MI MONARCA

Capitulo 4

—Choi Han es inútil no hay nada que hacer el está muerto.

Alberu lo sostuvo de sus hombros, se notaba las lágrimas en sus ojos, su rostro estába pálido ni siquiera su ropa estaba presentable.

Hoy era el funeral del primogénito de los Henituse, todos estaban frente al ataúd, rosas rojas adornaban su cuerpo, su piel fría era un recordatorio que nunca volverian a ver la calidez de Cale.

Choi Han observó a Alberu, se notaba la angustia en su rostro, era difícil aceptar la muerte de Cale.

Derut consolaba a su familia, su mirada no se aparto de Cale, su pequeño hijo el único recuerdo de su primera esposa se desvanecía sin tener piedad de destrozar su débil alma.

Todos observaban el funeral de Cale, los dispositivos estaban conectados a todas las partes, reinos lejanos, territorios cercanos, el continente oriental.

La lluvia se detuvo, un portal de gran tamaño apareció en el cielo, su hermoso rojo hipnotizó a todos.

—Que es eso –Un soldado pregunto.

[ Habilidad: Aliento de dragón Activada ]

—Imposible –los magos y los elfos palidecieron.

—Corran –La voz de Eruhaben resonó en todas las personas que estaban presentes.

Y antes de que pudieran correr fueron exterminadas sin piedad, el fuego acabo con todo a su paso, ni el escudo del antiguo dragón pudo resistir.

Choi Han cubrió a On y Hong, el pitido que sus oidos emitía persistió por unos minutos, sus ojos se abrieron.

Todo el territorio Henituse estaba destrozado, no había quedado nada, las casas, el muro, la mansión, todo fue quemado hasta las cenizas.

Los gritos, la sangre, el fuego, nadie podía creer lo que veía.

Alberu había perdido su brazo izquierdo apenas pudo huir pero a pesar del dolor su cuerpo no se derrumbó.

—Alteza el Reino de Caro y Breck fue exterminado no quedó nada.

—Su majestad hemos perdido conexión con el palacio.

—La jungla junto a las tribus de ballenas y los tigres a sido acabado no hay ningún sobreviviente.

—El continente oriental ha perdido a más del 90% de su territorio.

—Hemos perdido a más de la mitad del reino de Roan.

Las voces de los magos estaban alteradas, toda la información que recibían era horrible.

Los dos territorios estaban en alerta maxima los castillos, reyes y príncipes junto sus ciudadanos desapareciero hasta ser reducidos a cenizas y polvo.

Las pocas personas que se salvaron palidecieron, todos morirían y el sacrificio de Cale sería en vano.

—Que hermoso, es una lastima que no pude escuchar tu último aliento –un hombre acariciaba el rostro de Cale.

Su largo cabello rojo cubría su rostro, su armadura de tonos plateados y rojos le daba un aspecto elegante, sus dedos acariciaban las mejillas de Cale, su mentón y sus labios.

—Aleja tus sucias manos de Cale-nim – la espada de Choi Han estaba cubierta de su aura.

El hombre misterioso no volteo a verlo al contrario su rostro se acercó al de Cale, sus ojos rubíes recorrían la pálida piel.

—Ahora entiendo el porque Ashborn se esforzó en encontrarte eres realmente una belleza – sus dedos se envolvieron en los mechones de Cale.

Todos estaban furiosos, este tipo se atrevía a tocar a Cale, no tenía respeto por su amigo, por su familia.