Había hacé una vez en un reino oculto entre las sombras y la luz, existía un inframundo donde las almas perdidas vagaban y las criaturas místicas coexistían en un delicado equilibrio.
Dos seres especiales habitaban este mundo: Philza, un híbrido de cuervo con plumas negras como la noche y ojos que destellaban como estrellas, y Missa, un híbrido de calavera cuya presencia era tanto intrigante como inquietante, adornada con flores que crecían a su alrededor, recordando la belleza de la vida.
Desde su nacimiento, ambos habían sentido una conexión inexplicable. Sin embargo, el Consejo de los Ancianos del Inframundo había dictado que los híbridos debían mantenerse separados para evitar alterar el orden natural del reino. Philza y Missa, aunque conscientes de la prohibición, no podían ignorar el lazo que los unía lo cual los llevo a encontrarse en secreto día tras día,en un claro del bosque , donde los árboles susurraban sus secretos y el viento traía consigo el eco de sus risas.
Una noche, mientras la luna llena iluminaba el inframundo, Philza voló hacia el claro, ansioso por ver a Missa. El lo esperaba, rodeado de mariposas nocturnas que danzaban a su alrededor.
—¿Por qué debemos vivir así?— preguntó Philza, su voz resonando con frustración. —Cada vez que nos separamos, siento que una parte de mí se quiebra.—
Missa sonrió con tristeza. —Lo sé, Philza. Pero el Consejo tiene miedo de lo que podríamos causar juntos. Dicen que nuestros poderes combinados podrían desatar el caos.—
—¿Y si pudiéramos demostrarles lo contrario?— sugirió Philza, sus ojos brillando con determinación.
—Podríamos mostrarles que nuestro amor puede traer equilibrio en lugar de destrucción.—
Missa lo miró con esperanza. —¿Cómo lo haríamos?—
Decididos a desafiar las normas del inframundo, comenzaron a explorar sus habilidades. Philza podía manipular las sombras y volar a grandes alturas, mientras que Missa tenía el poder de comunicarse con las almas y sanar heridas emocionales. Juntos, se adentraron en los rincones más oscuros del inframundo, ayudando a las almas perdidas a encontrar la paz y guiando a los espíritus atormentados hacia la luz.
A medida que pasaba el tiempo, su conexión se hacía más fuerte. Cada acto de bondad que realizaban juntos comenzaba a cambiar la percepción de los habitantes del inframundo. Las almas que una vez estaban atrapadas en la tristeza comenzaron a encontrar consuelo y esperanza en su presencia.
Sin embargo, el Consejo de los Ancianos no podía ignorar el creciente poder de ambos .
Una noche, decidieron confrontarlos en el claro donde se encontraban.
—¡Deténganse!— gritó el Anciano del Consejo, su voz retumbando como un trueno. —Están desafiando el orden sagrado del inframundo.—Philza se adelantó, su corazón latiendo con fuerza. —No estamos causando caos; estamos trayendo equilibrio. Nuestro amor no es una maldición, sino una bendición para todos nosotros.—
Missa tomó la mano de Philza, sintiendo su fuerza. —Juntos hemos ayudado a más almas de las que podríamos haber imaginado. ¿No ven que podemos ser una luz en la oscuridad?—
El Consejo se miró entre sí, dudando por primera vez. La verdad en las palabras de los jóvenes híbridos resonaba en sus corazones. El Anciano más sabio habló: —Quizás hay algo en lo que dicen. Pero deben demostrarlo ante todos los habitantes del inframundo.—
Philza y Missa aceptaron el desafío. Organizaron una ceremonia en el centro del inframundo donde todas las criaturas se reunieron. Con el apoyo de las almas que habían ayudado, comenzaron a mostrar sus habilidades juntos.
Philza voló alto, creando sombras danzantes que contaban historias de esperanza y amor, mientras Missa hablaba con las almas presentes, sanando sus heridas y guiándolas hacia la luz. Juntos, transformaron el claro en un espectáculo deslumbrante.
A medida que la ceremonia avanzaba, los corazones de los presentes comenzaron a abrirse. El miedo y la desconfianza se desvanecieron, reemplazados por una sensación de unidad y paz.
Finalmente, el Anciano del Consejo habló nuevamente:
—Hemos visto lo que han logrado juntos.Quizás sea hora de reconsiderar nuestras reglas.—
Con ese reconocimiento, el orden del inframundo comenzó a cambiar. Philza y Missa fueron aceptados como guardianes del equilibrio entre la luz y la oscuridad. Juntos, viajaron por el inframundo, llevando esperanza y sanación a cada rincón.
Su amor no solo había desafiado las normas; había creado un nuevo camino para todos los híbridos y almas perdidas. En lugar de ser una maldición, su unión se convirtió en un símbolo de esperanza y transformación.
Desde entonces, Philza y Missa volaron juntos entre las sombras y la luz, demostrando que incluso en los lugares más oscuros, el amor puede brillar con fuerza y cambiar el destino del mundo..... Fin?
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Deathduo Month
FanfictionTodo un mes entero de bellas historias variadas de esta hermosa pareja platónica que todos queremos. Gracias a Thailin Moreno por la idea e invitación a participar en este evento tan bonito.