Capítulo 8: Rave Windane

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El hombre con ojos color sangre devolvió el líquido negro que materializó para masacrar a Ábracax y así mirar al hombre con vestimentas de caballero.

—A él no, a los demonios —respondió el hombre con frialdad. Se podía ver que tenía un poco de barba necesitada de afeitar y su blanquecino pelo resaltaba su edad, sin embargo, no parecía tan viejo. En ese instante se giró para fijar su mirada en Carlos— ¿Te encuentras bien, hijo? —El hombre cambió al instante de expresión a una preocupada y conmovida. Al instante de hablar, se lanzó a abrazar a Carlos.

—¿Eh? —Carlos embobado no entendía la situación— ¿Cómo que hijo? —No respondió ante el abrazo y pensó en la posibilidad de apuñalarlo para llevarse parte de la ventaja.

El hombre dejó de abrazar a Carlos y lo miró fijamente a los ojos con una leve sonrisa.

—Soy, yo, Rave, Rave Windane. No sé lo que te habrá hecho por estos nueve meses pero no dejaré que te haga más daño, ni a ti ni a nadie más a partir de ahora. —Volvió a abrazar a Carlos pero con algo más de fuerza y acariciando su cabello.

Entonces Carlos lo apartó con delicadeza frunciendo el ceño mirando la sangre de Ábracax que le había pegado en la sudadera con repulsión.

—Usted, señor Rave, acaba de degollar al hombre que prácticamente iba a ayudarme a salvar mi universo junto a su colega de la edad media y tienes los huevos de cascarme que eres mi ¿Padre? Mi padre se llama Miguel, no tiene nombre de personaje británico. No tengo ni puta idea de lo que está pasando, pero si váis a matar gente que sepáis que yo también puedo hacer cosas guapas con el agua negra. —Inmediatamente Carlos materializó un bate con pinchos en la mitad alta apuntando hacia los dos hombres.

—¿¡Corruptomia!? —Exclamó Rave.

—¿Con que así se llama? Perfecto...

Rave suspiró observando la actitud de Carlos, miró al otro señor sin poder ocultar decepción en su mirada.

—Klaude, solo noquéalo y veremos qué pueden hacer con el lavado de cerebro. Yo me encargaré del resto. —Klaude asintió.

—A ver, chavalín. Podemos hacer esto por las buenas y vienes con nosotros de la mano y sin montar jaleo o... te puedo romper la nariz y terminar de la misma forma, pero con más sangre... Tú eliges —dijo Klaude con una leve sonrisa acercándose a Carlos. Al verlo más de cerca se podía ver que el hombre tenía el pelo rapado. Lo normal al estar presuntamente en un ejército medieval, o lo que fuese.

—O... nos bajamos los pantalones y meamos encestando en un cubo de basura —añadió Carlos gesticulando la aleatoria acción.

—¿Acaso te parezco una broma? —Klaude no pudo acabar su frase debido a que la guadaña de Victoria fue lanzada entre medio de Carlos y Klaude, provocando un momento de conmoción en el cual, Carlos aprovechó para probar un ataque sorpresa con el líquido negro y lanzárselo al estilo del hombre araña para derribarlo con éxito.

—¡Klaude! —Rave intentó ayudarlo echándole una mano con su líquido negro, sin embargo, Victoria apareció en un abrir y cerrar de ojos y cogiendo esa extensión que lanzó Rave lo lanzó lejos de Carlos y Klaude.

—¿Tú otra vez? —Victoria recogió su gran guadaña del suelo con una sonrisita en su rostro. Luego miró a Carlos y gritó— ¡Ve con Leire y que traiga lobos, si no está en Fnac ya sabes dónde estará ahora!

Carlos asintió y, gracias a su ataque sorpresa, salió corriendo hacia la tienda de videojuegos, Game, en medio de una gran multitud asustada corriendo por su vida. La gente quedó horrorizada por la imagen de la mutilada cabeza de Ábracax.

—¡Ve por él, yo me ocupo de ella! —Exclamó Rave a Klaude. Este inmediatamente, sin pensarlo, realizó un círculo mágico azul claro con el que, manipulando el agua del gran lago del centro comercial, pudo nadar velozmente hasta el piso de arriba, donde Game se encontraba, para bloquearle el paso a Carlos y dificultar su huída.

—¿Qué pasa, ya nueve meses sobrio? —Victoria caminaba lentamente alrededor de Rave, ya que sabía que el combate cuerpo a cuerpo supondría una muerte instantánea, por lo que debía mantener la distancia con su guadaña.

—¿Y tú nueve meses sin irte de flor en flor? Debe de ser un logro... y un milagro. —Rave y Victoria ya se conocían de antemano. Es más, Rave parecía tener conocimiento sobre información privada en relación a la vida de Victoria como humana.

—Ya sabes la historia de cada inútil de este equipo lleno de putos feos (excepto de Akim), joder, déjanos tener a Carlos y ya está. Fóllate a la primera que te encuentres y fabrícate una familia. Además, al tuyo ya lo mandaron para casa o algo así.

—¿Qué? —La última frase dejó a Rave muy desconcertado, tan desconcertado que permitió a Victoria invocar a un veloz demonio con afilados dedos para asesinar a Rave, aunque este lo decapitó con un machete sin ningún problema.

—Ups. Solía funcionar ¿Sabes? —Dijo Victoria antes de realizar un gran círculo a su alrededor para invocar a un demonio gordo escupe fuego para que le cubriera y así poder partir a Rave en dos.

Debido a que el corpulento demonio expulsaba llamas en dirección a Rave, él tuvo que perder varios segundos en improvisar un muro con el líquido, lo que hizo que Victoria pudiese aproximarse para degollarlo, sin embargo, en el segundo que se cubrió pudo reaccionar a tiempo para agarrar la guadaña antes de que se la clavase en el cuello y patearla. Aquello obligó a Victoria, antes de quedarse desarmada, a realizar un círculo carmesí del cual salió una mano demoníaca que le dio impulso para recoger su guadaña y de esa manera clavarle la guadaña en el hombro. Rave gimió de dolor. Líquido negro salía de su cuerpo en sustitución de su sangre, aunque no le impidió sacarse la guadaña y asestarle un puñetazo con un puño americano que materializó con su hemorragia y a su vez acorralarla contra la pared cambiando el estado del líquido a uno pegajoso y retenerla allí mientras cicatrizaba su herida y devolvía el líquido libre de partículas del suelo por las venas de sus muñecas.

—¿Qué habéis hecho con él? —Preguntó Rave jadeando mientras materializaba pinchos en el muro para acabar con el gran demonio.

—¿Es que intentaron abortarte o qué? Ábracax lo envió a su casa, somos demonios pero no estamos tan idos como tú, asustando a niños de alrededor.

—Sacar respuestas a uno de vosotros es perder el tiempo... Si no metemos violencia de por medio —Rave inmediatamente se dispuso a pegar a Victoria con el puño americano a su nariz hasta que hablase.

Victoria gritaba de dolor por cada puñetazo. Rave era un hombre abismalmente fuerte en cuanto a términos de fuerza física. Ella hizo lo mejor por permanecer callada hasta que en uno de los puñetazos sentía que iba a perder el conocimiento y decidió hablar.

—¡Nadie tiene idea de donde está, nadie! ¡Ábracax solo nos dice que lo devolvió a su dimensión y que buscaría a otro pero nada más! Joder, yo solo hago lo que me dice ¡Quiero volver a vivir!

—¿Buscar a otro más? ¿Cuántos más hay? —Preguntó Rave confundido restregando la sangre de Victoria en sus pantalones.

—Y yo que sé, es el único ser más tres personas más que tienen copias en cada universo. Eso es todo lo que nos dijo Ábracax. No quiero morir, iré al infierno.

—Tranquila... Aceleraré el proceso.

No obstante, Silvain, antes de que Rave le asestara una puñalada mortal a Victoria, consiguió tomar el control de una farola y con ella lanzarla a gran velocidad en dirección a Rave para lanzarlo lejos de Victoria y liberarla del pegajoso líquido. Se veía tranquilo, ya que se fue a tomar un café mientras leía un libro al lado del gran lago de Puerto Venecia.

—¿¡Dónde coño estabas!? —Victoria cayó al suelo del cansancio y agotamiento.

—Leyendo. —Silvain se veía indiferente ante la situación.

Rave se quitó de encima la farola y avistó a Silvain, lo cual le alertó bastante, ya que con los poderes telequinéticos podría desmembrarle en un abrir y cerrar de ojos, por lo que decidió crear una barrera que bloquease el camino y fuese invisible a ojos de Silvain para evitar una muerte instantánea.

Carlos Sánchez y el trozo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora