-Sabes, empiezas a impacientarme un poco. He oído que puedes devolverles la vida a los muertos y puedes curar a un ejército tan sólo tocándolos, ¿eso es cierto?
La muchacha lo miraba fijamente sin decir ni una palabra, es claro que el rey tenía pensado un plan b en caso de que su cortesía no funcionara, así que la tomó con más fuerza de la cara hasta que ambos hicieron el contacto visual necesario para provocar un escalofrío en el cuerpo de la elfa.
-Hm, supongo que no me presenté debidamente. Soy Thranduil, el rey del Bosque Negro ¿usted tiene nombre, bella doncella?
-Moundliz... Mis amigos me llaman Moundliz (diría en forma de susurro)
-Ah pero mira eso, ¡si hablas! Oh mellon nïn, brusti fara enoc lë, don haia shei bï
La chica lo mira confundida, pues a pesar de vivir varios años en Rivendell, nunca aprendió la lengua élfica y se sentía más cómoda hablando el idioma de los hombres.
-Lo... siento majestad, no comprendo sus palabras (casi siente que se desfallece al ver el rostro de Thranduil)
-Eres una elfa, nuestra raza, ¿y no sabes hablar élfico? Eso es una blasfemia, en verdad Lord Elrond no tuvo consideración contigo... Pero yo sí lo haré, sólo debes darme una de tus lágrimas. Llora para mí
La albina abre los ojos sorprendida ¿cómo no se dio cuenta antes de las intenciones del rey? Él sólo quiere de sus lágrimas para usarlas a su favor, un favor demasiado mezquino, ya que las lágrimas debían brotar por la sincera compasión, no podían forzarse y eso es lo que quería Thranduil.
-Oh querida niña, lo harás por las buenas o... Por las malas (saca un cuchillo de su traje y le apunta hacia su cuello con el filo)
Adelante, llora.-No voy a llorar... Usted no es mi rey, no tengo ninguna intención de ayudarlo lord Thranduil... Usted es cruel, cruel como cualquier otra bestia, no entiende el dolor de los seres vivos, no piensa en su gente. Usted sólo piensa en sí mismo.
¡Plap! Una fuerte cachetada fue a parar en la mejilla de la elfa, el rey la había golpeado con desprecio al negarse ayudarlo, la chica respiraba agitadamente intentando reprimir las lágrimas que amenazan con salir de sus ojos.
Thranduil se percató de esto y la miró detenidamente, esperando el momento en que las lágrimas cayeran, y en el momento que una lágrima rebelde caería por las mejillas de la albina, el rubio posa su larga y varonil mano sobre la delicada mejilla de ella y recogería aquella lágrima.
-No fue tan difícil ¿o si? (se acerca a su frente y le da un beso)
Ahora serás mi bello diamante, sólo para mi.De la nada las puertas se abren, dejando entrar a un elfo rubio, alto, y bastante guapo, este elfo se acerca rápidamente y se interpone entre el rey y la joven.
-Alto, detente padre. ¿No ves que le haces daño? ¿Qué pasará si Lord Elrond
se entera que la trajiste contra su voluntad?-Legolas, retírate.
-No padre, he venido a informarte que se realizará un concilio en Rivendell y alguien debe ir como vocero.
-Perfecto, entonces tú irás en mi nombre, vas y vuelves ¿te quedó claro?
-Ella vendrá conmigo.
-¿Disculpa? Ella me pertenece.
-Padre... Debes devolverla a su hogar, ella ya dijo que no llorará por ti, ya no insistas o la lastimarás.
-¡Ja! ¿Te preocupas por una simple plebeya de pueblo? Por Eru, Legolas, no sabía que estabas tan desesperado por estar con cualquier doncella
-No es cualquier doncella, esta chica es la aprendiz de Gandalf el Gris y yo sé que ella es importante para él. Padre por favor, déjame escoltarla de regreso a su hogar.
Thranduil suelta un largo y profundo suspiro, se lleva uno de sus dedos a sus labios y lamería la gota de lágrima que robó de Moundliz, acto seguido se aleja de la antes nombrada y vuelve a su posición anterior, a sentarse en su trono.
-Si si, como sea, mándale mis saludos a Elrond. Ahora váyanse antes de que me arrepiente.
Un suspiro de alivio de ambos elfos parecía ser lo único que se escuchaba después de un incómodo silencio, Legolas ayudó a Moundliz a levantarse del suelo y con una daga cortó las sogas que amarraban sus brazos, la escoltó afuera de la sala y volvió a suspirar de nuevo.
-Estoy completamente apenado, lamento el comportamiento inapropiado de mi
padre, si te hizo sentir incómoda, lo siento mucho.-Descuida. Supongo que mis poderes son codiciados (le sonríe levemente sin mirarlo a los ojos)
-Legolas, mi nombre es Legolas ¿cuál es su nombre, joven doncella?
-Puedes llamarme Moundliz, todos lo hacen aquí.
-Moundliz... Luz de la noche, es un nombre muy bonito (sonríe para darle confianza a la chica)
Escucha Moundliz, mañana partiremos en el alba hacia Rivendell, con suerte llegaremos en dos días-De acuerdo, ah... Príncipe Legolas, gracias por ayudarme, si usted no hubiese interferido en esa situación, no sé lo que hubiese podido pasar.
- (Legolas la mira conmovido y vuelve a sonreírle) ¿Tienes hambre? Dentro de 30 minutos será la cena, si quieres puedo pedirle a los sirvientes que te traigan algo de comer, dudo que quieras pasar al gran salón después de lo que pasó con mi padre.
-Si, si gracias, en verdad ya me está entrando hambre.
-Que bueno, creéme que te encantará, conozco un buen lugar al que podemos ir sin que los guardias nos interrumpan.
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🌙 Hija de la Luna (Legolas x OC)
Fantasy"-Aún en la noche más oscura, tan sólo verte unos segundos, sabré que hay una luz a la cual puedo aferrarme". "-Sabes que no puedo ser esa luz a la que tanto anhelas, deberás aferrarte a otra cosa" "-No intentes convencerme, mi corazón es tan duro...