La suave lluvia caía sobre el Autódromo José Carlos Pace. El oscuro clima parecía presagiar la incertidumbre de la carrera que estaba por venir. Los equipos trabajaban frenéticamente en la parrilla de salida, reorganizando la estrategia en el último minuto; una eventualidad que no habían esperado.
Max levantaba su mirada al cielo con cierta preocupación, suspirando con una excitación ansiosa, mientras ajustaba su casco. A su lado, su ingeniero de carrera trataba de tranquilizarlo.
—Max, estamos optando por neumáticos intermedios. Parece que la lluvia será ligera al principio —dijo el hombre, intentando sonar seguro.
—Entendido —respondió Max, con la mandíbula tensa y los ojos fijos en la pista.
Podía escuchar el retumbar eufórico de los fanáticos en las gradas, calando profundamente en su interior; sabía que cientos de ojos estarían sobre él, atentos a cada maniobra suya. Unos juzgándolo y otros admirándolo, pero siempre atentos al campeón.
A medida que la bandera se ondeaba, los motores rugieron y la carrera comenzó, haciendo que el sonido se cortara en el aire debido a la aceleración estrepitosa de los monoplazas.
La salida de Max fue perfecta, manteniendo su posición al frente del pelotón. Cada curva y cada recta fue superada con pulcritud, con un perfecto enfoque y habilidad. Pero, al tratar de tomar ciertas curvas más estrechas, algo empezó a ir mal. El motor de su RB perdió potencia momentáneamente, y luego los frenos comenzaron a fallar intermitentemente.
—¡Estoy teniendo problemas de potencia y frenos! —gritó Max por la radio, su voz cargada de frustración.
—Max, estamos monitoreando. Mantén la calma —respondió su ingeniero, tratando de mantener la situación bajo control, mientras los otros pilotos se acercaban peligrosamente.
Súbitamente, en la primera vuelta, un desastroso accidente involucró a varios coches, pero sobre todo a Charles y Lando. Ambos pilotos se habían acercado demasiado, haciendo patinar ambos monoplazas hasta la grava, incluso causando que el Ferrari diera varias vueltas sobre sí, siendo un verdadero milagro que el halo evitará que Charles saliera herido.
—¡Safety car, safety car! —anunció el ingeniero de Lando. —Vamos a evaluar los daños.
—¡Maldita mierda! ¡No! —gritó Lando, golpeando el volante con frustración y rabia.
—Max. Accidente entre Norris y Leclerc. Todos están bien. Bandera roja —le informó su ingeniero.
El coche de seguridad entró en pista, y la tensión aumentó; los equipos evaluando frenéticamente los daños y ajustando sus estrategias.
Cuando la pista fue limpiada, y el coche de seguridad salió, el juego comenzó de nuevo, esta vez más intenso y reñido.
Max seguía luchando por mantener su posición al frente. De repente, una súbita remontada comenzó a darse por parte de los pilotos de Volkov Racing. Parecía que el incidente había beneficiado al dúo, puesto que sin previo aviso, ambos comenzaron a batallar, decididos a adelantar a Max.
De más estaba decir que los adelantamientos eran arriesgados, y cada curva comenzaba a representar un desafío para el neerlandés.
—¡Mierda! ¡Estos tipos no me dejan respirar! ¡Necesito quitármelos de encima! —exclamó Max por la radio, con clara molestía en su voz.
A medida que la carrera avanzaba, la degradación de los neumáticos de Max se hizo evidente. Su equipo decidió llamarlo a boxes antes de lo planeado.
—Max, entra en esta vuelta. Cambio de neumáticos, rápido —ordenó su ingeniero con urgencia.
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El Rey del Misterio
Romance🏁🏎️ En el año de 2027, la F1 se vería revolucionada con la llegada de una nueva escudería. Volkov Racing presentaría a su piloto estrella, Dmitri Volkov. Pero Dimitri presentaría a su nuevo compañero, el llamado "El Rey del misterio"🐉una figura e...