Sello de Discusión

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Era una noche tranquila en la casa de los Uchiha, pero el ambiente en el cuarto de los padres estaba cargado de tensión. Naruto, con el ceño fruncido, se enfrentaba a Sasuke, que acababa de llegar de una larga jornada de trabajo.

—Sasuke, te lo he dicho antes —dijo Naruto con un tono de frustración—. Pasas demasiado tiempo trabajando. No puedes seguir así. Estoy empezando a sentir que no estás aquí para nosotros, para mí.

Sasuke, visiblemente cansado, cerró los ojos un momento, tratando de encontrar las palabras adecuadas. La última cosa que quería era una discusión más con su pareja Omega, especialmente cuando estaba agotado.

—Naruto —dijo Sasuke, tomando un respiro profundo—. Sabes que todo lo que hago es para la familia. Pero entiendo que te sientas así.

De repente, Sasuke se acercó a Naruto y, sin previo aviso, lo besó con intensidad, robándole el aliento. El gesto tomó por sorpresa a Naruto, que se quedó sin palabras, mientras Sasuke aprovechaba la oportunidad para mostrarle su afecto.

El beso fue breve pero cargado de emoción. Sasuke, con una sonrisa cansada, se sentó a los pies de la cama, dejando que su cabeza descansara en las cálidas piernas de Naruto. El contacto de su piel con la suavidad de las piernas de su pareja Omega lo hizo sentir un alivio inesperado.

Naruto, aún sonrojado por el beso, miró a Sasuke con una mezcla de sorpresa y ternura. Aunque estaba avergonzado, su amor por Sasuke era evidente. Decidió dejar de lado su enojo y, con un sonrojo intenso, empezó a acariciar las orejas de Sasuke con cuidado, limpiándolas con ternura mientras tarareaba una melodía suave y calmada.

Desde la puerta entreabierta del cuarto, sus hijos, Boruto, Menma, Himawari, y Hiwatori, estaban observando en silencio. Sus rostros mostraban una mezcla de sorpresa y diversión contenida. No sabían a dónde mirar para no reírse de la escena conmovedora y ligeramente cómica que se desarrollaba frente a ellos.

Boruto, con las mejillas rojas, miró a Menma, quien a su vez miraba a los gemelos menores con una expresión de contenida diversión. Himawari y Hiwatori se miraban entre sí, tratando de mantener una apariencia seria mientras se contenían para no estallar en risas.

Naruto, con una sonrisa suave y llena de amor, continuó con su tarea mientras tarareaba una melodía reconfortante. Sasuke, con los ojos cerrados y una expresión de paz en su rostro, se dejó llevar por la tranquilidad del momento, agradecido por el gesto y el cariño de su pareja.

La tensión en el cuarto se disipó lentamente, reemplazada por una atmósfera de cariño y comprensión. Aunque la discusión había comenzado como un enfrentamiento, terminó siendo una oportunidad para que ambos se reconectaran y recordaran el amor profundo que compartían.

Finalmente, los hijos de la pareja, al ver que la situación se había calmado, decidieron retirarse con una sonrisa contenida, satisfechos al ver a sus padres en un momento tan íntimo y cariñoso.

El Aroma de la UnidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora