ᴠɪ́ɴᴄᴜʟᴏꜱ ᴅᴇ ʜᴏɴᴏʀ ©

⚜️ CAPÍTULO 17 ⚜️

"¿Problemas?"

El amanecer llegó con una sensación de inquietud que pesaba en el aire. Presentía algo malo, algo muy malo.

Al abrir la puerta de mi habitación y prepararme para el día, me encontré con una sorpresa desagradable. Un sirviente llegó con una carta urgente en la mano, pálido y visiblemente afectado.

―¿Qué sucede? ―pregunté, tomando la carta con manos temblorosas.

―Señorita, es una noticia terrible. ―dijo el sirviente, sin poder ocultar su preocupación.

Abrí la carta con rapidez.

Estaba escrita en una caligrafía casi ilegible, y contenía la trágica noticia de la muerte de uno de los espías enviados hace dos noches.

"Princesa Elara,

Lamentablemente, uno de nuestros conpañeros ha sido asesinado en el cumplimiento de su misión. Su nombre era Aric, un espía de gran lealtad y valentía. Encontramos su cuerpo en el bosque, y los indicios sugieren que fue capturado y ejecutado por fuerzas desconocidas.

Le informaremos más detalles en cuanto tengamos más información. Por ahora, necesitamos actuar con cautela y tomar precauciones.

Atentamente,
El Capitán de los Espías"

Aric, un espía valiente que había estado a la altura de su deber, había perdido la vida por nuestra causa. La tristeza y la culpabilidad me envolvieron, y sentí que la responsabilidad de su muerte pesaba sobre mis hombros.

―Otra cosa más, Princesa Elara, ―anunció el sirviente. ―El príncipe Nathan ha llegado.

Asentí lentamente mientras veía como se alejaba y se perdía por los pasillos.

Todo había salido mal, y era mi culpa.

Nathan debía estar enojado por no haber recibido noticias mías, y ahora, con la noticia de la muerte de Aric, no podía imaginar cómo reaccionaría.

Decidí dirigirme inmediatamente a la sala de juntas para convocar a una reunión de emergencia con los oficiales del reino y los espías restantes.

No podía pensar con claridad, la noticia me había afectado más de lo debido. En cuanto llegué, me perdí mirando hacia la ventana mientras esperaba a los demás.

Mi corazón dio un vuelco al escuchar el estruendo que causó la puerta al abrirse de golpe.

Sabía que era él.

Cuando Nathan entró en la sala, su rostro era más sombrío de lo normal.

―¡Elara! ―explotó y su voz resonó en todo el lugar. ―¿Qué demonios has hecho?

Su grito me sorprendió y me dió una mirada asesina que me hizo dar un paso atrás.

―¿Cómo pudiste tomar una decisión tan imprudente sin consultarme? ―continuó, con su voz llena de indignación. ―¿Sabías lo que arriesgabas?

―Lamento profundamente la muerte de Aric. ―dije, intentando mantener la calma a pesar de su enojo. ―Pero era necesario obtener información. No podíamos enfrentar al enemigo sin saber a quién nos enfrentábamos.

Nathan estaba demasiado furioso, y no podía ocultar su rabia.

―¡Eso no es excusa! ―gritó nuevamente. ―No solo has arriesgado la vida de nuestros agentes, sino que has puesto en peligro a todo el reino. ¿Qué pensabas que lograrías con esto?