Habían pasado dos días desde la salida a Hogsmeade.
Sirius faltó a un par de clases y le ponía excusas a sus amigos para llegar a las comidas lo más temprano posible y luego poder irse sin llegar a toparse con Snape.
Había tratado de reprimir cualquier sentimiento hacia el Slytherin, diciéndose a sí mismo que era un capricho pasajero, una ilusión que no tenía futuro ni cabida en su vida.
Ya era temprano, el bullicio en el Gran Comedor estaba comenzando a surgir poco a poco mientras los estudiantes comenzaban a llegar, y el aire estaba lleno al aroma del café y las tostadas recién hechas. Pero mientras el resto del mundo seguía adelante con sus vidas, Sirius Black apenas podía notar el ruido y aquellos aromas; su mente se encontraba en otra parte. Estaba atrapado en una maraña de pensamientos y emociones de las que no parecía poder salir.
- ¿Estás bien, Canuto? - preguntó Remus mirándolo con preocupación, pues el castaño había notado que su amigo estaba más callado de lo habitual, lo cual no era propio de él
Sirius parpadeó, sacudiéndose de sus pensamientos - ¿Eh? Sí, claro. Solo estaba pensando en... - trató de pensar en algo - en la próxima partida de Quidditch
James, que estaba sentado frente a él, levantó una ceja - ¿De verdad? Porque has estado mirando tu plato como si estuvieras planeando hacer una poción de odio con el desayuno
Peter soltó una risita, pero Sirius no estaba de humor para bromas. Se obligó a sonreír forzadamente y a participar en la conversación, aunque su mente seguía volviendo a unos profundos ojos color ónix.
Pasaron los minutos y Sirius notó que alguien ocupaba el puesto vacío de su lado izquierdo. Pues, a su lado derecho se encontraba Remus y frente a ellos estaban sentados James y Peter.
- No fuiste a la clase de pociones - dijo una voz femenina, perteneciente a la persona que se había ubicado junto a él
Sirius se giró y se encontró con el rostro de Mary Macdonald, luciendo unos bonitos pendientes dorados y la bufanda escarlata que tanto representaba a los Gryffindor envolviendo su cuello y su sedoso cabello rubio.
- Ehh... si, yo - no sabía qué responder, no podía llegar y admitir que estaba evitando encontrarse con cierta personita de cabello oscuro - no se me da bien esa clase
Mary comenzó a reír de manera coqueta.
- Recuerdo que tampoco te iba muy bien en la clase de encantamientos - le sonrió - te costó tres clases lograr levitar objetos
Sirius la miró. Quería que se callara y lo dejara en paz para poder terminar rápido con su desayuno y poder largarse de ahí.
- Si - le sonrió a la chica - y por el contrario, tú eras muy buena en esa clase
Mary se acomodó en la silla orgullosa por el cumplido y sacó su varita, le dio una fugaz mirada a Sirius y murmurando un pequeño hechizo comenzó a levitar una de las mandarinas que había sobre la mesa.
La mandarina levitaba y giraba en el aire, y ella le lanzó una sonrisa victoriosa a Sirius.
- ¿Qué te parece, Black? Apuesto a que no puedes superarme
Sirius se obligó a sonreír, tratando de parecer encantador, levitar objetos era tan fácil como aplastar una hormiga, por lo que no le tomó ni dos segundos darse cuenta que la chica solo le estaba coqueteando.
- Oh, ya veremos, Mary - alzó su varita y pronunció el mismo encantamiento, pero envés de una mandarina, fue una manzana la que comenzó a elevarse
Mary sonrió y se inclinó un poco más cerca de Sirius, con sus ojos brillando con diversión.
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El Plan Perfecto || Snirius ( HISTORIA TERMINADA )
RomanceSeducir a Severus Snape parecía un trabajo duro. Pero para Sirius Black, eso era pan comido. O al menos eso es lo que pensó James cuando se lo pidió. Lily Evans pasa mucho tiempo con Severus, y eso, hace rabiar a James. ¡Quiere separarlos a toda cos...