𝐀𝐥𝐦𝐚𝐬 𝐄𝐧 𝐏𝐚𝐳º Eren Jeager

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De nuevo

Narrador

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Año 854

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Al amanecer del festival, el bullicio en el área era inconfundible. Gabi, despertada por el ruido, se asomó por la ventana de su habitación. Su sorpresa fue evidente al ver que el festival ya había comenzado, un evento que nunca había presenciado en persona.

Reiner se unió a Gabi y a sus compañeros para recorrer el festival. Con su generosidad habitual, gastó gran parte de su dinero en comprarles una variedad de alimentos. Gabi, entusiasta, se excedió en comer, lo que le llevó a padecer una severa indigestión. Reiner, preocupado, la llevó a rastras, incapaz de soportar el peso de su malestar.

Mientras la noche se asentaba, los embajadores se reunían en el teatro al aire libre, ansiosos por el esperado anuncio de Willy Tybur. Falco, con una expresión de urgencia, le pidió a Reiner que lo acompañara para ver algo importante. Porco les recordó que ya deberían estar sentados, pero Zeke insistió en que aún había tiempo antes de que se abriera el telón. Pieck, visiblemente preocupada, murmuró que no había visto a Eliana desde el día anterior.

Intrigado por el comportamiento de Falco, Reiner accedió a seguirlo. Falco lo llevó a un sótano cercano, donde Kruger estaba esperándolos. Al ver a Kruger, Reiner quedó completamente atónito, reconociendo de inmediato al hombre lisiado que había entablado amistad con Falco. Kruger no era otro que Eren Jaeger, quien se dirigió a Reiner con un tono que mezclaba familiaridad y seriedad.

—Reiner - dijo Eren, con una leve sonrisa. - Es bueno ver que has vuelto a tu ciudad natal.

Reiner, todavía en estado de shock, no podía creer lo que estaba viendo. Falco, confuso por las reacciones de ambos, asumió que se conocían de hace tiempo y pensó que la sorpresa era simplemente por eso.

—Falco - dijo Eren, dirigiéndose al joven. - Gracias por traer a Reiner aquí. Hay muchas cosas que necesitamos discutir, pero no estoy seguro por dónde empezar.

Eren le indicó a Reiner que tomara asiento. El teatro donde Willy Tybur daría su discurso estaba cerca, y el sonido del anuncio se escucharía perfectamente desde allí. Eren mostró a Reiner una cortada en su mano izquierda, de la cual brotaba una pequeña cantidad de sangre.

—Reiner, siéntate - insistió Eren. - Estamos en el lugar perfecto para hablar. Arriba, la construcción está llena de personas esperando el espectáculo que Willy tiene preparado.

A pesar de la amenaza implícita, Reiner, atemorizado, accedió a sentarse. Falco, pensando que lo mejor era darles privacidad, comenzó a salir del lugar. Sin embargo, Eren le pidió que se quedara.

—Falco - dijo Eren. - Quédate. Necesito que escuches lo que tengo que decir. Es importante para todos nosotros.

Reiner, sorprendido por la petición de Eren, asintió en acuerdo. Falco, aunque aún confuso, se quedó en el lugar, dispuesto a escuchar la conversación que se avecinaba.

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Willy, sudoroso por los nervios, se miraba en el espejo de los camerinos. Sus manos temblaban ligeramente mientras intentaba ajustar su corbata. Uno de sus asistentes entró apresuradamente.

—Señor Tybur, es la hora de salir al escenario - anunció el asistente con tono urgente.

Willy asintió, sintiendo la presión aumentar. En ese momento, Kiyomi Azumabito entró en los tocadores. Willy se sonrojó levemente al ver a Kiyomi en ese estado de nerviosismo.

—Oh, Kiyomi. ¿Qué haces aquí? - preguntó Willy, algo avergonzado.