4. Enfermería

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El día había transcurrido de lo más aburrido.

No había visto a James en todo el día, porque ahora que se ganó el interés de Lily Evans, este casi no pasaba tiempo ya con sus amigos. Remus no lo quería acompañar en sus escapadas porque según él "tenía muchos trabajos por hacer" y Peter, bueno, Peter era Peter.

Y ahora el cielo ya se encontraba cubierto por un manto de estrellas, y la luna llena arrojaba su luz sobre el castillo de Hogwarts, proyectando sombras largas y misteriosas a lo largo de los pasillos. El aire de la noche era fresco, y el sonido lejano del viento entre los árboles del Bosque Prohibido aportaba una atmósfera casi irreal.

Sirius caminaba por los pasillos con sus pensamientos aún centrados en la reciente confesión de Severus. Había pasado un día desde la última vez que hablaron y no podía dejar de darle vueltas, intentando reconciliar la imagen que tenía de Snape con aquella nueva información. Siguió caminando y sus pasos resonaron suavemente contra el suelo de piedra, acompañando sus pensamientos.

De repente, un estruendo sordo rompió la tranquilidad de la noche. Sirius detuvo su andar y agudizó el oído. Otro ruido fuerte, seguido de un leve quejido, siguió el sonido hacia un pasillo lateral. La curiosidad lo invadió y decidió investigar. Dobló la esquina y su corazón dio un vuelco al descubrir la fuente del ruido.

Severus Snape estaba desplomado en el suelo y apoyado contra la pared, con la cara magullada y los ojos entrecerrados por el dolor. Su cabello oscuro y lacio estaba revuelto, tenía el labio partido y un hematoma que comenzaba a formarse en su pómulo izquierdo, y su ropa desaliñada evidenciaba el reciente enfrentamiento que había sufrido. A su alrededor había libros desparramados, y un par de pergaminos rotos completaron el cuadro de una pelea que parecía haber sido injusta.

- ¡Snape! - susurró arrodillándose junto a él. Para su sorpresa, con genuina preocupación

Miró hacia todos lados buscando al culpable, pero el lugar se encontraba vacío.

Severus levantó la mirada, lo vio con una mezcla de desdén y resignación, intentando mantener su dignidad a pesar del dolor evidente que sentía.

- Aquí no hay nada que te importe, Black - respondió con un gruñido, aunque su voz temblaba levemente por el esfuerzo de mantenerse erguido

Sirius ignoró el comentario mordaz. No era el momento de rivalidades. Podía ver que Severus estaba herido, y una parte de él sentía que no podía simplemente dar media vuelta y dejarlo allí. A pesar de que él mismo lo había dejado en esas mismas condiciones también en el pasado. Pero, eso era diferente, ¿no?

- Déjame ayudarte - insistió Sirius, extendiendo su mano

Severus dudó, pero el dolor en sus costillas, la fatiga y la falta de aire le hicieron aceptar la ayuda. Y con un esfuerzo conjunto, Sirius logró levantarlo. Pasó su brazo por la espalda baja de Snape y lo sostuvo con fuerza, sintiendo lo ligero que era Severus bajo la ropa.

Con su otra mano sacó su varita y conjuró un hechizo que volvió diminutas todas las cosas de Snape que habían quedado desparramadas en el piso. Las acercó a él con un hechizo de levitación y las guardó en su bolsillo.

- Te llevaré a la enfermería - ajustó su agarre en la cintura de Snape mientras este le rodeaba el cuello con su brazo intentando mantener el equilibrio y solo asintió

A cada paso que daban hacia la enfermería, Severus se apoyaba cada vez más en él cojeando. Sirius lo miró de reojo y pudo notar que le costaba respirar. Debía tener alguna costilla rota, pensó.

El recorrido por el castillo era silencioso, salvo por el ocasional gemido que Severus no podía reprimir. Las antorchas en las paredes proyectaban sombras danzantes, y el eco de sus pasos resonaba en los pasillos vacíos.

El Plan Perfecto || Snirius  ( HISTORIA TERMINADA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora