XII

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Capítulo 12

23 de diciembre, 1002

Asterin

Mierda. Mierda. Mierda.

Daba vueltas por toda la habitación mientras me mordía las uñas. Se siente peor de lo que imaginé. Justo ahora estoy empezando a arrepentirme de haber hablado de más ayer.

Eso es porque no me hiciste caso.

Tú, me hubieras dado consejos peores.

Sin duda, él me destruirá hoy, se la pasará bien burlándose y dándome órdenes que, por supuesto, seguiré. Estaba decidida a mejorar, pero pensándolo bien, estaría mejor con Gabo como instructor. ¿En qué parte de mi cabeza pensé que sería buena idea?

-Mierda, Asterin. Harás un hueco en el suelo si sigues dando vueltas -dijo Danny, observándome con preocupación.

-Yo puedo con esto -me lo repetía cada dos segundos intentando convencerme de que así será.

-¡Tú puedes! -me anima María desde su cama, abrochándose sus botas-. Por cierto, ¿de qué hablas?

-De la sesión de entrenamiento de hoy -respondo, suspirando-. Ayer tuve la brillante idea de desafiar a Kyle y ahora me arrepiento.

María levanta una ceja, interesada.

-¿Kyle? ¿El tipo que parece un sargento del ejército? ¡Vaya, eso sí que es valor!

-O estupidez -murmuro, sentándome en el borde de mi cama-. Gabo me dijo que me tomaría en serio si demostraba que no le tengo miedo a nadie, pero creo que esto es demasiado.

-Bueno, no puedes echarte atrás ahora -dice Danny, dándome una palmada en la espalda-. Además, Gabo confía en ti, y nosotras también.

Asiento, sintiéndome un poco más segura con mis amigas a mi lado.

-Gracias, chicas. De verdad. Vamos a hacer esto.

Nos dirigimos juntas al campo de entrenamiento, mi corazón latiendo con fuerza. A lo lejos, esperaba ver a Kyle con su sonrisa burlona en el rostro, pero la zona de entrenamiento está vacía. Respiro hondo, tratando de calmar mis nervios.

-Primero, calentamiento. ¡Todos! -grita Carmen, a quien le dieron el poder del mandato sobre nosotros.

Comenzamos con los circuitos, realizando saltos, flexiones y carreras de velocidad. Mis músculos protestan, pero me esfuerzo por seguir el ritmo. Danny y María me animan constantemente, ayudándome a mantenerme enfocada.

-Vas bien, Asterin-dice María entre jadeos-. No te rindas ahora.

-Ni loca -respondo, secándome el sudor de la frente.

-No puedo más con estos ejercicios -se queja Danny, deteniéndose por un momento para recuperar el aliento-. Esto es una locura.

-Vamos, Danny, solo un poco más -la anima María, mientras seguimos con los circuitos.

Después de completar el último circuito, nos reunimos en el centro del campo para recuperar el aliento. Como siempre, el campo de entrenamiento está lleno de jóvenes, todos trabajando duro en sus propios ejercicios. Justo cuando empiezo a relajarme, veo a Kyle aparecer, acompañado por varios de sus compañeros de sección. Su presencia es imponente, pero trato de mantener la compostura.

Kyle se detiene frente al grupo y, con voz firme, anuncia:

-Hoy nuevamente combates. ¡Rápido en filas!

Mi estómago se revuelve, sintiendo su mirada sobre mí. No puedo mostrar debilidad ahora.

-Estoy lista -respondo, intentando sonar más segura de lo que me siento.

Un cielo sin constelaciones (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora