Era una tarde dorada, y el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos. Philza y Missa habían pasado el día explorando un hermoso bosque, riendo y disfrutando de la compañía del otro. Al llegar a un claro, decidieron sentarse en la suave hierba, rodeados de flores silvestres que danzaban con la brisa.
Missa se recostó sobre el césped, mirando hacia arriba, maravillado por la belleza del cielo. El rubio, a su lado, no podía evitar sonreír al verlo tan feliz. Había algo en la forma en que los rayos de sol iluminaban su rostro que lo hacía sentir afortunado.
—Eres increíble—, dijo Philza, su voz suave y sincera.
Missa giró la cabeza hacia él, sus ojos brillando con curiosidad. —¿Por qué lo dices?—
—Porque siempre encuentras la belleza en las cosas más simples—, respondió él, acariciando suavemente su mejilla con su pulgar. La calidez de su toque hizo que Missa sintiera un cosquilleo recorrer su cuerpo.
Un silencio cómodo se instaló entre ellos mientras el sol se desvanecía lentamente. Philza no podía apartar la mirada de Missa; cada rasgo de su rostro parecía resplandecer con una luz propia. Sin pensarlo dos veces, se acercó un poco más, sintiendo la conexión entre ellos intensificarse.
—¿Puedo…?— murmuró Philza, su voz apenas un susurro.
Missa asintió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. En ese instante, todo lo que existía eran ellos .Philza se inclinó hacia el, sus labios apenas rozando los de Missa. Fue un momento suspendido en el tiempo.
Con suavidad, Philza acarició su mejilla con una mano mientras con la otra buscaba el calor de su cintura. Missa sintió cómo una oleada de emoción la invadía. Era un beso lleno de ternura y promesas, como si cada latido de sus corazones se sincronizara en ese instante.
Cuando finalmente se separaron, ambos sonrieron tímidamente, como si hubieran compartido un secreto que solo ellos conocían. Philza acarició el cabello de Missa detrás de la oreja, sus dedos deslizándose suavemente por su piel.
—Eso fue… especial—, dijo Missa, aún con su voz temblando ligeramente por la emoción.
—Sí—, coincidió Philza, sintiendo cómo su corazón se llenaba de alegría. —Quería que fuera perfecto—.
Missa sonrió, sintiendo cómo la calidez de su primer beso aún vibraba en sus labios. Philza se acercó nuevamente, esta vez acariciando suavemente su brazo, disfrutando de la suavidad de su piel.
—Me encanta estar contigo—, confesó él, mirándole a los ojos. —Eres único
Mientras se miraban, Missa sintió que el mundo a su alrededor desaparecía. Todo lo que importaba era el amor que compartían en ese momento. Con una sonrisa traviesa, decidió acercarse un poco más y darle otro beso, esta vez más audaz.
Philza se sorprendió gratamente, correspondiendo a su gesto con dulzura. Sus manos comenzaron a explorar suavemente los contornos de su rostro y sus brazos, como si cada caricia fuera una declaración silenciosa de amor.
El sol se ocultó por completo, dejando solo el brillo de las estrellas en el cielo. Con cada roce y cada mirada compartida, se dieron cuenta de que ese día había marcado el comienzo de algo hermoso entre ellos.
Mientras se acurrucaban juntos bajo el manto estrellado, sabían que este sería solo uno de muchos momentos especiales que compartirían en el futuro. El primer beso había sido solo el principio de una historia llena de amor y aventuras por venir. ...Fin?
Cortito pero bonito 😅
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Deathduo Month
FanfictionTodo un mes entero de bellas historias variadas de esta hermosa pareja platónica que todos queremos. Gracias a Thailin Moreno por la idea e invitación a participar en este evento tan bonito.