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Natalia:

Otro día más en la villa, al fin y al cabo, fue una buena decisión haber venido, a pesar de la presencia de Héctor.
Bajé a la piscina con el pijama y una cara de recién levantada para ver dónde estaba todo el mundo. Y no había nadie. Le escribí a mi amiga Julia y me dijo que estaban en un supermercado comprando.

Me senté en el sofá con un paquete de palomitas mientras veía una serie que echaban en la tele.

-¿Palomitas? ¿Ahora?-Dijo Héctor entrando al salón, sus rizos estaban despeinados y llevaba tan solo unos pantalones del Barça.- ¿Y los chicos?

-Se han ido a comprar.-Dije seca. La pelea de ayer en el paseo marítimo aún seguía en mi mente.

...

Después de que llegarán el resto, fuimos juntos a la playa, después de comer.
Las chicas tomamos un poco el sol. Mientras los chicos jugaban al fútbol en la arena.

-¡Pedazo vagas!, ¡venir a jugar!-Nos gritó Fermín.

Nos levantamos para jugar con ellos e hicimos equipos.
Me tocó en el equipo de Héctor por desgracia.

-¡Eres gilipollas! ¡Me la hubieras pasado y hubiera metido gol!

-¡Anda qué dices! ¡Si la fallarías seguro!

-Sí claro, paso de jugar.

-Eres una picada.

-Que sí, lo que tú digas.

...

Héctor:

Me encontraba preparando la cena junto a Marc, hoy cenaríamos pizza, y mañana iríamos a hacer senderismo por la montaña.
Mientras, las chicas estaban buscando una película para poder ver todos. Decidimos que, por obligación de las chicas no veríamos ninguna de miedo, pero por nuestra parte, dijimos que tampoco una romántica.
Así que supongo que buscarán alguna de comedia.

-Tío, yo creo que esto ya está.-Me dijo Marc.
Habíamos hecho tres pizzas, porque aquí la gente come mucho.

Sobretodo mi amigo Lamine.

-No sé bro. Sácala mejor, a ver si se va a quemar.-Hablé sin mirarlo, estaba muy ocupado preparando otra pizza.

Una vez se hicieron todas nos sentamos en el sofá a comerlas y ver la serie. Me senté entre Lamine y Pau.

-¿Enserio? ¿Padre no hay más que uno?-Pregunté.

-¿No había otra más infantil?-Rió Marc.

-La hubiérais buscado vosotros, ¡quejicas!-Se ofendió Julia.

-Tranqui, tranqui, Paqui.-Dijo Lamine intentado hacer gracia.
Natalia rió.

-Eso no rima, Lamine.-Dijo Julia seria.

Pusieron la película.

Cogí el último trozo de pizza, pero Natalia ya lo había cogido también.

-Yo lo he cogido primero.

-Mentira.

-Héctor, suéltalo.

-No.

-Héctor.

-Que no, que esta me la como yo. Te has zampado tú toda la pizza.

-¿Pero qué dices? ¡No me he comido ni una entera!

-Hombre, si te parece te preparo a ti dos pizzas.

-Venga Héctor, dámela a mí.

-Ya empiezan estos dos, mejor nos vamos.-Dijo a mi lado Pau.

-Sí, yo también me voy, para ti toda, niñata caprichosa.-Dije levantándome del sofá y yendo para fuera.

-¡Niñato tú!

Vaya niña chica era, Dios mío.

Al día siguiente, me levanté y bajé abajo a desayunar, Natalia estaba en la cocina preparándose un zumo. Lo echó en un vaso, y antes de que le diera tiempo a bebérselo, lo cogí yo.

-¿Pero qué haces?-La cara de Natalia recién levantada y a la vez enfadada me hacía gracia.-Me lo iba a beber yo.-Dijo y yo me encogí de hombros.

-Tú ayer te comiste la pizza.

-Pff, vaya rencoroso eres.-Giró los ojos.

Le dejé de vuelta su vaso con un poco de zumo.

-Que asco, está chupado por ti.-Lo puso en el lavavajillas.

-Como si no hubieras probado mis babas.-Hablé con ignorancia saliendo de la cocina.

Al llegar al jardín con un paquete de galletas que había cogido del mueble, vi a todos jugando en el agua.

-¡Qué pasa tío! Por fin te levantas.-Gritó Pau y yo reí

EN LA MISMA VILLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora