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Natalia:

Lo dejé sentado en el sofá del reservado para ir a buscar a alguno de los chicos para que se ocupara de él. No los encontré, por el ruido de la gente y la música, salí fuera para poder llamarlos, una idea bastante tonta puesto que no escucharían sus teléfonos.

Después de bastante rato buscándolos decidí volver al reservado, rezando porque Héctor siguiera allí.

Efectivamente, seguía allí.
Sabía que lo tenía que sacar de la discoteca como sea, si no, acabaría peor y mañana tendría más resaca de la que ya va a tener, pero no quería sacarlo yo, yo quería seguir disfrutando la noche.
No me quedó de otra que sacarlo de allí, agarrándolo del brazo para que no se cayera. Al salir me paré a pensar en cómo lo llevaría a casa si no tengo carnet, tampoco tengo las llaves del coche de Marc o de Fermin para meternos dentro a esperarlos y por si fuera poco, ninguno me cogía las llamadas.
Héctor seguía muy alocado y con ganas de fiesta por lo pasado de copas que estaba.
Decidí alejarme un poco de la discoteca para que el ruido se calmara y Héctor también.

Lo senté en el suelo apoyado en una pared y yo me senté al lado.

Miraba mi móvil esperando a que me contestara alguno, eso no pasaría. Escuché un ruido y miré a Héctor, estaba vomitando en medio de la calle.

Pobre...¡CALLA!

Me puse de rodillas mientras él seguía vomitando, me llevé las manos a la cabeza sin saber qué hacer. Se le veía mala cara, no bebía a menudo, de hecho, podría jugar que es la primera ver que lo hace.

Un poco después paró y yo me tranquilicé un poco. Eran las dos de la mañana y los chicos aún no salían, no podía entrar a buscarlos y dejar a Héctor solo.
Así que decidí llevarme a Héctor conmigo a dentro de la discoteca para buscarlos.
Entramos y no había ni rastro de ellos.
Yo le sujetaba la mano a Héctor para que no se perdiera.

-¡Hola! ¿Cómo te llamas?-Preguntó un chico rubio que me cogió de la cintura. En cuanto Héctor se percató de eso decidió estropear más la situación.

-No te importa como se llame, vete de aquí si no quieres que te parta la cara.-Habló Héctor serio.

-Chaval, tranquilo, solo la quiero un momento, ¿no puedo?-Miró con superioridad a Héctor, éste apretó la mandíbula y cerró los puños apretando más mi mano.

-Héctor, vámonos ya, no te conv-.

El puño de Héctor se estampó en la cara del chico. Cuando pensaba que la noche no podía empeorar, empiezan a pelearse.
No sabía qué hacer, no tenía suficiente fuerza para separarlos, nadie lo hacía, no podía ir a buscar a los chicos y dejar a Héctor solo.

Por fin, un rayo de Sol apareció. Fermin acompañado de Marc sacaron a Héctor fuera para tranquilizarlo, tenía toda la nariz y el labio sangrando.

-Está borracho. -Expliqué a ellos y resoplaron. Me llevé las manos a la cabeza mientras daba vueltas en la salida de la discoteca. La nariz de Héctor sangraba bastante, pero según Marc "no lo suficiente para llevarlo a urgencias", así que volvimos a casa. Le puse un algodón a Héctor en la nariz para que dejara de sangrar

-Solo quería hacerme el chulo delante tuya, lo siento.-Habló Héctor mientras yo le colocaba el algodón en ma nariz.

¿Para hacerse el chulo delante mía?

Su confesión me sorprendió bastante, pero como estaba borracho, no le hice mucho caso.

Al segundo de llegar a su habitación él se quedó dormido, ni siquiera se había puesto el pijama o algo cómodo. Inconscientemente le empecé a acariciar el pelo.
Me encontré sentada en su cama acariciandole ahora la mejilla. Hasta que Pau me volvió a la realidad.

-Oh, no sabía que estabas aquí.-Dijo él entrando a la habitación.

-De hecho, me voy ya.-Le dediqué una sonrisa y miré a Héctor dormido tranquilamente antes de salir de la habitación.

EN LA MISMA VILLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora