Desde aquel día en la enfermería, Sirius había estado evitando a Snape. Lo veía siempre en los pasillos, con su caminar sigiloso y su rostro imperturbable, y cada vez estaban a punto de cruzarse, sentía una oleada de nerviosismo que lo obligaba a dar media vuelta y alejarse lo más rápido posible.
No pudo dejar de pensar en lo que sucedió aquella noche. La imagen de Severus, con su torso descubierto y enseñándole una escena en la que se veía totalmente vulnerable, seguía grabada en su mente. Nunca se había permitido ver más allá de su rostro arisco, antipático y su actitud arrogante. Pero ahí estaba, viéndolo en la enfermería, y por un momento sintió que algo le subía por la garganta.
Porque mientras le aplicaba la pomada, y sus dedos rozaban sus labios, percibió como si una corriente eléctrica atravesaba todo su cuerpo. Y él jamás había sentido algo así. Fue extraño e inesperado, y lo más confuso de todo fue el pequeño impulso que tuvo. Se preguntaba qué habría pasado si no se hubiera apartado, si no hubiese salido corriendo, ¿habría besado a Snape? "Si, cómo no" pensó con sarcasmo. ¡Besar a Severus Snape! Solo pensarlo le hacía querer golpearse la cabeza contra la pared. ¿Cómo es siquiera posible que haya tenido ese tipo de pensamiento?
Severus siempre había sido el enemigo, el rival. Nunca el objeto de su... ¿afecto?, ¿cariño? No, no podía llamarlo así. No quería llamarlo así. Pero desde entonces, había estado replanteándose todo. Intentó convencerse de que fue un momento de debilidad, de confusión. Quizás fue el mismísimo cansancio, o la adrenalina del momento. Había tantas posibilidades que lo tenían confundido.
Y no quería aceptar que hubiese algo más que simplemente odio hacia él, por muy mínimo que fuera. Porque toda su vida, Severus había sido la sombra que había querido evitar, la persona que más lo irritaba con solo existir. Pero ahora, cada vez que lo evitaba, se sentía como un idiota, como si estuviera huyendo de algo más que de él.
Se preguntaba si lo que vio en él aquella noche, es lo que Lily siempre había visto en Snape, una persona compleja, con su propia historia de dolor y luchas, alguien totalmente fuerte y decidido, pero a la vez, una persona frágil y delicada. Y si lo pensaba bien, era una idea perturbadora, que incluso amenazaba con derribar todos los muros que Sirius había construido a su alrededor durante todos estos años.
***
La noche había caído sobre Hogwarts, envolviendo el castillo en un silencio profundo y misterioso. Las estrellas brillaban con fuerza en el cielo despejado, y la luna iluminaba suavemente los terrenos del castillo, proyectando sombras irregulares y ajetreadas sobre la hierba.
Sirius se encontraba disfrutando de un momento de soledad. Apoyado contra el frío muro de piedra detrás del castillo, y exhalaba lentamente el humo de un cigarrillo que había encendido en un intento por despejar su mente.
Era uno de sus lugares favoritos, frecuentemente iba para alejarse del bullicio de la vida escolar y encontrar un poco de paz.
Sintió el crujido de las hojas y salió de su ensimismamiento, lo cual era extraño, ya que desde la primera vez que comenzó a frecuentar ese lugar, nunca se había topado con alguien. A excepción de James.
Levantó la mirada y sintió cómo su estómago se contraía al ver a Severus Snape acercándose desde las sombras, con su inconfundible figura delgada y apenas visible bajo la tenue luz lunar.
- Black - murmuró Severus, frente a él y a una distancia prudente
Sirius abrió la boca pero nada salió, bajó la vista y le dio otra calada a su cigarrillo.
- ¿Cómo me encontraste? - preguntó soltando el humo por sus labios
- Ya te había visto por aquí un par de veces
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El Plan Perfecto || Snirius ( HISTORIA TERMINADA )
RomanceSeducir a Severus Snape parecía un trabajo duro. Pero para Sirius Black, eso era pan comido. O al menos eso es lo que pensó James cuando se lo pidió. Lily Evans pasa mucho tiempo con Severus, y eso, hace rabiar a James. ¡Quiere separarlos a toda cos...