MARINETTE:
La música me envuelve, y a pesar de que está demasiado fuerte que no soy capaz de escuchar mis propios pensamientos, no me molesta, al contrario.
Me balanceo al ritmo, mientras termino con mi segundo vaso de licor con soda y hago mi cabello hacia atrás en un intento de refrescarme.
Me la estoy pasando bien en comparación a lo que pensaba hace un par de horas.
[Flashback]
-Es que es increíble Marinette, solo han pasado un par de meses y me dices que terminaste con Adrien y que tienes un nuevo novio- dice Alya por la línea, su sorpresa haciéndose notar.
-No tengo nuevo novio Alya, y yo no termine con él, fue al revés- respondo, poniendo los ojos en blanco aunque sé que no puede verme- además te llame para que me dijeras que vestido me llevo a la fiesta- le recuerdo el motivo de mi llamada, mientras pongo el altavoz y dejo el celular en la cama.
Le había mandado fotografías de ambos vestidos que tenía planeados usar esta noche. El primero es uno de color rosa suelto de la cintura para abajo, me llegaba a las rodillas y tenía una abertura en la espalda, el segundo era de color negro, corto a medio muslo ceñido al cuerpo y con un escote algo pronunciado.
-¿Y si no vas a esa fiesta?, pienso que es una mala idea intentar darle celos a Adrien con otro chico- comenta, pero yo intento ignorar sus palabras para no arrepentirme de mi decisión.
-Solo escoge un vestido- le pido con un poco de fastidio.
Escucho como bufa del otro lado de la línea y eso me hace rodar los ojos de igual forma.
-El rosa- contesta finalmente con rendimiento.
-El negro será- afirmo, tomando mi celular nuevamente.
-Pero…-la interrumpo.
-Adiós Alya, te quiero- finalizo la llamada antes de que me reprenda.
Sin embargo, sabía que en el fondo mi mejor amiga tenía razón, solo que no quería reconocerlo ahora.
¡Si yo misma sabía que era una pésima idea!
Pero está bien, solo sería una estúpida fiesta en la que seguramente no pasaría nada interesante o bueno para mí.
[Fin de flashback]
Estaba equivocada obviamente, ya que no me había encontrado en ningún momento con Nathaniel, Lila ni Adrien, y yo creo que esa era la razón por la que imaginaba que todo estaba bien.
Mis latidos se desenfrenan cuando siento unas manos posarse en mi cadera, y cuando me doy la vuelta no puedo evitar sentirme desilusionada un momento.
Sentimiento que no debería estar presente.
-Te estuve buscando, ¿dónde estabas?- pregunta Nathaniel en mi oído, sorprendiéndome cuando desliza sus manos por mi espalda baja.
-¿Estas ebrio?- le pregunto, separándome un poco de él, o al menos eso intento.
Sus ojos rojos me indican que tengo razón, además de que sus brazos rodean mi cuerpo con fuerza, logrando que me sienta asfixiada.
-Solo un poco, pero no tanto como para no divertirme contigo- canturrea, pegando su boca al hueco de mi cuello, mientras sus manos se deslizan un poco más abajo.
Intento apartarme de él, totalmente disgustada hasta que mi mirada choca con la de Adrien a la distancia, que nos mira fijamente sin hacerle caso alguno a Lila que baila y se restriega contra él sin ningún pudor.
