-Amo a papá Missa y a papá Philza- le susurró un pequeño niño a su hermana , que estaba tranquilamente dibujando en la pequeña cabaña que habían creado sus padres para su hijo mayor pero que ahora era de ambos niños.
- Yo tambien los amo , son los mejores - Ambos infantes se regodeaban de lo bueno que eran sus padres adoptivos con ellos . Porque si , Chayanne y thalula habían sido dos pequeños huérfanos que el destino había puesto en muy malos momentos pero que gracias a Missa y Philza ahora los niños vivían lo mejor de sus vidas. Pero echemos el tiempo atrás justo cuando los conocieron.
Chayanne y Thalula eran dos huérfanos que habían crecido juntos en el orfanato de Qsmp, un lugar que, a pesar de su nombre, se había convertido en un espacio sombrío y frío para los pequeños que allí habitaban. Desde su llegada, ambos habían sentido la pesada carga de la soledad y el desamparo. Las paredes del orfanato estaban desgastadas y llenas de marcas, como si los ecos de los gritos y las lágrimas de los niños resonaran en cada rincón.
Chayanne era un niño de ojos grandes y claros casi parecían gemas de lo azules que eran, siempre lleno de energía y con una sonrisa que iluminaba incluso los días más grises. Thalula, por su parte, era una niña de cabello rizado y piel morena, con una sensibilidad innata que la hacía percibir el dolor a su alrededor. Ambos se habían hecho amigos inseparables, encontrando consuelo en su mutua compañía.
Sin embargo, la vida en el orfanato era dura. La directora, una mujer de rostro severo y corazón helado, parecía disfrutar del poder que tenía sobre los niños. No mostraba compasión ni amor; más bien, se deleitaba en el control absoluto que ejercía sobre ellos. Chayanne y Thalula eran frecuentemente objeto de su ira. A menudo se les asignaban las tareas más difíciles y agotadoras: limpiar los pasillos, fregar los platos y cuidar de los más pequeños, mientras que otros niños disfrutaban de momentos de juego.
Un día, mientras Chayanne y Thalula estaban en la cocina lavando platos, la directora entró sin previo aviso. Con una mirada fulminante, observó cómo Thalula había dejado caer un plato al suelo. El sonido del cristal rompiéndose resonó en la habitación como un trueno.
-¡Eres un desastre!- gritó la directora, su voz cortante como un cuchillo. -No sirves para nada, Thalula. ¡Si no puedes hacer algo tan simple como lavar los platos, deberías ser castigada!
Thalula sintió cómo las lágrimas comenzaban a asomarse a sus ojos, pero rápidamente las contuvo. Chayanne, al ver la humillación de su amiga, se atrevió a intervenir.
-¡No es justo! Ella no lo hizo a propósito- protestó, su voz temblando por la rabia contenida.
La directora se volvió hacia él con una expresión de desprecio.
-¿Y tú qué sabes de justicia? Eres solo un niño como ella. Si sigues hablando, también tendrás tu castigo- amenazó.
La tensión en el aire era palpable. Chayanne sintió cómo su corazón latía con fuerza mientras se enfrentaba a la furia de la mujer. Pero no podía permitir que Thalula sufriera sola. En ese momento, decidió que haría lo que fuera necesario para protegerla.
En otra ocasión, mientras jugaban en el patio trasero del orfanato, un grupo de niños mayores se acercó a ellos. Se burlaron de Chayanne y Thalula, lanzándoles insultos crueles y empujándolos. Chayanne intentó defenderse, pero los otros niños eran más fuertes y numerosos.
-¡Mira al par de perdedores!- se rieron. -¿Creen que alguien los adoptará? ¡Nunca tendrán una familia!
Las palabras hirientes calaron hondo en ambos. Thalula bajó la mirada, sintiendo cómo la tristeza la envolvía. Chayanne, aunque herido, trató de mantener la cabeza en alto.
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Deathduo Month
FanfictionTodo un mes entero de bellas historias variadas de esta hermosa pareja platónica que todos queremos. Gracias a Thailin Moreno por la idea e invitación a participar en este evento tan bonito.