EN LA MISMA VILLA

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Habían pasado unos días desde que Matías se presentó en la villa. Desde entonces, hay un silencio que nos invade a todos cuando compartimos actividades como cenar, almorzar,..Nuestro verano estaba terminando, dentro de poco la pretemporada empezaría para los chicos, aunque la nuestra empezaba unas semanas más tarde que la de ellos queríamos estar preparadas, además, Julia debe empezar con su recuperación cuanto antes, se lesionó en uno de los últimos partidos de la temporada pasada, y debe prepararse también para poder incorporarse al equipo cuanto antes. Yo ya tenía las maletas hechas lista para cuando nos vayamos dentro de unos días. Desde que Héctor y yo nos besamos aquella noche me he mudado a su habitación y Cubarsí a la de Julia, no tengo muy claro qué son ellos, solo sé que algo hay, así que salimos ganando los cuatro. Me lo había pasado genial estás semanas que había pasado aquí, cuando vine no imaginé que me podría ir de aquí tal feliz, aunque realmente creo que mi felicidad se debe a que Héctor y yo nos hemos reconciliado, aunque aún no sabemos qué somos, como antes. Tengo miedo de perderlo por un error de cualquiera de los dos. Nuestra última actividad antes de marcharnos era ir a una cala donde hay peces que tenemos pensado ver, y ya mañana, nos quedaríamos disfrutando de la piscina.

Estaba tumbada en la cama pensando en lo que pasó con Matías y todo lo que me dijo Héctor aquella noche, él estaba tirado en la cama junto a mí mirando su móvil.

-Me iré a Estados Unidos para la pretemporada y debería de tener la maleta ya hecha.- Me informó.

-Si es que eres un desastre.- Reí y me levanté de la cama para ponerme el bañador e irnos cuanto antes a la cala.

Fui al baño y me cambié, en cuanto entré en la habitación de nuevo, Héctor ya tenía el bañador puesto, y a punto de ponerse una camiseta. No lo iba a negar, Héctor estaba tremendo, y eso lo sabía desde que lo conocí, hace muchos años, aunque nunca lo quería aceptar. Se giró en cuanto notó mi presencia y me sonrió.

-¿Os queda mucho?-Gritó desde abajo Marc.

-¡Ya vamos!-Grité poniéndome las sandalias.

Marc era el que había organizado esta actividad, en un principio nos quedaríamos en la piscina, pero a Marc le confirmaron que lo ficharían para el Chelsea y se iría de Barcelona en pocos días, cuando volviéramos de la villa, anoche fue una noche bastante desagradable para todos, cuando Marc nos contó todo, aunque al parecer Héctor y Carmen ya sabían que se Marc se lo estaba planteando. Creo que anoche fue la primera vez que vi a Lamine en otra expresión que no fuera una graciosa o feliz. Al principio me tomé bastante mal la decisión de Marc, también es mi amigo, lo conozco desde hace mucho y lo echaré de menos, aunque, como todos, claro. Fue Héctor el que me convenció anoche en la cama antes de dormir de que era su decisión y de que mientras él fuera feliz allí todo estaría bien. Aunque a mí me parece una falta de respeto hacia el club que lo va criado y enseñado todo lo que sabe, el Barça, pero como me dijo Héctor, esto es decisión suya, y lo apoyaremos.

Llegamos a la cala en los coches de Julia y Fermin que eran los que tenían el carnet, estaba cerca de la villa así que no tardamos mucho en llegar, por suerte no había mucha gente aunque se empezó a llenar en un instante, el agua estaba cristalina, se veían los peces pequeños nadando.

Al salir del agua me recosté en la toalla y vi que mi madre me llamaba.
Hablé con mi madre hace unos días sobre cuando volvería, ella estaba muy ausente en casa por el trabajo en verano, así que mi hermano se iba con nuestra tía, le conté todo lo que estábamos haciendo estos días por aquí, también le conté sobre Héctor y yo, siempre he tenido mucha confianza con ella, es una de mis mejores amigas, aunque, obviamente, me he saltado la parte en la que él y yo nos acostamos, si se lo dijera a mamá me mataría.

En la llamada hablamos sobre cuándo volvería a casa, y después colgé para poder meterme al agua otra con Héctor, el cual me llamaba desde allí.