Esperaba con ansias a Tae, había echo una cena deliciosa para festejar nuestro primer aniversario como esposos.Vi los últimos detalles, solo faltaba él.
Fui a la habitación para arreglarme, me puse un vestido rojo suelo y me maquillé solo un poco.
Tannie siempre estaba acompañándome, mientras yo me arreglaba él estaba sobre mis pies acostado.
Escuché un auto llegar y me asomé por la ventana, era mi esposo, ya había llegado, salí para ir a la sala y entró, traía un ramo de flores, eran hermosas.
— Feliz primer aniversario mi amor —dijo.
— Feliz aniversario—sonreí y recibí las flores— Hice algo especial amor.
Lo tomé de la mano y lo llevé al comedor, había velas, vino, la comida exquisita, me había esmerado tanto en nuestro primer aniversario.
— Que lindo —sonrió.
— Vamos a cenar amor.
Fuimos a la mesa y serví los platos, cenamos y platicábamos de nuestro día.
— Que desgraciado —dijo Tae.
— ¿Lo puedes creer?, quería quitarle el hogar a su familia.
Le estaba contando de un caso que llegó al despacho, un hombre que quería quitarle el hogar a sus hijos y su esposa, todo por su amante, pero al final ganó la señora y sus hijos.
— Amor, ¿has pensado en tener hijos? —preguntó de la nada.
— Si y deseo mucho tener hijos pero creo que debemos esperar un poco más.
— Tienes razón, también quiero hijos, muchos hijos —se rió.
— Amor —reí— Todo a su tiempo ¿si?
— Si amor.
Unos años después....
— Joder —mi respiración estaba descontrolada.
Estaba sola en casa, Tae había echo guardia esta noche, pero no pensé que el parto se me adelantaría una semana antes de la fecha.
Tomé el teléfono y llamé a mi madre, por suerte Wooseok estaba también en casa y vinieron lo más pronto, los dos me llevaron al hospital y en el camino mamá llamó a mis suegros y le avisó Tae.
— Tranquila hija, estamos llegando.
— Me duele mucho mamá.
— Yo lo sé amor, respira y suelta el aire.
Hice lo que mamá me aconsejaba, hasta que el auto se detuvo, mi mamá salió del auto y abrió la puerta de mi lado y junto a su esposo me ayudó a bajar.
Vi a Tae llegando con unas enfermeras y me llevaron a la sala de parto, en todo momento estuvo conmigo.
— Tienes que pujar Tn —me decía mi médico.
— No puedo —gritaba de dolor.
— Si puedes, por favor uno más.
Tae apretaba fuerte mi mano, y me alentaba con su mirada.
Puje una vez más hasta que escuché el llanto de mi bebé.
— Muy bien Tn, lo hiciste muy bien —dijo el médico— Es una hermosa niña.
Tae al verla lloró y después la acercaron a mi, era bella, al fin mi princesa estaba con nosotros.
Las enfermeras se la llevaron y a mi me hicieron los procedimientos para luego llevarme a mi habitación.
— Lo hiciste genial mi amor, estoy orgulloso de ti.
— Tuve miedo —lloré.
— Perdón por dejarte sola, debí pedir mis descansos.
— No pasa nada amor, no sabíamos que iba a llegar hoy —sonreí.
— Lo sé, pero aún así.
— Aquí está le bebe Kim —dijo una enfermera.
— Por Dios, tan pequeña —dijo mi suegra— Nuestra nieta amor —ahora miraba a mi suegro.
— Que hermosa —ambos la miraban con dulzura.
— Mira MinSol, ya somos abuelas.
— Hola pequeña, soy tu abuela —dijo mamá.
— Felicidades chicos, tienen una hija hermosa.
— Gracias Wooseok —dije.
— Gracias, y también gracias por traerla.
— No es nada.
Mi mamá y mis suegros se fueron, y a Tae le dieron permiso de estar conmigo.
Me quedé dormida, me sentía cansada y adolorida.
Pero la voz de Tae me hizo despertar.
— Eres una niña hermosa, eres tan amada y tan esperada por nosotros y por tus abuelos, solo falta que conozcas al tío Yoongi, seguro te va a amar, aún no nacías y dijo que te iba a llevar a pasear, el tío Jimin también te amara, eres un pedacito de todo el amor que le tengo a mami, eres la prueba del amor que nos tenemos, y ahora ese amor se divide en dos, por qué también te amo a ti, me has echo tan feliz hija —sonreí ante esas palabras tan hermosas que le había dicho a nuestra hija.
— Algo bueno tuve que hacer en mi vida pasada para que me diera a ese hombre tan bueno —dije.
— Amor —Tae se acercó a mi— ¿Escuchaste?
— Si, y fueron unas palabras tan bellas.
— Todo lo que dije es lo que siento, y perdón por compartir el amor que tengo hacia ti, ahora una pequeña personita te ha robado la mitad.
— Mientras sea mi hija, no me molesta compartir —reí.
— Ahora tengo dos mujeres hermosas.
— Te amo
— Y yo a ti.
Se acercó a mi y me dio un beso.