A Trihybrid in the Maze

Capítulo 12: ¿Emilia con...náuseas?

Gally miraba preocupado a su novia, tenía la ligera sospecha de lo que le hacía tener ese malestar. Emilia últimamente se había estado sintiendo rara y no pasó desapercibido para el constructor, su actual novio. Gally después de declararse y que subiese la caja, le preparo una cita a Emilia por la noche.

Flashback

Cuando Teresa se desmayó el día que llegó, Gally quiso aprovechar que Emilia estaba distraída para prepararle una sorpresa. Él, antes de que la caja sonase se había declarado a la chica. Ella no le dijo que no, pero intentaría amarlo ya que todavía seguía en su corazón cierto rubio que hace un tiempo le hizo daño. La chica acepto ser querida por el constructor como lo hizo con su antiguo amor, aun que para él chico sea su perdición haberse enamorarse de la trihíbrida.

- Emilia, ven- le susurro el constructor a la chica, ella se acerco- Al anochecer cuando todos se hayan dormido, ven al mirador.- ella lo miro extrañada y asintió.

Cuando todos estaban dormidos, Emilia fue hacia donde Gally le indicó. Terminó de subir las escaleras y se sorprendió lo que vieron sus ojos. El chico había puesto una fina tela que encima tenía comida y unas velas al rededor de la tela. Miro al chico que estaba sentado en uno de los lados de la manta, este le sonrió tímidamente dándole unas flores con una cuerda al rededor con un lazo. Emilia puso sus manos en la boca con sorpresa, se esperaba cualquier cosa menos esto.

- Gally....- pronuncio ella sorprendida sentándose delante de él con las piernas cruzadas.- Esto es hermoso, gracias.- cogió las flores oliéndolas eran sus favoritas rosas negras.

La chica no las había visto desde la última vez que vio a Klaus. Ella se sorprendió ante el detalle del híbrido, no sabia que esa era la última vez que lo vería.

- Me alegro de que te guste- respondió Gally con una inmensa sonrisa.

- ¿Cómo lo sabías, como las conseguiste?- pregunto curiosa la chica.

- Una vez dijiste que te gustaban las rosas negras. Le pedí un recado a la caja, si me podía dar semillas de rosas negras.- la miro y ella siguió expectante a que continuase- Intente plantar la primera, pero ya sabes no sirvo como jardinero.- ella hizo una leve risa- Entonces le pedí un favor a Zart, él me ayudo sin problema. Al principio se quedó extrañado y dedujo que eran para ti y le dije que guardase el secreto. Las teníamos en un lugar oculto para que nadie las arrancará o pisoteara.

A Emilia se le auguran los ojos, se levantó y se puso de rodillas al lado del chico, dándole un abrazo muy fuerte. Esas rosas podían significar muchas cosas, pero el motivo de que le gustasen a la chica era por que significaban un amor eterno algo más allá de lo material, de lo físico. Hacia tanto que no las veía que al recordar la última vez que las vio se puso a llorar.

- Eh... ¿Qué pasa?- Gally se preocupo y le toco con una de las manos la mejilla de esta, calmándola un poco.

- Nada, que es un detalle muy bonito.- dijo media verdad, no le quería decir que le recordaba su antigua vida.

- Emilia yo de verdad te amo y se que aun en el fondo de tu corazón no lo has olvidado.- hizo referencia a Newt- Pero se que puedo amarte más que a nadie en el universo y si tengo que hacer daño a alguien con total de que tu estés bien, lo haría con mucho gusto. Tu y yo contra el mundo, muñeca.- Emilia sonrió ante las palabras del constructor. Ella quería alguien que le diesen igual los demás, con total de estar junto a ella. Que la amase de verdad, no para utilizarla.- ¿Quieres ser mi novia?- ella asintió contenta y le beso apasionadamente.

Después, la pareja estuvo haciendo bromas y contándose lo que les preocupaba mientras cenaba y bebían de la receta de Gally. Emilia apagó las velas con un soplido cosa que hizo su novio con la restantes, ambos muchachos habían bebido demasiado de la bebida de Gally.