Cariño, cariño, cariño

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Yujin sabía que tenía suerte. Su suerte iba más allá de encontrar dinero en la calle o sacar buenas notas en los exámenes.

Debido a su abuelo, su padre había tenido un fracaso empresarial por una mala garantía. La casa en la que había crecido desde niño fue subastada y no pudieron pagar todas las deudas. La familia se dispersó, su hermana mayor que estaba en la universidad tuvo que tomar un descanso y trabajar a tiempo parcial.

Sin embargo, medio año después, su padre ganó el primer premio de la lotería, lo que les permitió salir de la crisis. Pudieron pagar las deudas y reunir a la familia bajo un mismo techo. En aquel entonces, Yujin, que estaba en la escuela primaria, consideraba la suerte de su padre como un milagro.

La revelación del secreto del milagro llegó unos días después de que Yujin tomara el examen de ingreso a la universidad. Según su padre, fue él quien escribió los números de la lotería. Yujin acompañó a su padre a la tienda de conveniencia, donde sin pensarlo mucho, compraron el boleto con los números escritos por él, que resultaron ser los ganadores.

Para proteger a su joven hijo de la conmoción y del peligro de caer en la adicción al juego, sus padres decidieron ocultar la verdad.

Ahora que era adulto, su padre, con una sonrisa, le contó que gracias al premio de la lotería que él le dio, pudo pagar las deudas y comenzar un nuevo negocio. Le agradeció y le aseguró que no se preocupara por casarse, ya que había ganado mucho dinero.

La victoria en la lotería fue como utilizar toda la suerte de la vida. La reunión de la familia que estuvo a punto de desmoronarse no se podía explicar solo con la suerte.

Quizás fue elegido como héroe por su suerte. No sabía por qué su estado se había mejorado repentinamente.

Yujin reflexionó fríamente. La fuerza física, la destreza y la suerte eran habilidades físicas, que él había heredado del Baron Linweisen al que había transmigrado. Por otro lado, la inteligencia, el poder mágico eran habilidades del alma, al igual que la suerte.

La suerte era tan importante como la fuerza física, la destreza y la agilidad. Casi no había protagonistas en los dramas que tuvieran mala suerte. Incluso si se arrastraban por el suelo y pasaban por el infierno, al final seguían siendo los protagonistas. Se vengaban, derribaban a sus enemigos, construían edificios, se convertían en magnates y hasta se convertían en héroes. Las novelas con protagonistas de mala suerte eran rechazadas con comentarios explosivos y desaparecían.

Además, el hecho de haber leído < Por donde pasó la estrella > en la Tierra también podía considerarse una suerte. Saber quién había escrito la novela le otorgaba un gran poder.

Fue reconfortante que algunas de sus dudas sobre la información de los personajes se hubieran resuelto, pero había otros problemas por resolver.

Yujin suspiró y en su mente invocó la ventana de la misión.

MISIÓN

Título: La prueba del héroe

Categoría: Principal

Contenido: Salva el mundo

Tiempo límite: Ninguno

Recompensa por éxito: ???

Recompensa por fracaso: ???