CAPITULO TREINTA

8 3 0
                                    

ADRIEN:

-¿Qué es esto?- pregunta incrédula.

-¿No es obvio?- le quito las imágenes, volviéndolas a guardar en el sobre. Había cambiado las ecografías de lugar, Marinette no pregunto nada por ello y todavía estaba debatiéndome entre decirle donde estaban o no. Ni siquiera sabía si ella estaría bien con esas imágenes a simple vista, podría ser algo muy duro para ella.

-No puedo creerlo, ¿Cuándo pensabas decírmelo?- a pesar de sonar molesta, una pequeña sonrisa se forma en su rostro y logra anudar mi estómago.

-Lo siento Chloé- respondo simplemente.

No quería tener esta conversación otra vez, ya había sido suficiente.

-No, necesitaras hacer mucho más para que te perdone, puedes empezar diciéndome que va a ser, ¿niño o niña?- pregunta nuevamente, sacando su celular de su bolso.

-Ninguno- comento en un murmuro, volviendo a caminar a la habitación, para poder guardar el sobre entre mi ropa, un lugar donde Marinette no las encontraría.

-¿A qué te refieres con ninguno?- pregunta a mis espaldas- ¿acaso…?

Deja la frase suspendida en el aire, cubriendo su boca con una de sus manos. De nuevo mi corazón se oprime, mi garganta arde por el nudo que se instala en la misma y me cuesta respirar con normalidad.

Ella acorta la distancia y me da un abrazo sincero, dando leves palmadas en mi espalda.

-Todo estará bien Adrikins- murmura.

Siempre decía lo mismo, creo que era nuestra forma de mantenernos bien mutuamente. Cuando su mamá se iba y la dejaba sola siendo una niña, le decía que todo estaría bien, cuando mamá murió ella me aseguro que todo estaría bien.

Esas tres palabras tenían más significado que lo que decían.

Era un apoyo mutuo sin importar nada más.

Era una promesa de que siempre contaríamos el uno con el otro.

Apoyo mi frente en su hombro y una lágrima resbala por mi mejilla hasta terminar en su blusa, pero eso a ella no le importa.

[…]

-Ya llegue- habla Marinette en voz alta cuando cruza la puerta. 

Observo como deja su chaqueta a un lado sobre el sofá, buscándome con la mirada.

-Ya me di cuenta de eso.

Le sonrío ladinamente, dejando mi celular a un lado y haciéndole una seña para que se acerque. Ella lo hace, sentándose en mi regazo a la vez que pasa uno de sus brazos alrededor de mi cuello.

-¿Cómo te fue con Alya?

Le pregunto con curiosidad, acomodando su cabello con una mano mientras acaricio su cintura con la otra.

-Bien, estuvimos platicando de muchas cosas- sonríe levemente, apoyando su cabeza en mi hombro.

Comienza a platicar sobre algunas cosas, y en ese momento siento que estamos mejor que antes, que lo malo que pasamos fue una prueba para ambos y que nuestra relación era más fuerte ahora.

Todavía nos faltaban muchas cosas por recorrer, y sinceramente ya nada podría sorprenderme, tenerla a mi lado me hacía sentir que podía enfrentarme a cualquier cosa.

[…]

-Chloé vino hace un par de horas- le confieso después de la cena. 

Termino de lavar los platos y seco mis manos, dándome la vuelta en el momento en el puntitos termina de acercarse, rodeando mi cuerpo con sus brazos y apoyando su barbilla en mi pecho.

SIEMPRE//FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora