Tras la amarga misión que llevó a cabo el equipo, todos fueron sanados inmediatamente por Ábracax, aunque Silvain quedó en estado de shock debido a la gran pérdida de sangre, por lo que se fue a su habitación para descansar. El resto simplemente se fue a comer, exhaustos por la situación. Carlos no se quitó los auriculares en ningún momento, y parecía no tener ganas de hablar con nadie. Dani intentó hablar con él, pero Leire le frenó apoyando su mano en el hombro de Dani a su vez que negaba con la cabeza indicando que debía darle tiempo. No obstante, notó que cuanto más tiempo tocaba a Dani, más sentía una sensación de quemadura en la palma de su mano, por lo que apartó su mano confundida.
Victoria, por otro lado, estuvo todo aquel tiempo junto a Silas, quien intentaba animarla con pequeños trucos de magia que no captaron la atención de ella. Victoria simplemente no podía dejar de observar a Carlos con odio, la sangre le hervía solo de recordar el sonido de la pistola en el comunicador de Akim. Sabía que no serviría de nada pelear en aquel momento, pero juraba para ella misma que iba a vengarse fuera como fuera junto a Silas.
A la hora de cenar, todos excepto Carlos bajaron al comedor, cosa que le llamó la atención a Ábracax, ya que aquel día hizo pizza desde cero, pero decidió darle espacio por el momento. Sin embargo, su sonrisa no abandonaba su cara. Sentía orgullo por el éxito de su plan, es más, no le dio la más mínima importancia a la pérdida en su plantilla. Nada que no hubiese visto antes.
Dani, por su parte, aún luchaba por asimilar lo ocurrido en la misión. Sangre, cuerpos, desmembramientos... Apenas unos días atrás, paseaba tranquilamente a su beagle mientras intercambiaba mensajes con su novia por WhatsApp, hasta que se reunió con Carlos y Ángela. Ahora todo parecía desbordarlo; los acontecimientos avanzaban a una velocidad vertiginosa, escapando completamente de su control, lo que le provocaba una profunda incomodidad y un creciente sentimiento de ansiedad. Lo único que podía tranquilizarle era la presencia de su amigo, quien era muy cercano a él, pero con los acontecimientos ocurridos, Carlos acabó en peor condición que él. Era una pesadilla para él. Cabe añadir que saber que Ábracax lo tenía aun en el punto de mira por colarse en el castillo sin permiso de nadie, lo cual le aterraba por la figura tan imponente que tenía aquel ser.
Horas después, a las doce de la noche, ya habiendo todo el mundo regresado a sus respectivas habitaciones para descansar, Ábracax se paseó por el pasillo de los dormitorios. Todas las luces, incluída la de Leire sorprendentemente, estaban apagadas, excepto unos pequeños destellos que provenían de la habitación de Carlos. Ábracax ladeó la cabeza ligeramente planteándose si entrar a su habitación, lo cual, hizo tocando antes la puerta con el permiso de Carlos.
Este estaba jugando a un videojuego mientras escuchaba canciones de Dua Lipa mediante los auriculares a un volumen medianamente alto. Se veía realmente devastado, apagado, y además, sus rojizos ojos indicaba que había estado llorando por un buen rato. Carlos no realizó contacto visual con Ábracax. Se limitó a estar sentado con las piernas cruzadas sobre su cama.
Ábracax se sentó al borde de la cama mirando a Carlos con su usual sonrisa.
-¿Cómo es que sigues despierto?
-Es que este juego es súper adictivo -contestó Carlos en seco.
-Pero si solo estás tirándote desde grandes alturas y sobreviviendo porque tienes activado el... truco de invencibilidad -respondió Ábracax inclinando la cabeza para leer la pantalla.
Carlos gruñó angustiado.
-Es que me gusta hacer sufrir a los personajes que controlo. -Carlos dejó de jugar cruzándose de brazos.
-¿Seguro que no ocurre nada relacionado con... ya sabes, lo de esta mañana? -Preguntó Ábracax sonriendo de oreja a oreja.
-Joder, pues claro que sí .-Los ojos de Carlos volvieron a lagrimear-. He matado a un Akim, un hombre que tenía mujer e hijos, he dejado morir a cientos de estudiantes y tengo que actuar como si nada, ¡Quiero irme a casa! -Carlos comenzó a sollozar mientras luchaba por secarse las lágrimas.
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Carlos Sánchez y el trozo de cristal
Fantasy¿Os imagináis si pudieseis viajar entre dimensiones con un trozo de cristal? Pues parece ser que se puede, lo que hará que la vida normal de este anormal adolescente llamado Carlos, se vea perturbada por un grupo de "personas" que van en su búsqueda...