𝙏𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣𝙜Era una noche helada, las calles y los árboles estaban cubiertos por esa nieve blanca que caía.
La hermosa vista que tenía desde mi balcón, una chica extendía sus brazos, como si fuera acogida por la nieve, se veía emocionada quizá.
— Como puede gustarle el frío —dije mientras frotaba mis manos, a pesar de tener guantes, el frío sobrepasaba la gruesa tela de estos.
Esa chica se veía feliz bajo la nieve, es como si no le quemara el frío al agarrar la nieve.
— Joder que frío hace —entré a mi habitación y cerré las puertas.
Puse la calefacción al máximo, odiaba ser tan friolento, como es posible que tenga tanto frío si nací en invierno.
— Taehyung, ven a tomar una taza de chocolate. —grito mi madre desde la planta baja.
— Ya voy —grité.
Bajé las escaleras y me encontré a mi madre sirviendo las tazas de chocolate, en la mesa había una canasta y dentro de esta unas galletas, olían bien, al parecer estaban recién horneadas.
Giré hacia la sala y vi a una mujer, como de la edad de mi mamá.
— Hola —dije.
— Hola —sonrió gentilmente.
— Hijo, ¿recuerdas a la vecina que teníamos en Daegu?
— Mamá, hace diez años que nos mudamos a Seúl, como recordaré.
— Tienes razón, bueno ella vivía en la casa de al lado, pues casualmente está rentando la casa de enfrente —sonrió.
— Oh, que bien, bienvenida al vecindario.
— Gracias —sonrió la señora.
Se abrió la puerta de la entrada y vi a esa chica, la que jugaba en la nieve, tenía su nariz y mejillas rojas por el frío, se veía tierna.
Me di una cachetada mental por pensar esas cosas.
— Ay Tn, mira como tienes la cara, espero que no te enfermes —dijo la señora.
— Lo siento mamá, hace años que no veía la nieve, también hace mucho que no nieva en Daegu. —dijo algo desilusionada por lo último.
Ella me miró y yo la miré, era una escena tontamente divertida, ya que ambos nos mirábamos como si quisiéramos recordar algo.
— ¿Eres Taehyung? —preguntó.
— Si, ¿y tú eres?
— Tn, Min Tn —sonrió— ¿No me recuerdas? —negué con la cabeza— Claro han pasado diez años, pero yo recuerdo al Tae chaparrito, ahora eres más alto que yo. —se rió.
Fruncí el ceño, jamás he sido chaparro, no como mi mejor amigo Jimin.
— No te recuerdo.
— ¿Y a Yoongi?, él es mi hermano mayor.
— ¿Yoongi? —ese nombre me sonaba, pero no lograba recordar tampoco.
— Olvídalo, necesitas verlo para que recuerdes, pero ahora está en un viaje con su novia —rodó los ojos.
— Aquí está tu chocolate Tn.
— Gracias señora Kim.
— Solo dime Yaerin —sonrió mi mamá.
— Está bien Yaerin.
Me senté en la sala junto a las tres mujeres, me sentía incómodo, hasta que llegó mi papá, fue mi salvación, en cuanto lo vi supo que me sentía incómodo ahí.
— Buenas noches —saludó mi papá.
— Buenas noches —dijeron las dos mujeres.
— Amor, ¿recuerdas a Min Sol?
— ¿Min Sol?, creo que no.
— Tal para cual —dijo mi madre— Tae tampoco las recordó, ella era nuestra vecina en Daegu, vivían al lado.
— Ah, ya recuerdo, señora Min, que gustó verla, ¿y su esposo? —preguntó papá.
— Él, el falleció —la chica bajó la mirada cuando su mamá dijo eso.
— Lo siento tanto.
— No pasa nada —sonrió.
— Ella debe ser su hija —mi papá la miró— La pequeña Tn, recuerdo que ella solía jugar mucho con mi hijo, pero usted tiene un hijo mayor.
— Así es, ahora esta de viaje.
— Si los recuerdo, me da gusto volver a verlas —sonrió.
— Igual a nosotras —dijo la señora.
Mi padre fue a la habitación y después bajó, todos ahora platicaban de cuando vivían en Daegu, solo yo y esa chica estábamos callados.
Una hora más tarde se fueron y cuando estaba mi habitación las vi entrar a su casa.
Seguía viendo por la ventana cuando una luz se prendió, me di cuenta que esa era la habitación de ella, se asomó por la ventana y al verme me saludó, hice lo mismo, no quise verme grosero.