POV SERGIO
Tengo ganas de que termine el día y no puedo dejar de mirar el reloj del ordenador. A las cinco en punto, apago y recojo mis cosas. Se me hace raro irme sin despedirme de Max, pero lleva fuera de la oficina casi todo el día, lo cual no me importa porque le voy a ver más tarde.
Tiene un par de entradas para un musical y luego cenaremos. Por una vez, quiero fingir que Max y yo somos una pareja de verdad en una cita de verdad. Sé que pensar así conlleva al fracaso, pero me lo permito por una noche.
Tomo un Uber y me voy a casa. Ya he escogido lo que me voy a poner: lo más sexi que tengo. Quiero estar impresionante esta noche y tengo tiempo suficiente para prepararme. Cuando llego a casa, lleno la bañera con agua y echo una cantidad generosa de aceites esenciales. Me desnudo y me meto a la bañera y, cogiendo aire, me sumerjo en el agua.
Menos mal que me traje mi traje más sexi, aunque en aquel momento creyese que no me lo pondría. Las cosas pueden cambiar mucho en poco tiempo. Recuerdo la persona que era cuando me fui. Con el corazón roto aunque con un poco de esperanza para el futuro. Ahora no conozco el significado de tener el corazón roto. La aventura con Max ha sanado mi corazón y me siento esperanzado y feliz con lo que tenga que venir.
Me pongo la camisa ajustada junto con el pantalón, esta ropa hace que se me marque toda la silueta, sé perfectamente que no puedo ir sin ropa interior porque se me ajusta más de lo que podría describir. A pesar de que acostumbro usar shorts e incluso faldas, esta ropa está a otro nivel, me veo muy varonil y es algo que realmente me agrada. Qué ganas tengo de que lo vea Max.
Siempre me ve desnudo o con la ropa de oficina. Esto es diferente; esto rezuma sensualidad. Cuando estoy listo, me pongo mis zapatos perfectamente boleados color negro con tacón que hace sonar cada paso que doy y me miro una vez más en el espejo del baño.
El timbre suena y abro a Max para que suba. Mi corazón late con fuerza. Me aliso el pantalón y arremango las mangas hasta los codos. Me siento como un adolescente en su primera cita. Sostengo la puerta y, minutos después, entra llenando mi apartamento de su masculina y sensual colonia.
Está sexi con un traje hecho a medida que acentúa sus anchos hombros y afina su cintura. Max coloca su mano encima de la mía, que sigue en el pomo de la puerta, y la cierra. Noto un calor pausado y sensual cuando me toca que se esparce desde mi mano hasta mis muslos, haciendo temblar mis piernas.
—Estás precioso —dice mientras me devora con los ojos antes de pararse en mi pecho.
—Gracias, tú también —le digo, mirándole los labios.
Lo único que quiero son sus labios sobre los míos. Como si me leyera la mente, Max me aprisiona contra la pared.
No tengo ninguna intención de intentar escapar. Max me besa y, antes de cerrar los ojos, veo mi deseo y mi necesidad reflejada en los suyos. Nuestras lenguas se entrelazan mientras me dejo llevar por las sensaciones que provocan sus besos. Sus manos se posan sobre mis caderas y su pelvis presiona contra la mía. La tiene dura.
—Quiero quitarte esta bonita vestimenta y follarte aquí mismo contra la pared —gruñe Max.
Sus palabras me atraviesan y agitan un ardiente deseo dentro de mí. Luego recuerdo lo que he tardado en prepararme y lo emocionado que estoy por nuestra cita. Pongo las manos sobre el pecho de Max y le empujo con cariño.
—Tendremos más tiempo después —le digo.
Se separa lo más mínimo, pero en un movimiento hábil mete su mano en mi trasero toqueteando mi entrada,
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Entre 4 paredes.
FantasiSergio huyo de una ciudad para no afrontar su dolor, que pasara ahóra que llegue a Nueva York y su vida cambie completamente. Adaptación de "En su despacho"