07

1.8K 101 11
                                    

Natalia:

Era por la tarde, me estaba curando las heridas del otro día antes de vestirme. Iríamos a un restaurante, pero antes, queríamos ir a la playa para montar en motos de agua y canoas.

Me puse mi bikini azul, que dejaba poco a la imaginación, y salimos.

Al llegar a la playa, vimos que las canoas eran de cuatro, organizamos como nos  pondríamos, Héctor, Marc, Carmen y yo, iríamos en una. Lamine, Fermin, Pau y Julia en otra.

-Vale, cuando Natalia y yo rememos, vosotros lo hacéis a la vez, si no, nos caemos.-Explicó Carmen como si supiera de qué va esto.

Empezamos a remar y Marc estaba de cachondeo con Héctor. No lo estaban haciendo bien y nos caeríamos.

-Chicos, no me quiero caer. Gracias.-Me giré para mirarlos y ellos empezaron a reírse más fuerte.

Le pegé una torta floja en el brazo a Héctor, y al segundo siguiente, estábamos todos en el agua y la canoa se había dado la vuelta.

-¡Mira qué bien! ¡Al final nos henos caído por tu culpa!-Gritó Héctor intentado poner la canoa bien de nuevo.

-¿Mi culpa? ¡Si no te lo tomaras a cachondeo...!-Dije enfadada mientras nadaba.

-¡Sí tú no me hubieras pegado!

-¡Te he pegado flojo! Y con razón.
No parabais de reírse.

-Risa me da tu cara ahora mismo.-Estalló a reírse, y cuando llamó la atención de Marc, se encontraban los dos a carcajadas.

Miré a Carmen pidiendo explicaciones.

-Tienes un alga en toda la frente.
-Ella no aguantó tampoco la risa.

Me cogí el alga, asquerosa y se la tiré a Héctor.

-¿Qué haces? ¿Quieres que nos caigamos más abajo del agua?-Se rieron los dos graciosillos.

Me intenté montar en la canoa pero no pude, se volvieron a reír.

-Que graciosos estáis hoy, ¿no?

Héctor:

Después de una tarde más que divertida chinchando a Natalia con Marc, estábamos de vuelta en la villa. Natalia estaba tan enfadada que ni me miraba.
Y eso me causaba más risa. Me puse unos vaqueros negros y una camisa del mismo color, con los zapatos blancos y relucientes.

Entré al salón después de echarme colonia. Ya estaban todos listos menos Fermín.

Mientras él bajaba, yo observaba a Natalia, la cual estaba mirando su móvil y conversando con sus amigas sobre qué tiktoks podrían hacer.

Chicas.

Llevaba unos pantalones cargo beige, arriba, un top blanco sin mangas. Su pelo liso se recogía en un moño bajo mal hecho.

Se levantó para hacer tiktoks con sus amigas y echarse fotos. Una vez bajó Fermín nos fuimos al restaurante. Camino hacia allá no podía dejar de mirarla, creo que se dio cuenta y cada vez que cruzábamos miradas ella apartaba la vista y fruncía el ceño.

-Chaval, ¿te gusta o no?-Preguntó Fermin a mi lado, yo me encogí se hombros y él solo rió.

Nos sentamos en una de la terraza del restaurante. Pedimos la comida y nos pusimos a hablar de fútbol, sobre qué haríamos mañana,...

-Lo de ir a la playa, mejor lo descartamos, Natalia tendrá pesadillas con las algas.-Dijo Marc riendo y haciendo que yo también lo hiciera. Ella solo nos miró enfadada.

Las chicas hoy iban a lo suyo, hablando de temas que no nos interesaban a nosotros, bueno, a ellos, a mí sí me interesaba, y metí un poco la oreja para escuchar la conversación.

-Ya, pero es que me llama cinco veces al día, ¿eso es normal?-Le preguntó Natalia a sus amigas. No estaba susurrando, hablaba normal, porque pensaba que los chicos no la escuchaban, realmente, ellos no, pero yo sí.

-Muy normal no es...-Opinó Julia y Natalia solo bufó.

-Pero cuando no se lo cojo, se enfada y empieza a mandarme cien mensajes. Está súper pesado.-Se le veía disgustada y preocupada.- Se cree que le estoy poniendo los cuernos con Héctor.

¿Eh?

-Joder, no te conoce tanto.-Dijo Carmen riendo.-Eso sería imposible.

Era mejor dejar de escuchar, así que me uní a la conversación de los chicos.

(...)

Empezó a refrescar un poco y Natalia decidió irse ya para la villa ya que ninguno quería irse todavía, aunque hubiéramos acabado de cenar, ellos seguían hablando y pasándolo bien. Yo opté por irme con ella, quizás no la mejor decisión para Natalia.

-¿Vas a venir a molestarme otra vez?-Preguntó caminando.

-No.

Natalia:

Al llegar a casa junto a Héctor, me senté en el sofá después de dejar mi bolso en el perchero de la entrada.
Puse la tele para hacer algo, ya que el móvil se me había quedado sin batería. Héctor se sentó a mi lado.

-¿Qué tal con Matías?-Preguntó Héctor.

-¿Te has enterado de la conversación?-Dije y él asintió.

Muy bien, Sherlock.

-Ese tío es mongolo.

-Mongolo eres tú.

Cada vez nuestras caras estaban más cerca, y nuestros labios, en nuestros ojos no podíamos esconder las ganas que teníamos.
Me puso la mano en mi cachete cuidadosamente, y en cuanto iba a pasar, los chicos entraron en casa, por lo tanto nos separamos rápidamente.

Lamine venía riéndose con Pau y Fermín. Y las chicas muertas de frío mientras hablaban con Marc.
Por lo tanto pensé que no se dieron cuenta de lo habría pasado si ellos no hubieran entrado.

-Aunque no haya pasado nada, tampoco pasará.-Dije susurrando para que solo Héctor pudiera enterarse.

Tengo novio, aunque ahora esté en una etapa de celos. No podía caer de nuevo en el mismo error, si no se enteró la última vez, fue por suerte, además, Matías no se merece eso.
Por otro lado, en lo más profundo de mi corazón, Héctor seguía ahí, él fue mi primer amor, el que de verdad sentí, y eso nadie me lo va a quitar, por no hablar de aunque me cuesta reconocer, tambiénque estoy ignorando mis sentimientos por miedo a lo que pueda pasar. Quiero pensar que ahora "ignorando" a Héctor y seguir con Matías sería la mejor opción.

EN LA MISMA VILLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora