13

2.2K 118 32
                                        

Natalia:

La luz dio en mi cara e hizo que poco a poco abriera los ojos, miré a mi alrededor, estaba en la habitación de Héctor, la ropa que nos sobró anoche está tirada por partes del suelo, giro la vista para poder mirar a Héctor, él tiene un hombro que me rodea, está boca abajo y seguía dormido.

Y muy guapo por cierto.

No lo podía creer.

Me había besado.

Y me había gustado.

Más que la última vez.

Lo hicimos por primera vez.

Y ojalá repetirlo.

Miré de nuevo a mi alrededor, el condón de anoche estaba tirado en el suelo.

Pensé en todas las cosas que había dicho ayer, me había abierto con él-y no solo en la cama-, había expresado lo que tanto me costaba aceptar, no quería volverlo a perder. Lo hice una vez, y me arrepentiré el resto de mi vida, aquel día, en aquella habitación, debía haberle dicho lo que realmente sentía: estaba enamorada de él y no de Matías.
Pero no era lo suficientemente valiente como para decirlo, ayer, dudé que lo fuera, pero aún así lo hice.
Llevaba tanto tiempo, desde que empecé a salir con Matías exactamente, negándome a ver esta realidad que ya la habían visto todos. Era demasiado obvio que una parte de mí seguía sintiendo cosas por Héctor, y eso me hace pensar en lo mala persona que soy, realmente Matías se merecía alguien mejor.

Buena excusa para dejarlo, por cierto.

Me aferraba tanto a Matías, a escuchar a mi mente, que no dejaba sentir a mi corazón, y ese ha sido el error, el error que ahora estaba asumiendo, pero que ahora, por fin había logrado superar. Quizás anoche fui demasiado expresiva, o tal vez, debería haberlo sido más, de hecho, me callé bastantes cosas que pensaba solo por no arruinar mi reputación.

Mis pensamientos no sólo se centraron en lo que hablamos ayer, también en lo que hicimos. Creo que jamás aceptaré lo que pasó anoche. Un pequeño nudo en la garganta se formó en cuanto pensé que, quizá, estaría arrepentido.

Si lo estaba, que se jodiera.

Aunque normalmente me haga la dura, Héctor sabe que soy insegura, lo que no sabe, es hasta que punto.

Sin pensar más, lo desperté.

-Héctor, Héctor, ¡despierta!

-Mmm...-Gruñó.

Movió la cabeza dándome la espalda y frunció el ceño.

-¡Héctor!-Chillé, sentándome en la cama, él pegó un respingo.

-Joder, ¿qué pasa?

-¿Tú...te arrepientes de lo de anoche?

Si no se lo llego a preguntar, probablemente acabaría en un ataque de ansiedad, lo primero que he hecho al despertarme es recordad la-maravillosa-noche de ayer, pero también, pienso que quizás él, se arrepintió de algo y solo lo hicimos por "impulso".

Rió irónicamente.

-¿En serio lo preguntas?-Sonrió achinando los ojos. Yo seguía esperando una respuesta firme. Al ver que no me inmutaba, decidió aclararlo.-No. Jamás. -Carraspeó.-De hecho, ha sido la mejor noche de mi vida.

Suspiré aliviada.

-¿Y tú?-Preguntó, ahora él.

-Tampoco.-Me puse roja y el sonrió de ternura.

Él se puso unos pantalones y bajamos abajo.

Genial, un interrogatorio.

-¡Tía ven aquí!-Me llamó Carmen que me sujetó el brazo para sacarme afuera, miré a Héctor, él se iba con los chicos sonriéndome.

-¡TÍA!-Gritó Julia tan fuerte que casi me revienta el oído.-¿POR QUÉ HAS APARECIDO ACOSTADA EN LA CAMA DE HÉCTOR?

-No grites...-Miré al suelo.

-¿Qué pasó?-Preguntó, más tranquila Carmen.

-Lo hicimos...-Confesé.

-¿QUÉ?-Volvió a gritar Julia.

-¿Habéis follado?-Dijo Carmen con una sonrisilla.

-Aggh, no lo llames "follar", yo lo llamo, "hacer el amor".-Sonreí divertida.

-Es lo mismo.-Puso los ojos en blanco, Julia.-¿Estáis saliendo?

-No...

-¿Has dejado ya a Matías?

-No...

-¿Osea os habéis acostado, teniendo tú, un novio, y, encima, Héctor no te ha pedido salir?

-Ajá...

-¡Me encanta!-Gritó ilusionada Julia.-La trama se va a volver más interesante.-Tocó las palmas emocionada.

Me pasé las manos por la cara, frustrada.

¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? ¿Dejar a Matías?

Eso deberías haberlo hecho desde que viniste de vacaciones a la villa...

Con Matías, llevaba ya unos meses,  era todo perfecto al principio, pero en cuanto vine aquí, ha empezado a ser un sobreprotector que intenta controlar todo lo que hago en mi día. Y es que, puedo entender que es difícil para él, llevamos bastante tiempo sin vernos, aunque hacíamos videollamadas y nos mandábamos mensajes a diario, obviamente no era lo mismo. Además de que últimamente, estaba ignorando sus llamadas, cada vez que hablábamos era otra pelear, aún peor, cuando se enteró que Héctor también estaba en esta casa.

Héctor me dejó claro ayer lo que yo significaba para él, yo también lo hice, así que estoy más que segura, que esta vez, sí que íbamos en serio, lo mejor sería dejar a Matías, ¿no?

Pensé que dejar a Matías por mensaje sería demasiado penoso y egoísta por mi parte, así que le dejaría todo claro en cuanto lo volviera a ver.

Fui a la cocina a por algo para desayunar y estaba Héctor, en cuento entré, me encontré a Marc saliendo de ella, el cual me dio una sonrisa para después mirar a Héctor.

-Buenos días.-Me tendió una tostada con mermelada que había en un plato.

-Hola.-Me apoyé en la encimera que ayer dio comienzo a todo.-¿No crees que debemos hablar?

-Creo que ya hablamos bastante ayer.-Rio.

-Enserio.-Intenté parecer seria.-Sigo estando con Matías.

-Wow, gracias por recordarlo, casi había olvidado que me había tirado a una chica con novio.-Rio de nuevo, esta vez ironizó.

-Pienso dejarlo, ¿vale?

-Está claro, lo que no sé es por qué no lo has hecho antes.

Yo tampoco lo .

No sabía cómo seguir la conversación así que me limité a comer la tostada que me dio, esperando a que él la siguiera.

-A la tarde haremos tirolinas.

-¿QUÉ?-Me atraganté.

-Tranquila.-Rio.-¿Te dan miedo?-Hizo un puchero riéndose de mí.

-Obviamente no.

-Cuando llegue el momento confirmaré que mientes.

-No miento.

-¿Qué te apuestas a que sí lo haces?

-Si me tiro por la tirolina, me llevas a comer por la noche.-Propuse y él asintió.

-Si no lo haces, tendrás que dejar a Matías.-Me señaló con el dedo.
Lo iba a hacer igualmente así que acepté.

EN LA MISMA VILLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora