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De vuelta a casa
Eliana Fritz

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Año 854

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Tras un largo viaje, finalmente llegamos a Marley. A las afueras de Liberio, los militares descendimos del tren. Gabi, emocionada, celebró a viva voz la llegada a nuestro hogar.

—¡Por fin estamos en casa!

Colt, adolorido por la resaca, le pidió a Gabi que guardara silencio.

—Gabi, por favor, baja la voz. Mi cabeza no aguanta más.

Galliard no pudo evitar increparlo por haber bebido tanto la noche anterior.

—Si no hubieras bebido tanto, no estarías así ahora, Colt.

Falco, curioso, se preguntó quién lo había hecho beber en primer lugar.

—¿Quién fue el que lo animó a beber?

Pieck, con su habitual calma, respondió.

—Colt parecía deseoso de beber algo.

Zeke lamentó que Colt hubiera vomitado durante todo el trayecto.

—Lástima que haya pasado la mitad del viaje vomitando.

Magath opinó que debió haberlos callado cuando tuvo la oportunidad.

—Debería haberlos callado anoche. Pero supongo que necesitaban desahogarse.

Yo intervine, tratando de aligerar el ambiente.

—Son jóvenes, déjalos disfrutar.

Mientras la charla continuaba, Falco parecía perdido en sus pensamientos. Recordaba la conversación que tuvo con Reiner la noche anterior. Hace cuatro años, Reiner asumió toda la responsabilidad por el fracaso en Paradis durante la misión para recuperar el Titán Fundador. Eso casi le costó su poder, pero su lealtad a Marley le permitió conservarlo. Falco se preguntaba por qué Reiner, el más leal de todos nosotros, le pediría "salvar a Gabi" de heredar el Titán Acorazado. Era una petición peligrosa si alguien llegase a escucharla. Tal vez, Reiner compartía su deseo de liberar a los eldianos de la guerra.

Gabi, notando su comportamiento sospechoso, lo encaró directamente.

—¿Qué te pasa, Falco? Estás actuando raro. Si sigues así, te reportaré.

Falco evadió las acusaciones, preguntándole de quién creía que era la culpa de que volteara tanto.

—¿Y de quién crees que es la culpa de que voltee tanto?

Los otros guerreros, entre risas, le aclararon la situación.

—¡La culpa es tuya, Gabi!

Gabi, indignada, negó rotundamente.

—¡Eso no es cierto!

Mientras la discusión continuaba, Falco se preguntaba si podía confiar en Reiner.

Nos dirigimos al gueto caminando por las calles de Liberio, bajo las despectivas miradas de los ciudadanos. Al llegar a las puertas de la zona de internamiento, vimos a nuestros familiares esperándonos y fuimos a su encuentro. Zeke se reunió con sus abuelos, quienes lo felicitaron por sus logros en la guerra, aunque él les aclaró que su labor aún no había terminado. Colt y Falco se reunieron con sus preocupados padres, mientras Gabi, con ayuda de Reiner, consiguió encontrar a los suyos también. Los padres de Gabi la abrazaron, expresando lo orgullosos que estaban de ella por sus acciones durante el asalto al fuerte Slava. La madre de Reiner, Karina, llegó junto al resto de la familia Braun para reunirse con él.

—Reiner, ven a casa a descansar. Gabi, anunciaremos una pequeña celebración.

𝐀𝐥𝐦𝐚𝐬 𝐄𝐧 𝐏𝐚𝐳º Eren JeagerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora