BE MINE, Astralov |Nikolai Lantsov x TN|

Epilogo

Nikolai's POV

Cinco años habían pasado desde mi coronación, y Ravka había cambiado de maneras que apenas podía imaginar cuando tomé el trono. El reino era más fuerte y más unido, y el amor de mi vida, Carsyne, había sido una pieza fundamental en cada victoria y en cada paso hacia adelante. La verdad sobre nuestro matrimonio había salido a la luz, y el pueblo aceptó con alegría a Carsyne como la verdadera reina de Ravka. Juntos, habíamos formado una familia que llenaba nuestro hogar de amor y risas.

Cyzarine, nuestra hija mayor, tenía la energía y la curiosidad de su madre. A menudo la encontraba explorando los rincones del palacio, preguntando a todos sobre los secretos de Ravka. Su cabello dorado y sus ojos verdes brillaban con una inteligencia precoz. Maxim, nuestro segundo hijo, era más tranquilo y reflexivo. Con solo cuatro años, ya mostraba una comprensión sorprendente del mundo que lo rodeaba. Sus ojos morados, herencia de Carsyne, eran un recordatorio constante de la fuerza y la belleza de mi esposa.

Una tarde cálida, mientras el sol se ponía sobre Os Alta, estaba sentado en el jardín con Carsyne. Ella se recostaba sobre mí, su vientre redondeado indicando la llegada inminente de nuestro tercer hijo. Sus ojos morados, siempre tan fascinantes, reflejaban la luz dorada del atardecer.

- Nikolai - dijo suavemente, acariciando su vientre - ¿Cómo crees que será nuestro tercer hijo? - sonreí y le besé la frente.

- Estoy seguro de que será tan maravilloso como sus hermanos. Aunque, quizás esta vez podamos decidir un nombre antes de su llegada - Carsyne río, un sonido que siempre me llenaba de alegría.

- Sabes que me gusta esperar y ver su rostro antes de decidir

En ese momento, Cyzarine y Maxim corrieron hacia nosotros, sus risas llenando el aire. Cyzarine, siempre la más atrevida, fue la primera en hablar.

- Papá, mamá, ¿puedo enseñarle a Maxim a trepar árboles? - reí y asentí.

- Claro, pero solo si prometen ser cuidadosos. No quiero tener que explicar a su madre por qué llegamos tarde a la cena.

Mientras los niños se alejaban corriendo, Carsyne me miró con una mezcla de amor y preocupación.

- Nikolai, ¿crees que estamos haciendo lo correcto? Criar a nuestros hijos en medio de todo esto, con las responsabilidades y los peligros que conlleva - la abracé más fuerte.

- Sí, Carsyne. Lo estamos haciendo bien. Estamos construyendo un futuro mejor para ellos, un Ravka más seguro y fuerte. Y lo estamos haciendo juntos. No podría pedir nada más.

Ella sonrió, y por un momento, todo pareció perfecto. Pero entonces, una sombra cruzó su rostro y supe que algo la preocupaba.

- ¿Qué pasa? - le pregunté, acariciando su mejilla

- Es solo que... a veces pienso en cuántos hijos más quieres. Ya tenemos dos, y este tercero está en camino. Pero mencionaste seis una vez - dijo, riendo suavemente.

- Sí, lo hice - admití, besando su mano - pero solo si tú estás de acuerdo. Cada uno de nuestros hijos es una bendición, y no puedo esperar a conocer al próximo.

Carsyne asintió, y nos quedamos en silencio, disfrutando del momento. Al cabo de un rato, Maxim volvió corriendo, con una flor en la mano.

- Mamá, papá, miren lo que encontré. ¿Puedo dársela al bebé cuando nazca? - Sonreí y acaricié su cabeza.

- Por supuesto, Maxim. Estoy seguro de que le encantará –

Nos quedamos allí, en el jardín, observando cómo el sol se ocultaba y las estrellas comenzaban a brillar en el cielo. Cyzarine y Maxim corrían alrededor, riendo y jugando, mientras Carsyne y yo disfrutábamos de la tranquilidad de nuestra familia. Y así...

Lo que comenzó como un capricho se convirtió en el amor de toda una vida