lección dieciocho.

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—Lo siento tanto, Binnie —lamentó JiMin haciendo una reverencia mientras esperaban afuera de la dirección a que salieran JungKook y TaeHyung. Ya llevaban veinte minutos adentro, Park no estaba seguro de quién iba a salir más perjudicado, aunque bueno, lógicamente debía ser TaeHyung.

—No te preocupes, JiMin. No duele tanto como parece —dijo poniendo una mano en su hombro. El mayor lo miró, y Choi le sonrió en consuelo—. Además... entiendo por qué TaeHyung me golpeó, así que no es como si tuvieras la culpa, sabes.

—Sí la tengo...

—Sí la tiene —espetó Mark, quién al igual que YuGyeom y BaekHyun, se había mantenido en silencio, sentado en las sillas de plástico que había afuera de la dirección.

JiMin agachó la mirada al sentir los enojados ojos de Tuan posarse encima suyo. Sabía que ellos estaban enterados de lo sucedido, lo que desconocía es qué tan a detalle Tae les había contado todo.

—Sí la tiene —reincidió—. Por su culpa Tae se sintió utilizado. Sólo te aprovechaste de sus sentimientos para...

—Si sólo estás hablando en nombre de tu amigo, te sugiero guardar silencio —espetó BaekHyun esta vez—. Ninguno de nosotros conoce ambas versiones, así que deja de ser parcial y cierra la boca —ordenó.

Mark afiló la mirada hacia él, y Baek hizo lo mismo sin problemas. JiMin se apresuró a detenerlos ya que una segunda pelea definitivamente no sería una buena opción.

—Mark, te prometo que no es lo que piensas. Yo no utilicé a TaeHyung, sólo fue un malentendido.

Vio que el menor iba a decir algo, pero YuGyeom llegó a él y le colocó una mano en el hombro, negando con la cabeza al mismo tiempo.

—Mark, déjalo.

—¿Cómo puedes decirme eso? ¡TaeHyung es nuestro amigo! —le recriminó.

—Y JungKook es mi novio, ¿cómo crees que me siento con todo esto? —replicó desviando la mirada. Mark alzó las cejas, posiblemente ese detalle no había pasado por su cabeza—. Hay que ser imparciales y dejar que TaeHyung y JiMin aclaren sus asuntos y, más importante, nos permitan una opinión. No podemos andar de metiches cada vez que TaeHyung hace algo mal, él no es un bebé.

—Es injusto que le pase todo esto —masculló entre dientes, apretando los puños contra los costados de su cuerpo—. TaeHyung no se merece tanta confusión en su vida —cerró los ojos con fuerza antes de salir caminando a zancadas hacia el patio otra vez, seguramente para relajarse.

JiMin suspiró y se recostó contra la pared para esperar, sintiendo a SooBin palmearle el hombro en gesto de apoyo.

¿Cómo podía estar tan tranquilo y sin rencor después de haber sido golpeado sin motivo? JiMin no entendía qué pasaba por su mente.

—Cuando llegué de Estados Unidos... —dijo Choi repentinamente—. Me sentía perdido y solo, a pesar de tener a mi familia conmigo. Hay veces en las que simplemente no encontramos un lugar en el mundo hasta que conocemos a alguien que nos deja un espacio en el suyo —sonrió de lado, sus mejillas tomando un leve color rojizo—. YeonJun fue el que me dio a mi zona de confort. Aunque los considero a todos mis amigos, no soy yo mismo con ninguno de ustedes. Con YeonJun sí, y no sé qué haría si viera que alguien intenta entrar en ese pequeño espacio que él me da. Por eso... no estoy molesto con TaeHyung. Para él debió ser difícil asociar que alguien más tomaría el lugar que él tenía y que lo hacía tan feliz, ¿sabes? Piensa en eso cuando hables con él.

JiMin pasó saliva y asintió, sintiendo el pecho oprimido por alguna razón.

No pasarían ni diez minutos cuando la puerta de la oficina se abrió y salieron TaeHyung y JungKook, seguidos del director y orientador.

lecciones y mamadas › pjm & kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora