Episode 3: Rivendell

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Muchísimas lunas después de que Moundliz y Gandalf llegaran a Rivendell, Lord Elrond la acogió como una doncella más en el palacio, a medida que pasaba el tiempo, Moundliz crecía en gracia y belleza, se había convertido en la estrella brillante más preciada del reino, se había vuelto muy amiga de la princesa Arwen y casi parecían hermanas inseparables.

Muchísimas lunas después de que Moundliz y Gandalf llegaran a Rivendell, Lord Elrond la acogió como una doncella más en el palacio, a medida que pasaba el tiempo, Moundliz crecía en gracia y belleza, se había convertido en la estrella brillante má...

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La joven ahora se había convertido en una hermosa adolescente, y también comenzó a desarrollar poderes especiales por lo que Gandalf acudía cada semana o cada mes a enseñarle a controlar sus dones.

Todos en el reino sabían que las lágrimas de Moundliz eran como un néctar de vida, con sólo una lágrima podía devolver la vida a aquellos que yacían muertos, a las plantas que estaban secas, ella las volvía a revivir, a cada animal sacrificado por orcos, ella les devolvía la vida, y lo mismo aplicaba para los heridos en batalla, Moundliz con sólo tocar con la punta de su dedo en alguna herida, mágicamente ésta se cicatrizaba, era como la curandera de Rivendell, pero sus dones eran muy codiciados entre los otros reinos, pues todos la querían para que les den sus lágrimas y usarlas a beneficio propio, además de que Moundliz podía dar las bendiciones en la batalla y hacer que ningún soldado muriera, pero eso le consumía mucha energía y debía esperar a que anocheciera para recargar su poder en la fría noche junto a la luna.

Ella nunca lo supo, pero la luna cada noche la miraba con adoración, como una creación suya pisando la tierra, era su representación física en la tierra de los vivos, como una semidiosa, aunque eso no la excepcionaba de morir ante los peligros del mundo, pues wardos, arañas, trols y orcos solían acosar las fronteras y límites de Rivendell, buscando con mucho interés aquel tesoro preciado del reino.

Era un día soleado y despejado en el reino de Rivendell, la joven maga se había despertado antes que el sol, es más, ni siquiera se atrevió a cerrar un ojo en toda la noche, el brillo de la luna estaba diminutamente menos notable que otras noches,...

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Era un día soleado y despejado en el reino de Rivendell, la joven maga se había despertado antes que el sol, es más, ni siquiera se atrevió a cerrar un ojo en toda la noche, el brillo de la luna estaba diminutamente menos notable que otras noches, eso la inquietaba, tenía miedo de que la luna estuviera enferma, porque cuando la luna iluminaba tan poco, significaba que tiempos oscuros se estaban acercando.

Moundliz se levantó de la cama y tomó un libro de su pequeño estante junto a la ventana, abrió el libro y miró la primer hoja.

"Magia para tontos volumen 1"

Moundliz sonrió para ella misma y pensó "Gandalf", mañana el mago vendría a darle lecciones de magia como siempre solía hacerlo, últimamente se había concentrado en hacer magia de escudo protector, una fuerte barrera que impediría el paso a cualquier arma o magia oscura, sin más la doncella salió de la habitación y caminó tranquilamente hacia los jardines con el libro en la mano, los pajaritos, conejos y ciervos que vivían con ella en el bosque, se encontraban entre los jardines disfrutando de la paz, la chica sonríe y se sienta bajo la sombra de un árbol a repasar algunos hechizos para ponerlos en práctica cuando Gandalf llegara.

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MIENTRAS TANTO EN LA COMARCA
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Varios hobbits andaban de acá para alla, todos ansiosos haciendo los preparativos para el cumpleaños de Bilbo Bolsón, en su cumpleaños 111, Gandalf iría a visitarlo después de 60 años sin verlo desde su última aventura juntos, cuando derrotaron al dragón y velaron la muerte de sus amigos, cuyas aventuras Gandalf solía narrar a Moundliz como cuentos para dormir.

Un pequeño hobbit llamado Frodo Bolsón yacía bajo un árbol leyendo cómodamente un libro hasta que oyó los ruidos de una carreta, él feliz se levanta y se dirigió corriendo hacia una colina en donde Gandalf se aproximaba en una carreta. Frodo se para en la orilla de la colina y se cruza de brazos frunciendo los ceños, aparentando estar molesto.

-Llegas tarde. (Dijo de la forma más seria posible)

-Un mago jamás llega tarde, Frodo Bolsón. Siempre llega cuando es necesario y en el momento indicado. (Gandalf miraba seriamente hacia el hobbit hasta que Frodo comenzó a reír y se lanzó a abrazarlo)

-¡Que bueno volver a verte Gandalf! (dice el hobbit muy feliz de ver a su amigo)

-Si, es bueno volver mi buen Frodo, dime ¿cómo está?

-Bilbo está bien como siempre, sólo que más raro, bueno, más raro de lo usual. Ha comenzado a hablar sobre irse a un lugar, está todo el día encerrado revisando viejos mapas.

Gandalf miraba pensativo hacia el frente mientras manejaba la carreta, se había quedado en silencio unos segundos hasta que Frodo volvió a hablar con una sonrisa.

-Está bien, quédate con tus secretos pero todos aquí te quieren y te conocen, Gandalf.

-¿Ah si?

-Si, y te nombraron el "perturbador de la paz" desde lo que pasó con el dragón.

-No me digas ¿cuál dragón? Nunca hubo un dragón (Diría Gandalf con una leve sonrisa)

En un momento Frodo salta fuera de la carreta y se despide de Gandalf, él va hacia la casa de su amigo y toca dos veces la puerta con la punta de su báculo.

-¡No gracias! No me interesa ninguna subasta ni parientes lejanos.

-¿Y qué me dices de un viejo amigo?

La puerta se abre dejando ver a un hobbit de cabello canoso sonriendo y abrazándolo.

-¡Oh Gandalf, querido amigo!

-111 años ¿quién lo diría? (El mago abrazaba con alegría a su amigo y se detiene a ver su aparencia)
No has envejecido nada

El hobbit invita a pasar a su mago el mago y le ofrece algo de té mientras comenzaban a hablar.

-¿Así que te irás o no?

-Si Gandalf, necesito vacaciones, largas vacaciones en un lugar tranquilo en donde terminar mi libro

-Hm, oye Bilbo si vas a Rivendell de casualidad, hay una aprendiz mía que se llama Moundliz, a ella le encantará oír tus aventuras

El hobbit sonríe y saca una pipa, los dos se pondrían a fumar disfrutando de la noche.


Había fuerte música, todo el pueblo de La Comarca danzaba incluído Gandalf, en un momento Bilbo se para frente a todos para que le escuchasen hablar, dedicó unas palabras y desapareció, literalmente.

Gandalf algo alarmado se teletransporta a la casa de Bilbo dándole un susto, y tras darle un sermón para que al fin de despojara del anillo, el hobbit partió rumbo a Rivendell.

🌙 Hija de la Luna (Legolas x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora