Max se dirigía a su habitación de hotel, el único problema era que Carlos y Charles iban justo detrás de él, escoltándolo y asegurándose de que llegara bien. A pesar de que su dolor de cabeza había disminuido considerablemente debido a los analgésicos y antiinflamatorios que le recetó el médico, parecía querer volver con fuerza al oír a la ex dupla Ferrari discutir.
Al parecer, Charles, disimulando sus celos, señalaba a Carlos de pasar mucho tiempo con Lando. Para Max era ridículo; era obvio que el monegasco sentía algo por el español.
—Pareces muy dispuesto a perder tu tiempo con Lando, ¿no es así? —dijo Charles, cruzando los brazos, con una amargura palpable en su voz.
—¿Desde cuándo eso te molesta tanto? —Carlos levantó una ceja, sorprendido por la reacción de su amigo.
—Desde que estás más distraído que de costumbre. Apuesto que a Toto no le parece muy aceptable eso —respondió Charles, su tono lleno de resentimiento.
—Mi rendimiento en la pista es algo que solo puede ser discutido con mi equipo. Mis relaciones personales son mi problema, Charles, no el tuyo. Si tanto te molesta, ¿por qué no lo discutimos ahora mismo? —espetó Carlos con molestia, su voz subiendo de tono.
—¡Bravo! Hasta que muestras algo de madurez, pensé que solo eras un idiota infantil —replicó Charles, sarcástico.
—¡Habla por ti! Soy mayor que tú, idiota.
—¡Imbécil!
Max, harto de la discusión, no tuvo más remedio que liberar su olor. Tal vez así, ambos se darían cuenta de lo molestos que eran.
Al parecer funcionó, ya que rápidamente ambos se quejaron, cubriendo sus bocas y narices.
—¡Bah! —exclamó Charles al notar el cambio—. ¡Eso es asqueroso, Max!
Max se giró hacía ellos con una expresión severa.—Dejen de discutir como un viejo y maldito matrimonio, o liberaré más de mis feromonas. No tengo tiempo para sus dramas ridículos.
Normalmente, el olor de Max era sereno, como a sauce o a roble, con un toque ligero a cuero. Pero ahora, su olor era pesado y amargo, llenó de feromonas cargadas de hartazgo. El silencio incómodo que siguió dejó en claro que su mensaje había sido recibido.
Justo cuando el trío estaba por girar en una esquina, escucharon unas voces familiares; eran Dmitri y su esposa.
—¡Rápido, escóndanse! —susurró Max, arrastrando a Carlos y Charles detrás de una columna cercana. El pobre español había quedado muy sacudido por el jaloneo de los otros dos, pero no hizo ningún ruido.
Sofía discutía con Dmitri, retandolo con voz firme. —Tienes que dejar de pelear con Max y enfocarte en la carrera. No es el momento para más conflictos.
Dmitri replicó con enojo. —No es mi culpa. Verstappen es un desastre. Es poco profesional y muy impulsivo. No tiene la actitud deportiva correcta. Pareciera que el título de campeón le queda grande.
Max apretó los puños, prestando más atención ante las palabras del ruso, sintiéndo su sangre arder. Charles le tomó del brazo y le lanzó una mirada nerviosa, como si le dijera con palabras que se calmará, podría liberar su aroma y serían descubiertos.
—Además de todo eso, no deja de molestar a mi compañero —añadió Dmitri.
—¿Molestar? —pensó Max, frunciendo el ceño. Quería saber más sobre lo que estaba pasando.
Dmitri continuó. —Él ya tiene suficiente con su pasado doloroso y el trauma que lleva consigo, como para que Verstappen lo siga empeorando todo.
Max se preguntó qué tipo de pasado doloroso y trauma podría tener el compañero de Dmitri. Quería conocer la historia detrás de esas palabras.
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El Rey del Misterio
Romance🏁🏎️ En el año de 2027, la F1 se vería revolucionada con la llegada de una nueva escudería. Volkov Racing presentaría a su piloto estrella, Dmitri Volkov. Pero Dimitri presentaría a su nuevo compañero, el llamado "El Rey del misterio"🐉una figura e...