Diecisiete: Pasado

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Había escuchado la puerta principal cerrarse, por fin se había marchado.

¡El no esperaba que todo llegara tan lejos! ¿Darse un beso? Oh lunas, el estaba perdiendo la cordura. ¿Dónde quedó el Hoseok de hace solo unos días?

Parecía que el era quien estaba cayendo en su propio juego.

Mientras el agua caía sobre el y reposaba en las baldosas de su baño no podía dejar de reproducir las imágenes de hace solo unos minutos con el Alfa, ellos realmente estuvieron a nada de besarse si no hubiera sido por el menor de los Alfas, vaya.

Ni siquiera podía decir si fue totalmente una fortuna o una lamentable desgracia. Y es que haber tenido al peliblanco así, tan cerca, había removido cosas en su interior, sus piernas se sintieron pegajosas y como gelatina.

Bajo la mirada horrizado, el lubricante natural de su entrada había comenzado a producirse, oh luna. El definitivamente no iba a tocarse, ¿lo quería? Probablemente, pero al bajar le daría el desayuno a Jungkook, ¡el no iba hacer tal cosa con sus dedos! Luna, necesitaba un cigarro y un café caliente.

Sacudió la cabeza y cerró las llaves de la regadera después de haberse limpiado correctamente. Se secó con su toalla y tomó su ropa de siempre, había tomado unos cuantos supresores de olor, esperaba que con ellos fueran suficientes.

Sacudió su cabello en la toalla y se miró al espejo, en sus ojos había un extraño brillo que no quería ver. Y bueno, tampoco podía pasar por alto que su cabello rojizo comenzaba a tronarse naranja de las raíces, vaya mierda, debía retocarlo o incluso cambiar de un nuevo look. Yoongi debío burlarse de el, debío tener un aspecto terrible.

¿Pero cuando le importo lo que los demás pensaran? ¿Cuándo importo lo qué un Alfa pensara de él?

Masajeo sus cienes, necesitaba ese cigarro.

Terminó de arreglarse y fue abajo, Jungkook no se veía por ningún lado, supuso que estaba en su habitación cambiándose.

No iba pasar por alto poner agua para un maldito café, extrañaba su vieja cafetera.

Ya en paz pudo comenzar con la comida del día de hoy, tenía un poco de carne aún en el congelador y el bulgogi parecía una buena opción, a Jungkook le encantaba, bueno, que no hacía que no le gustará al menor.

Aquello hizo recordar lo que acababa de suceder, su cuerpo se sacudió de la vergüenza de pensar en cómo había hablado del chico, era como esos actos vergonzoso que alguna vez hayas hecho y vuelven a tu mente de la nada, horrible.

En sus labios ya llevaba un cigarrillo, se agacho un poco a una de las mechas ya encendidas de la estufa y lo prendió dando una fuerte calada, paz por fin.

Y pasos agigantados se escucharon en las escaleras.

Dejo la carne cortada en la sartén, dispuesto hacer la salsa de soja.

— Hoseok hyung, gracias enserió, en la mañana moría de hambre. — dijo un Jungkook con el cabello húmedo arrastrando la silla del comedor.

— Mmm. — murmuró con los labios ocupados. — Aún falta para que este la carne, puedes subir a descansar si quieres.

Jungkook tenía una mano apoyada sobre su rostro.

Un omega reservado⁰² [yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora