Capítulo 9

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Max se hallaba en las instalaciones de Red Bull en Mónaco, practicando algunos ejercicios de estiramiento con Brad, su entrenador personal. Este le remarcaba el hecho de que podía sentir la tensión en el cuello de Max; el ejercicio había ayudado a relajar esa zona, pero no lo suficiente como para ser satisfactorio.

Max se excusó diciendo que era debido al estrés, y realmente era así. Desde hace cuatro días de aquel pasional encuentro en el probador, la angustia y el malestar no abandonaban su cuerpo. Quería ver de nuevo al piloto, cuestionarlo y obligarlo a hablar. Estaba cansado y al mismo tiempo ansioso por conocer la identidad de quién lo hacía sentir tan inestable. No podía continuar así, sentía que perdería la cabeza si no resolvía de una vez por todas ese asunto.

El médico principal entró anunciándose, pidiéndole a Max algo de su tiempo. El neerlandés aceptó y se despidió de Brad, mientras seguía al otro.

Ya en el consultorio, el médico comenzó con su cuestionario de rutina, preguntando a Max cómo estaba, y si acaso seguía con aquellos dolores de cabeza. El rubio admitió con cierta preocupación que sí.

Con cautela, el médico preguntó por la vida privada de Max, queriendo saber si acaso algo de esta le mortificaba. No era psicológico, pero necesitaba una vía por donde empezar a comprender el malestar de Max. Este guardó silencio, para después exhalar con fuerza. No quería, pero tendría que dar algo de información de lo que le estaba pasando.

-Es la presión de la temporada que se avecina -empezó Max, con voz cansada-. No duermo tan bien como debería, muchas veces me desveló. Además, mi prometida está embarazada, y eso me tiene un poco tenso.

El médico pareció comprender todo. Le preguntó a Max si su segundo género era "Alfa dominante". Max respondió con obviedad que sí. Luego preguntó por el segundo género de su pareja, y este contestó que era una omega recesiva.

Con mucho tacto, y sin querer sonar entrometido, el médico preguntó si acaso ella llevaba su marca de mordedura de lazo. La vergüenza y la culpa abrumaron a Max, quién bajó levemente la mirada. Contestó con un simple "no".

El médico asintió con un jadeo, mirándolo con concentración.-Max, es posible que el dolor de cabeza y la ansiedad que sientes se deban a que tu pareja, al estar embarazada, necesita un vínculo fuerte contigo para llevar el embarazo a término de manera exitosa y segura. Tu instinto te pide que termines de unirte a ella. Así, ambos formarían una pareja formal, unida por un lazo.

Max escuchó toda aquella explicación con terrible angustia. No se sentía seguro de su relación con Kelly, ni de querer formar un futuro y una familia con ella.

¿Cómo se suponía que iba a vincularse con Kelly? Podría hacer un sacrificio por el bebé, pero ¿Valdría la pena? Sabía de antemano lo que significaba un vínculo en una pareja rota.

Su padre, un alfa recesivo, se vinculó a su madre, una omega dominante; al final, ambos acabaron muy mal, casi odiándose, pero incapaces de borrar del todo su marchitó lazo, incluso cuando ya tenían otras parejas.

Max no quería eso para ninguna de las partes. No iba a cometer los mismos errores de sus padres.

-Esa práctica de morder a la pareja para vincularse es algo arcaico y anticuado, del siglo pasado -dijo Max con la voz un poco temblorosa, tratando de convencerse a sí mismo-. En la actualidad, con el concepto de la individualidad, y el consentimiento, no es bien visto hacer marcaje. Mi prometida no es mía para reclamar.

Era un pensamiento muy hipócrita de su parte y lo sabía, puesto que no había dudado en hacerlo con su misterioso chico.

El médico asintió a su punto, pero explicó:-Unirte con un lazo a tu pareja no tiene que ser en los términos de reclamó y marcaje. Un lazo con ella podría ser beneficioso para ambos en términos de salud. Muy probablemente tus jaquecas terminarían, y ella estaría segura en su embarazo. Además, los niños nacidos de padres vinculados tienen más posibilidades de nacer con más ventajas, físicas y mentales, independientemente de su segundo género.

El Rey del MisterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora