La Joya de una Manada

33 6 0
                                    

Era un día soleado, perfecto para una salida familiar. La familia Uchiha había decidido pasar el día de compras en un centro comercial de alta gama. Naruto estaba encantado, disfrutando de la compañía de Sasuke y sus hijos mientras exploraban las tiendas en busca de nuevas prendas.

Naruto se había adelantado un poco, entrando en una boutique mientras Sasuke y los niños estaban en una tienda de al lado. Mientras examinaba un elegante conjunto de Omega, un Alfa alto, aunque no tan alto como Sasuke, se acercó a él.

—Hola —dijo el Alfa con una sonrisa encantadora—. No pude evitar notar lo hermoso que eres. ¿Te gustaría que te ayudara a elegir algo? Seguro que encontraríamos algo que realce aún más tu encantadora belleza.

Naruto, siempre educado, esbozó una sonrisa incómoda, intentando ser cortés pero sin alentar más avances. Sin embargo, el Alfa continuó coqueteando, alabando su apariencia y tratando de impresionarlo.

Mientras tanto, los hijos de Naruto habían entrado en la boutique y presenciaron la escena. Menma, Himawari, Hiwatori y Boruto intercambiaron miradas preocupadas. Sin perder tiempo, corrieron a buscar a su padre.

—¡Papá! —dijo Himawari, llegando primero a Sasuke—. Un Alfa está molestando a mamá en la tienda de al lado.

Los ojos de Sasuke se oscurecieron con una mezcla de celos y protección. Sin decir una palabra, se dirigió rápidamente a la boutique, seguido de cerca por sus hijos.

Al entrar, vio al Alfa coqueteando con Naruto. Respiró hondo, controlando sus celos, y se acercó a su pareja Omega con una sonrisa posesiva.

—Oh, aquí estás cariño —dijo Sasuke, su voz suave pero cargada de autoridad—. Los niños y yo te estábamos buscando.

Naruto, al ver a Sasuke, sintió un alivio inmediato y no pudo evitar reír suavemente ante el comportamiento protector de su pareja y sus hijos. Los niños corrieron hacia él, rodeándolo con abrazos y demostrando su amor y apoyo.

El Alfa que había estado coqueteando con Naruto se quedó desubicado, sin saber cómo reaccionar ante la presencia imponente de Sasuke y la reacción protectora de los niños.

Naruto aprovechó la oportunidad para disipar cualquier malentendido.

—Oh, olvidé mencionar que soy un Omega felizmente casado y con cuatro preciosos hijos —dijo con una risa dulce, mirando al Alfa.

El Alfa, ahora completamente avergonzado, balbuceó una disculpa y se retiró rápidamente de la tienda.

Naruto volvió su atención a Sasuke y los niños, su sonrisa iluminando el rostro.

—Gracias por venir a buscarme —dijo, acariciando la mejilla de Sasuke—. Y gracias a ustedes también, mis valientes protectores.

Los niños sonrieron, felices de haber ayudado a su madre Omega. Sasuke, aunque todavía un poco celoso, se relajó al ver a Naruto feliz y seguro.

—Vamos, sigamos con nuestras compras —dijo Sasuke, tomando la mano de Naruto—. Aún tenemos mucho que ver.

—Mamá, ¿Me compras unos lienzos nuevos? —preguntó su único hijo Omega —. Himawari y Hiwatori causaron desastre ayer, en ese incidente mis lienzos pagaron el precio.

Naruto miró a sus cachorro quienes desviaron su atención a un punto lejos de la mirada de su madre.

—Claro que si corazón.

Una sonrisa se firmó en el rostro de Naruto trás ser abrazado fuertemente por su hijo.

El Aroma de la UnidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora