Capítulo 14| Solo somos amigos

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Siete años habían pasado desde aquel encuentro en los establos, siete años de risas compartidas, de confidencias susurradas en la penumbra de la corte de Ravka.

Aunque mi conexión con Nikolai se había fortalecido, algo en mí se resistía a dar el siguiente paso. A mis diecisiete años, era consciente de la brecha que nos separaba, no solo en edad, sino también en posición y poder.

Nikolai, ahora con veinticuatro años, era un príncipe destinado a gobernar, mientras que yo, una grisha que temía que el rey desaprobara nuestra conexión. A pesar de la evidente amistad que compartíamos, me negaba a aceptar que pudiera haber algo más. Mis propias dudas y temores me ataban en un silencio incómodo.

Los criados, observadores silenciosos de la corte, no eran ajenos a la conexión entre nosotros. Sus miradas cómplices y sus insinuaciones constantes intentaban romper las barreras que yo misma construía.

"Se les ve tan bien juntos" o "Es obvio que hay algo más que amistad entre ellos",

murmuraban en los pasillos del palacio.

Pero yo, obstinada en mi negación, rechazaba sus comentarios con una sonrisa forzada y evitaba afrontar la realidad que se cernía sobre nosotros. Temía que mi condición de grisha fuera una barrera insuperable para Nikolai, que el rey no permitiría que su hijo se relacionara con alguien como yo.

Pero al parecer nada de eso detenía a Nikolai para planear salidas casi sin previo aviso y la forma en que lo hacía era tan romántico

Como aquella vez que me invitó a remar en el lago del palacio

Querida Synnie,

Como una hoja a la deriva en las aguas serenas, así deseo flotar contigo en el lago del palacio. He preparado un bote que será nuestro barco de risas y confidencias. Rememos juntos, lejos de las preocupaciones cotidianas, y permitamos que las aguas nos guíen hacia momentos inolvidables.

Con ansias de remar contigo,

Nikolai.


O como aquella vez que me invito a cabalgar al atardecer

Mi Querida Synnie,

La vastedad de los campos y el cielo pintado con tonos dorados nos esperan en una cabalgata al atardecer. Bajo la paleta de colores que solo el crepúsculo puede proporcionar, galoparemos juntos, liberando nuestras almas en una danza sin fin. ¿Aceptas esta invitación a explorar el horizonte mientras la luz del día se desvanece?

Con la esperanza de compartir este atardecer contigo, Nikolai.

Con la esperanza de compartir este atardecer contigo, Nikolai

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......

Una tarde me encontraba sumida en las páginas de mi libro en el acogedor despacho de Nikolai. Cuando deseábamos escondernos del mundo ese era el lugar, lástima que para no podía escapar de sus deberes. Mientras él se afanaba en sus tareas, yo disfrutaba de la serena atmósfera que se creaba entre las estanterías de libros y los rayos de sol que se filtraban por las cortinas.

De repente, Nikolai dejó la pluma con un suspiro, indicando claramente el cansancio que lo abrumaba.

Al alzar la vista, nuestros ojos se encontraron, y pude captar la fatiga en su expresión.

- ¿Estás bien, Nikolai? - pregunté, dejando mi libro a un lado y mostrando una preocupación genuina

Él esbozó una sonrisa, liberando otro suspiro que denotaba la carga de trabajo.

- Solo estoy cansado. Estos informes políticos pueden ser agotadores a veces - Asentí comprensiva, volviendo a sumergirme en mi lectura.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de sentir la mirada persistente de Nikolai sobre mí. Un destello de curiosidad se reflejó en sus ojos, y supe que algo estaba pasando en su mente.

- ¿Qué estás leyendo? - preguntó, tratando de cambiar el rumbo de sus pensamientos. Al levantar la vista, le sonreí.

- Es solo una historia romántica. Estaba pensando en lo increíble que sería que el chico del libro fuera real.

Nikolai arqueó una ceja, mostrando una pizca de inseguridad que no le era característica.

- ¿Y qué tal si yo fuera mejor que ese personaje? - Una risa suave escapó de mis labios.

- Dudo que puedas competir con un héroe literario

- Retráctate – me dijo mientras sonreí pícaramente y se levantaba de su asiento

- ¿qué haces Nikolai? - pregunté nerviosa

- Me obligas a hacer esto – dijo, se lanzó hacia mí, decidido a hacerme cosquillas. Me retorcí y reí, rogándole que parara entre carcajadas – me detendré hasta que admitas que soy mejor que ese chico literario, declaró juguetón. Con una risa cómplice, accedí:

- Está bien, está bien, eres mejor que el chico del libro – dije y al instante paró - ¡Te odio! - dije en broma

- Está bien, está bien, eres mejor que el chico del libro – dije y al instante paró - ¡Te odio! - dije en broma

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Nikolai me miró con ojos traviesos.





























Pero yo te quiero, Synnie.

BE MINE, Astralov     |Nikolai Lantsov x TN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora