De Compras Con Mamá

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Era una soleada tarde de sábado y la familia Uchiha se dirigía al mercado para hacer las compras de la semana. Naruto, con una lista en mano, guiaba a sus tres hijos Alfa a través de los pasillos del supermercado. Menma, Himawari y Hiwatori estaban decididos a ayudar a su madre en todo lo que pudieran, especialmente porque sabían que Naruto, siendo un Omega de estatura menor y sin la fuerza de un Alfa, necesitaba apoyo en esta tarea.

Menma, el mayor, tomó el carrito de compras con firmeza y comenzó a empujarlo por el pasillo. Sus ojos observaban atentamente la lista, asegurándose de que no se olvidara de ningún artículo importante.

—Voy a encargarme de las cosas pesadas, mamá —dijo Menma, mirando a Naruto con una sonrisa reconfortante—. No te preocupes, me aseguraré de que todo esté bien.

Naruto sonrió con gratitud mientras revisaba su lista. A pesar de la carga de trabajo, apreciaba la disposición de sus hijos para ayudarle.

Himawari, con su carácter diligente, se encargó de seleccionar frutas y verduras frescas. Su atención al detalle aseguraba que solo los productos de mejor calidad fueran colocados en el carrito.

—¿Qué tal esta manzana, mamá? —preguntó Himawari, sosteniendo una manzana con cuidado—. ¿Crees que está bien para llevar a casa?

Naruto miró la manzana y asintió, admirando el esfuerzo de su hija para elegir los mejores productos.

—Sí, esa está perfecta, Himawari.

Hiwatori, el hermano menor, estaba ocupado buscando los productos enlatados y en los estantes más bajos. Aunque a veces se inclinaba o se agachaba para alcanzar los artículos, siempre lo hacía con una sonrisa, asegurándose de que todo estuviera en orden.

—He encontrado los frijoles que necesitamos —anunció Hiwatori, colocando varias latas en el carrito—. También hemos comprado arroz y pasta.

Naruto observaba con un corazón cálido mientras sus hijos trabajaban juntos para ayudarle. Aunque el mercado estaba abarrotado y las compras eran muchas, el apoyo de su familia hacía que todo fuera mucho más fácil.

Finalmente, al llegar a la caja y pagar por las compras, Naruto comenzó a cargar las bolsas mientras Menma, Himawari y Hiwatori se encargaban de las bolsas más pesadas. A pesar de sus esfuerzos para no cargar demasiado, Naruto notaba la fatiga en sus músculos.

Al llegar a casa, Naruto agradeció a sus hijos por su ayuda, sonriendo con gratitud.

—No puedo expresar cuánto aprecio lo que han hecho por mí hoy —dijo Naruto, abrazando a cada uno de sus hijos—. Ha sido una gran ayuda, y estoy muy agradecida de tenerlos a todos ustedes.

Como recompensa por su esfuerzo, Naruto se dirigió a la cocina para preparar un postre especial. La familia se reunió en la cocina, el aroma de la preparación del postre llenando el aire. Después de un rato, Naruto sirvió un delicioso pastel de manzana casero con una bola de helado.

—Espero que les guste —dijo Naruto, sirviendo el postre a cada uno de sus hijos—. Es un pequeño agradecimiento por toda la ayuda que me han dado hoy.

Menma, Himawari y Hiwatori disfrutaron del postre con entusiasmo, sus rostros iluminados por sonrisas de satisfacción. Mientras comían, intercambiaban miradas de alegría.

—Este pastel está delicioso, mamá —dijo Menma, tomando otro bocado—. Gracias por hacerlo.

El Aroma de la UnidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora