Grieta de Colores

39 6 5
                                    

La habitación estaba sumida en una penumbra inquietante, iluminada apenas por una lámpara que parpadeaba débilmente en la esquina. Menma, con los ojos oscurecidos por el cansancio y las ojeras marcando su rostro, cerró lentamente la libreta que sostenía en sus manos. El silencio en la habitación era abrumador, cada uno de los presentes conteniendo la respiración mientras observaban el movimiento de Menma.

—"Después de haber sido marcado por él, mi vida ya no tiene colores... quiero terminar con esto". —murmuró Menma, su voz cargada de dolor y resignación. Levantó la mirada, sus ojos destellando una mezcla de rabia y desesperación al fijarse en Kawaki, quien estaba sentado frente a él, con las manos atadas y la mirada vacilante. Aunque trataba de mantener su postura desafiante, la presión de las miradas que lo perforaban le hacía evidente que su destino estaba sellado.

Sasuke, de pie junto a sus hijos Himawari y Hiwatori, observaba a Kawaki con una frialdad que congelaría a cualquiera. Sus ojos, habitualmente impasibles, ahora ardían con un odio que apenas podía contener. Himawari y Hiwatori, ambos Alfas, miraban a Kawaki con una mezcla de repulsión y furia, sus cuerpos tensos, listos para desatar la violencia contenida en sus corazones.

—Te haré pagar por lo que le hiciste a mi pequeño —dijo Sasuke, su voz baja, casi un gruñido que resonó en la habitación como un eco de muerte. Había una gélida promesa en sus palabras, una que sólo alguien que ha experimentado una pérdida tan profunda podría comprender.

—¡¿Crees que fue fácil para él?!, ¡¿Crees que Boruto merecía esto?! —Himawari intervino, su voz temblando de ira mientras daba un paso hacia Kawaki —. ¡Todo lo que él quería era vivir su vida en paz!,  y ... ¡Tú se lo arrebataste!

Hiwatori, con los puños apretados, miró a Kawaki con una expresión que oscilaba entre el desprecio y la furia. —No tienes idea del daño que has causado. Ni siquiera sabes lo que has hecho... ni a Boruto, ni a nuestra familia.

Kawaki mantuvo su silencio, su mirada fija en el suelo, sintiendo el peso de las acusaciones que lo asfixiaban. Sabía que no había palabras que pudieran justificar sus acciones, ni nada que pudiera decir para apaciguar la furia que veía en los ojos de los Uchiha.

Menma, con la libreta aún apretada entre sus dedos temblorosos, dio un paso adelante, su voz quebrándose al hablar. —¿Sabes lo que significa para un Omega ser marcado por la fuerza?, ¡Es como arrancar un pedazo de su alma!, ¡Una herida que nunca sanará! Boruto... él era mi hermano, mi amigo, mi luz... y tú, tú me quitaste todo eso."

Las lágrimas comenzaron a formarse en los ojos de Menma, pero las contuvo, endureciendo su expresión mientras clavaba su mirada en Kawaki. —Lo que hiciste... no tiene perdón. Boruto siempre fue la luz en nuestras vidas, y ahora... La has apagado. Has robado la esperanza de nuestra familia. Y por eso, vas a pagar.

El ambiente en la habitación se volvió aún más tenso. Sasuke, dando un paso adelante, habló con una intensidad que reflejaba el dolor de un padre que ha visto a su hijo sufrir de la peor manera. "Nunca podré perdonarte por lo tus acciones llevaron a Boruto. No descansaré hasta que sufras, Kawaki, hasta que entiendas el infierno por el que hiciste pasar a mi hijo, a mi familia.

Kawaki levantó finalmente la mirada, encontrándose con los ojos de Sasuke. En ese momento, vio más que odio en esos ojos. Vio la desesperación de un hombre que lo había perdido todo, y la determinación de un padre dispuesto a destruir lo que fuera necesario para proteger a los suyos. Sabía que no había escapatoria, que cada uno de los presentes estaba listo para vengar a Boruto con la misma ferocidad que él había usado para defenderlos.

El silencio que siguió fue ensordecedor, cargado de la tensión que precede a la tormenta. Todos sabían que lo que venía a continuación sería un punto de no retorno, un momento que marcaría a los Uchiha para siempre.

El Aroma de la UnidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora