Semanas después, JiMin se preguntó cómo se había convertido en esto su vida; de rodillas en un salón de clases vacío, con la boca llena por el pene de un estudiante al que se suponía debía impartir lecciones particulares.
Era la cuarta nota perfecta que TaeHyung le entregaba, ese día había sido de física, así que JiMin amablemente dejó la hoja del examen aprobado sobre la mesa y se dispuso a felicitar al menor por su buen trabajo.
A éste punto, donde ya llevaban más que «solo unas cuantas» mamadas, Kim se había vuelto menos tímido cuando JiMin se la chupaba, ahora usaba su mano para hacer que el mayor llegará al fondo, su nariz rozando con el escaso vello púbico del chico. También le había dejado de doler la garganta cada vez que terminaban, y Park solía acompañar a TaeHyung hasta la esquina de su casa, ya que él nunca lo dejó seguirlo hasta la puerta de su hogar.
Lo único que no había cambiado era el hecho de que Tae, por más que estuviera disfrutando la mamada, jamás permitía a JiMin tragarse su corrida. Siempre lo apartaba justo a tiempo para que su semen cayera al piso, y cuando el mayor le preguntó por qué no lo dejaba, el chico solo negó con la cabeza, diciendo algo como “eso está sucio”. No es como sí a Park le importara, pero TaeHyung parecía muy firme en la decisión de mantener su semen lejos de la boca de JiMin, así que no lo abrió a discusión.
A decir verdad, JiMin lo lamentaba. Ahora mismo, casi se quejaba al sentir que Tae le jaló el cabello para sacar su polla, dejando la lengua del mayor afuera con este gimoteando de decepción cuando vio la rojiza erección botando delicioso pre-semen. Tae se masturbó un par de veces antes de soltar un grito pequeño y arquearse, dejando ir toda su carga de líquido blanco sobre el piso. Park bufó al ver todo el semen desperdiciado, pero se abstuvo de mencionar algo al respecto.
—Salió mucho esta vez, ¿eh? —comentó sacando el pañuelo que había comenzado a cargar para limpiar a TaeHyung y el suelo.
—No digas esas cosas, hyung —protestó Tae avergonzado.
JiMin se habría reído de su actitud si no fuera porque de verdad lamentaba no poder probar cómo sabía TaeHyung. A veces le hacía sentirse una puta hambrienta, pero él sólo tenía una lengua ansiosa, ¿de acuerdo?
Ah, eso era otra cosa. Tae podría haber empezado a soltarse durante las mamadas, pero después volvía a sonrojarse y desviar la mirada, disculpándose con JiMin por haber sido algo brusco.
A JiMin le gustaba, TaeHyung era lindo y se estaba esforzando en las clases, así que ya no tenía quejas técnicamente, además de… bueno, su pequeño e ignorado capricho.
—¿Cree que me irá bien en la exposición de literatura de mañana, hyung? —cuestionó Kim cuando iban caminando en dirección a su calle.
—No veo por qué no. Hoy repasamos y te sabes los versos del libro, no deberías tener problemas.
—Las exposiciones me ponen nervioso —admitió.
—Lo harás bien, Tae-ah. El profesor YoonGi no es mala persona, seguramente será flexible contigo —trató de ser optimista, viendo que Tae apretaba las correas de su mochila—. Aparte, si estás nervioso recuerda que obtendrás un premio por hacerlo bien —bromeó.
—¡Hyung! —se quejó Tae, escandalizado—. Hoy ha estado muy conversador.
El mayor rió y dejó de caminar cuando llegaron a la esquina. Kim le sonrió levemente con la cabeza gacha antes de despedirse.
—Nos vemos mañana, hyung. Vaya con cuidado.
—Sí, Tae-ah. Llega a salvo a tu casa.
TaeHyung asintió y siguió caminando hasta su casa, y hasta no perderlo de vista, JiMin no se dio vuelta para dirigirse a su propio hogar.
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lecciones y mamadas › pjm & kth
Fanfiction─Cada vez que completes una lección con éxito, te daré una recompensa. ─¿Qué clase de recompensa? ─La que tú quieras. ─¿Qué tal una mamada? ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ও 𝗺𝗶𝗻𝘃: pjm top ! kth bottom ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ও prólogo + 25 capítulos + epílogo ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ও historia o...