una manera de decirle que gracias a ella pude demostrarte lo mucho que te amo —sonrío al ver que le mostraba la pashmina y asintió, dejándome un mechón de cabello detrás de la oreja—, y ¿qué te puedo decir? Ese color te queda precioso, hace resaltar tu piel.

La forma en que me veía, Dios mío, creo que en toda mi vida nadie jamás me había descubierto con una mirada tan brillante como la de él esa tarde. ¿Cómo era posible que este hombre fuera real? ¿Cómo? En ese momento me sentí tan agradecida, tal vez todos los malos momentos que había pasado eran para conducirme a los brazos de Oscar, tal vez. Esperaba que así fuera. Ya no había espacio en mi mente para la idea de tener que estar lejos de él.

—No termino de acostumbrarme a que me hables de esa manera tan dulce. Me encanta, pero al mismo tiempo no sé cómo reaccionar porque jamás me habían dicho cosas como esa...

—Bueno, creo que es lindo que no te acostumbres, así puedo seguir viendo ese hermoso sonrojo en tus mejillas cada vez que te digo algo así —sonrió, tocándome la punta de la nariz con su dedo.

—¡Y lo sigues haciendo! —reí, cubriéndome la cara caliente por el rubor, haciendo que Oscar soltara una carcajada.

—Y tú sigues siendo igual de preciosa —habló entre risas, tomándome de las manos para descubrir mi rostro, acercándose para darme un beso tierno en los labios y luego, noté que miró por la ventana de mi lado—. Mira, creo que ya llegamos o eso creo, el conductor ya se detuvo.

¡Amor de-sastre! (Oscar Isaac y tú) [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora