Capítulo 9: Machismo

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Carlos debía rodear el camino del paso elevado para llegar a Game, pero Klaude le bloqueaba el camino y, por lo que se podía ver, tenía poderes de agua, por lo que lo podría ahogar si lo alcanzase con una burbuja o algo parecido.

Teniendo aquellas especulaciones en cuenta, Carlos, sintiendo un ligero temblor en las piernas, materializó una afilada lanza.

—¿De verdad piensas en luchar conmigo? —Preguntó Klaude.

—Aah... Quién sabe. —Carlos en verdad solo quería que Leire invocase alguna clase de dragón y de esa manera evitar que le rompiesen los dedos.

Entonces, como Klaude se encontraba en guardia junto con dos grandes burbujas de agua flotando alrededor de él, Carlos decidió lanzar con todas sus fuerzas la lanza para que, en el segundo que Klaude debía esquivarla, expulsar líquido al estilo del hombre araña para pegarlo en el otro extremo del paso y afortunadamente obligar al líquido a que tirase de él, lo que le permitió llegar al otro extremo asestando una patada en la cabeza a Klaude incluída.

—¡Vámonos! —Exclamó Carlos fascinado. No podía celebrarlo mucho, así que corrió lo más rápido que pudo a Game para entrar dentro y encontrar a Leire mirando videojuegos de Play Station— ¡Leire, Leire, alerta roja, señores con poderes peligrosos, muerte, sangre!

—Oh, no, tú, no... —Respondió Leire harta de la presencia de Carlos.

—¡Va en serio! ¡Hay dos tipos ahí fuera queriendo secuestrarme y que os van a matar! ÁBRACAX HA MUERTO. —Carlos estaba hiperventilando de la presión de la situación.

—Pues muy bien, otro machito fifa hetero muerto, solo faltáis tú y los otros machos alfa.

—Eres consciente de que acabas de sonar autista diciendo eso ¿Cierto? —Carlos mostraba visible indignación frente a las palabras de Leire sobre Ábracax—. La jodida persona que te podría haber regresado a tu vida normal ha muerto ¿Y te da igual, acaso te pegaban en casa?

De un momento a otro, Klaude llegó a la tienda que se metió Carlos e hizo que el agua tomase una forma puntiaguda apuntando hacia Carlos, de lo cual se percató Leire en el mismo instante.

—¡Cuidado! —Exclamó Leire antes de tirarse al suelo agarrando a Carlos para salvarle de una posible muerte. Rapidamente, le indicó que se escondiese tras la caja registradora aprovechando la gente que huía de la pelea incluído el cajero—

—No sabía que Ábracax tenía perras en el equipo —recitó Klaude tronándose los dedos viendo como Leire invocaba lobos con media cara desfigurada— ¿Es que son tus animales muertos? Porque si es así ,con gusto los remato por tí.

Sin pensarlo demasiado, los lobos se abalanzaron para engullir con sus afilados y mortales dientes a Klaude, aunque no contaron con que los podría atravesar sin ningún problema con una potente cascada la cual se llevaría sus pequeños órganos por delante dejando un rastro de sangre a su paso hasta caer en los pies de Leire.

—Joder... —-Impactada por ver los restos de sus animales, decidió tratar de invocar un animal grande como un oso o un gorila , sin embargo, Klaude velozmente la enganchó por el cuello y le empezó a pegar en el estómago con sus letales guantes de acero cortándole la respiración por momentos. Leire intentó defenderse dándole puñetazos en la cara, para alejarle, pero Klaude al momento que ella ansiaba por tomar aliento, la tomó de la cabeza y la estampó contra el cristal de la mesa del cajero rompiéndola con su cara. Carlos antes de ello, se ocultó tras una columna de la tienda asustado para no ser visto.

Leire con todas sus fuerzas la dió un codazo en la nariz y le dio un rodillazo en las partes sensibles para tener una oportunidad de luchar, no obstante, no tomó en cuenta que era una mujer luchando contra una especie de caballero experimentado en peleas cuerpo a cuerpo. Klaude sin inmutarse del golpe en su entrepierna, tomó a Leire de la cara y la estampó contra el suelo manchándolo de la sangre de Leire. Ella agarró la muñeca de Klaude para que le soltase, pero eso solo le hizo sonreír con maldad y romperle la muñeca. Leire expulsó un rompedor grito de dolor junto a unas leves lágrimas. Nunca había enfrentado a un ser así, y más siendo humano. Carlos temblaba de miedo observando la escena.

Carlos Sánchez y el trozo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora