lección ocho¹.

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Cuando JiMin estaba a punto de salir al colegio, recibió un mensaje de JungKook diciéndole que BaekHyun y él lo pasarían buscando por su casa, así que se dispuso a esperarlos. Ellos llegaron a los quince minutos y pudieron irse de una vez. Iban conversando sobre el MV Answer que había sacado ATEEZ, incluso si siempre que hablaban del grupo, Park terminaba llorando por acordarse de San, que, por cierto, le había hecho creer que haría live en Instagram hace no mucho.

Sin embargo, antes de que se pusiera en modo viuda, BaekHyun le tocó otro tema de conversación.

—¿Cómo te fue en la lección de ayer? —Preguntó curioso.

Recordar aquello no le hizo nada bien a Park, que había dormido pensando en Tae. Era algo que lo confundió esa misma noche cuando Lisa lo despertó; JiMin se durmió pensando en la increíble mamada que acababa de recibir, pero en su sueño no hubo ni un rastro de ello. En realidad, había sido un sueño bastante común. Él y TaeHyung sentados en el salón, con el menor riéndose de él por haber fallado en judo, y luego alentándolo para que ganara la próxima vez.

¿Era eso algo normal? Bueno, obviamente sí. Él y Kim pasaban mucho tiempo juntos, y la mitad de ese tiempo no era en mamadas, por lo que no debía preocuparse mucho por tener sueño no-húmedos con el chico.

—Bien, solo era un retrato —respondió tardíamente.

—Sabes, JiMin —Esta vez habló JungKook, frunciendo los labios—. Nunca me contaste cómo conseguiste que TaeHyung se aplicara en las lecciones. ¿Qué le ofreciste como premio?

El rostro de Park probablemente empalideció tanto como el cadáver de un albino, y el pulso se le disparó a mil. Él balbuceó algunas cosas, pero ninguna de ellas se le entendió, por lo que BaekHyun y JungKook solo se mantuvieron en silencio, intrigados.

—Y-yo...

—¡JungKoooook!

—¡YuGyeoooom!

JiMin y BaekHyun rodaron los ojos cuando, de improvisto, apareció YuGyeom corriendo. JungKook no lo dejó llegar porque terminó lanzándose a sus brazos, terminando así con las piernas rodeando la cintura de Yug y este agarrándolo de los muslos.

—Oigan, guarden eso para cuando estén en la habitación —refunfuñó Byun.

—¡Te extrañé mucho, Yugie! —dijo JungKook sin prestarle atención, dejando muchos besos sobre la boca de Kim.

—¡Yo también te extrañé, mi amorcito!

—¡Se vieron ayer! —exclamó Mark molesto, llegando junto a TaeHyung. El último sonrió tímidamente cuando cruzó miradas con Park.

JiMin le sonrió también y se dispuso a acercarse a él, pero Baek, con buena o mala intención, le tomó de la mano y dijo en voz alta.

—Oh, genial. Justamente estábamos hablando de ti, TaeHyung.

Oh, no.

—BaekHyun-

—¿Sobre mí? —preguntó confundido, ladeando la cabeza. JiMin quiso abrazarlo—. ¿Por qué?

—¡Oh, sí es verdad! —confirmó JungKook bajándose de encima de YuGyeom. Se acercó a Tae y le sonrió muy amplio, aunque con los ojos abiertos. Se veía extraño—. Le estábamos preguntando a JiMin sobre qué te ofrece para que le prestes atención en las clases.

Si la reacción de JiMin había sido empalidecer, la de TaeHyung fue todo lo contrario. El rostro del menor se puso de mil y un tonos de rojo, y retrocedió por reflejo unos dos pasos, como si Jeon fuera un depredador –bueno, cuando se lo proponía podía parecer uno.

lecciones y mamadas › pjm & kthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora