XIII

28 8 3
                                    

Capítulo 13

24 de diciembre, 1002

Asterin

Al día siguiente me levanté mejor que antes, después de pasar la noche buscando entre los libros alguna receta para los dolores que me quedaron tras el combate de entrenamiento. Me estiré y me miré en el espejo de cuerpo completo que había en la habitación compartida. No me veía tan demacrada como pensaba. Después de todo, ayer tuve mi primer combate con Kyle y sobreviví.

Y mira, todavía tienes todos los dientes. ¡Eso es una victoria!

Tan molesta desde muy temprano, entrometida.

Danny estaba con una pierna fuera de la cama y su vestido de dormir estaba remangado hasta su estómago, seguía roncando en su cama; faltaba una hora para los entrenamientos y ella prefería tener menos tiempo para arreglarse que quedarse con sueño.

Si roncara un poco más fuerte, podríamos usarla como alarma para todo el campamento.

Salí en dirección a la enfermería, ya que estaba empezando a ser parte del personal. No era algo pesado, puesto que solo había personas con enfermedades simples, pero lo malo aún no había empezado, por lo que todo el personal de la enfermería estaba reorganizando y llevando el historial de todos los medicamentos. Muy pronto tendríamos que salir y necesitábamos estar preparados.

—¡Feliz día de Luz, Asterin! —me saludó Clara, una de las enfermeras más veteranas-. ¿Cómo te sientes después del entrenamiento de ayer?

—Igualmente, Clara. Gracias a los medicamentos de ayer —respondí con una sonrisa. Omití la receta que preparé anoche; no tenía importancia ahora.

Claro, no necesitas presumir de tus habilidades alquímicas. ¡Qué modesta!

Solo estoy omitiendo información. Dah

Clara asintió y me dirigió hacia una pila de registros que necesitaban ser organizados. Me puse a trabajar en silencio, mi mente aún repasando los eventos del día anterior y las lecciones que Kyle me había enseñado.

En el corazón del invierno, cuando los días son cortos y las noches largas, se celebra el Día de Luz. Esta festividad se ha convertido en una tradición esperada por todos. La noche comienza con la decoración de las casas, que se llenan de luces y adornos coloridos. Las velas y guirnaldas crean un ambiente cálido y acogedor, en contraste con el frío exterior.

La cena es el núcleo de la celebración. Familiares y amigos se reúnen alrededor de una mesa llena de platos especiales. Se sirve comida tradicional, y la cena se convierte en una ocasión para compartir y disfrutar juntos.

Tras la comida, llega el momento del intercambio de regalos. Cada regalo, envuelto con cuidado, se da con el deseo de mostrar aprecio y cariño. Es un momento de alegría y sorpresa, donde el simple acto de dar y recibir fortalece los lazos entre las personas.

El punto culminante del Festín de Luz es el ritual de encender velas o luces. Todos se reúnen para iluminar un rincón de la casa o el jardín. Este acto simboliza la esperanza y la luz que cada uno lleva dentro, ofreciendo un respiro de calidez en la temporada fría.

El Festín de Luz es una celebración que une a las personas, proporcionando un respiro en medio del invierno y recordando la importancia de estar juntos y compartir momentos especiales.

Vaya celebración.

Después de un rato, mi turno en la enfermería terminó y me dirigí al campo de entrenamiento. El sol ya estaba alto en el cielo y la mayoría de mis compañeros ya estaban calentando. Gabo me saludó con su habitual entusiasmo.

Un cielo sin constelaciones (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora