Entre las Luces del Campus

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La escuela privada Konoha Academy era un lugar de prestigio y lujo, donde los hijos de las familias más influyentes de la ciudad recibían una educación de élite. Entre ellos estaba Boruto Uchiha, un Omega de 15 años que, a pesar de su juventud, ya había capturado la atención y el respeto de sus compañeros. Su carisma y simpatía le habían ganado una posición destacada en la escuela, y no era raro verlo rodeado de amigos y admiradores.

Un día soleado, el campus estaba animado por las actividades de la hora del almuerzo. Boruto se encontraba en el patio, rodeado de un grupo de compañeros que reían y conversaban animadamente. Su presencia irradiaba confianza y alegría, y su popularidad era evidente.

—¡Boruto, me dijiste que podías ayudarme con el proyecto de biología! —exclamó uno de sus compañeros, un joven Alfa de la clase.

—Claro, solo mándame un mensaje y coordinamos —respondió Boruto con una sonrisa.

Mientras tanto, sus hermanos estaban cerca, aunque tratando de no llamar la atención. Menma, Himawari y Hiwatori estaban sentados en una mesa cercana, observando a Boruto con una mezcla de orgullo y preocupación.

—Mira cómo todos se agrupan a su alrededor. Boruto realmente sabe cómo atraer la atención —comentó Menma, sus ojos siguiendo los movimientos de su hermano.

—Sí, pero debemos asegurarnos de que no se meta en problemas. Siempre hay quienes quieren aprovecharse de su popularidad —añadió Himawari, con una expresión de preocupación.

—Me preocupa que algunos puedan intentar manipularlo o utilizarlo para sus propios fines —dijo Hiwatori, manteniendo una vigilancia constante sobre Boruto.

Naruto y Sasuke estaban también en el campus, discutiendo asuntos relacionados con la escuela. Aunque confiaban en la habilidad de Boruto para manejar su popularidad, sabían que la protección y el apoyo familiar seguían siendo cruciales.

De repente, un grupo de estudiantes, entre ellos algunos Alfa prominentes, se acercó a Boruto. Uno de ellos, un Alfa llamado Kaito, con una actitud arrogante, se dirigió a Boruto con una sonrisa calculadora.

—Boruto, ¿te parece bien si te unes a nosotros para el partido de fútbol esta tarde? Podrías ayudar a que nuestro equipo gane —dijo Kaito, su tono amigable pero con un subtexto de presión.

Boruto, con su estilo característico, aceptó con una sonrisa.

—Claro, suena divertido. Estaré allí.

Menma frunció el ceño al escuchar la conversación, y se volvió hacia sus hermanos.

—No me gusta la forma en que Kaito lo invitó. Parece que está tratando de sacar algo de él —dijo Menma con desconfianza.

—Tienes razón, Menma. Vamos a estar atentos —respondió Himawari, mirando a Kaito con cautela.

—No queremos que Boruto se sienta acosado o presionado —añadió Hiwatori, su mirada fija en el grupo que rodeaba a su hermano.

Naruto, observando desde la distancia, se acercó a Boruto con una sonrisa cálida.

—Hola, cariño. ¿Todo bien? —preguntó Naruto, tratando de ofrecerle un momento de calma en medio de la agitación.

—¡Hola, mamá! Todo está bien. Sólo estoy viendo si puedo jugar un poco con los chicos más tarde —respondió Boruto, sin notar el leve nerviosismo en la voz de su madre.

Naruto abrazó a Boruto brevemente antes de regresar a donde Sasuke estaba. Sasuke, con su mirada aguda, notó la conversación entre Boruto y Kaito.

—Debemos confiar en Boruto para manejar estas situaciones, pero nunca está de más estar alertas —dijo Sasuke en tono bajo.

Poco después, en el campo de fútbol, Boruto se unió al grupo para el partido. Menma, Himawari y Hiwatori se ubicaron en la línea de banda, observando el juego con atención. Aunque Boruto estaba disfrutando del partido, sus hermanos no se relajaron, sabiendo que la vigilancia era importante para proteger a su hermano.

Cuando el partido terminó, Boruto regresó a la mesa donde estaban sus hermanos, con una sonrisa radiante en el rostro.

—¡Eso estuvo genial! Ganamos el partido gracias a todos. ¿Cómo me vi? —preguntó Boruto, con entusiasmo.

—Lo hiciste muy bien, Boruto —dijo Menma, aunque su tono era un poco reservado—. Solo recuerda que no todos tienen buenas intenciones.

—Sí, y no dejes que nadie te presione a hacer algo que no quieras —agregó Himawari, con una mirada cálida pero firme.

—Gracias, lo tendré en cuenta. Aprecio que siempre estén ahí para mí —respondió Boruto, sintiendo el apoyo y el amor de sus hermanos.

Naruto y Sasuke se acercaron, con una mezcla de orgullo y preocupación en sus rostros. La familia Uchiha estaba unida en su apoyo hacia Boruto, reconociendo que, a pesar de su popularidad y éxito, el amor y la vigilancia familiar seguían siendo esenciales para su bienestar.

—Hiciste un gran trabajo hoy, Boruto. Estamos muy orgullosos de ti —dijo Naruto, abrazando a su hijo.

—Recuerda, el verdadero éxito no solo se mide por la popularidad, sino por cómo te mantienes fiel a ti mismo —añadió Sasuke, con una mirada comprensiva.

Boruto asintió, sintiendo el calor y el amor de su familia.

El Aroma de la UnidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora