POV MAX
Tiene autocontrol, se lo reconozco, Sergio se sienta y tensa las piernas, tomando notas y haciendo como si sus boxers no estuvieran empapadas.
Me he controlado todo lo que he podido para no acariciar sus pezones cuando estábamos junto a la ventana, cuando se enciende, sus pezones lo delatan, como ahora, los tiene duros como piedras, me apuesto lo que sea a que no tardaría en correrse en ese estado.
¿Algo más? —pregunta y levanta la vista. Dejo que se percate del deseo que siento por el. —No de momento. El sonríe. —Genial. Tienes una reunión con el señor Sainz y los propietarios de Teron.com en la segunda planta a las once, será en la sala de conferencias.
Llevo mucho tiempo deseando tener esa reunión, Teron.com la comenzaron dos chicos jóvenes y es una compañía que trabaja con equipos fotográficos, están buscando expandir su negocio.
Aún estamos trabajando en su estrategia de expansión y en cuánto estamos dispuestos a invertir.
Tú vienes conmigo —le digo a Sergio—.
Necesito que tomes notas. —Claro —responde.
Gracias —le digo y observo cómo se levanta, coge nuestras tazas vacías y se va.
Suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo, me obligo a volver al trabajo el siguiente par de horas.
Me centro en trabajar en un contrato para una inversión que aprobamos hace poco. Sergio regresa a mi oficina cuando falta poco para las once, listo para bajar a la reunión, entramos al elevador y me desilusiono al ver a más personas en el ascensor, rsperaba otro beso apasionado mientras bajábamos.
Suspiro y me rindo a disfrutar de Sergio desde atrás, me percato de que el otro hombre que hay en el ascensor también posa su mirada en Sergio, no le culpo. Tiene una gran figura; el tipo de figura con el que sueñan todos los hombres.
El ascensor se detiene en la segunda planta y salimos, saludo a varias personas con las que nos cruzamos de camino. Carlos ya está allí y sonríe al verme, pero cuando Sergio entra, se le borra la sonrisa de la cara.
Señor Perez, qué placer —dice.
Sergio asiente y murmura un hola. Carlos y yo nos saludamos.
Retiro una silla para Sergio en el lado izquierdo de la mesa, en frente de Carlos, y yo me siento en la silla de al lado.
Todo va bien con lo de Lando—dice Carlos con indiferencia.
Miro a Sergio. Está inmerso en sea lo que esté escribiendo en su cuaderno.
Bien, a ver si aceptan. Estoy casi un cien por cien seguro de que aceptará que compremos las acciones, cuando una empresa está desesperada por dinero, hacen lo que sea para asegurar la financiación, ahora toca ser paciente, esperar a que los abogados hagan su trabajo y, después, empezar el trabajo de verdad.
Hablamos de las tendencias del sector, pero mi mente no está centrada en la conversación. Me doy cuenta de que el muslo de Sergio roza el mío, pero sin que nuestras piernas lleguen a tocarse. Decido divertirme un poco con Sergio... Me inunda el deseo de sentir la suavidad de su piel. Poso mi mano en su muslo y escucho cómo se le corta la respiración, lo disimula con una tos y yo sofoco una risa.
Su piel es cálida, suave y delicada, puedo sentirlo a pesar de la fina tela de su pantalon, ojalá pudiera cambiar mis dedos por mi lengua y desaparecer la tela de la ropa que lleva puesta, pero por ahora servirá, muevo mi mano a su muslo interior y el se mueve disimuladamente separando las piernas.
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Entre 4 paredes.
FantasySergio huyo de una ciudad para no afrontar su dolor, que pasara ahóra que llegue a Nueva York y su vida cambie completamente. Adaptación de "En su despacho"