"-Aún en la noche más oscura, tan sólo verte unos segundos, sabré que hay una luz a la cual puedo aferrarme".
"-Sabes que no puedo ser esa luz a la que tanto anhelas, deberás aferrarte a otra cosa"
"-No intentes convencerme, mi corazón es tan duro...
Había acompañado a Moundliz a preparar su equipaje, debíamos viajar ligeros porque sería un viaje muy largo de 40 días, ella me llevó a su cuarto y algo en mí me ponía tímido, obviamente no le haré nada que ella no quiera, pero es extraño que una doncella me invitase a su habitación antes de partir hacia una aventura.
-Ven pasa, sólo agarraré mis frascos de pociones. (Me diría ella con esa voz tan dulce que ella tiene)
-¿Por qué los frascos están vacíos?
-Porque mis lágrimas son medicina, si llego a llorar en algún momento de nuestro viaje, lo mejor sería recolectar mi llanto en esos frascos en caso de emergencia.
-Sabes, no tienes qué hacer esto si no quieres (le digo preocupado)
-Legolas... (Ella me mira y se acerca a mí tomándome de las manos) Siento que vine al mundo a cumplir un propósito y creo que ésta es mi oportunidad para ayudar al mundo ¿lo entiendes, o no?
-Si, si, lo comprendo Moundliz pero... No siempre podré protegerte, digo, no es que no te protegeré, sólo que en el hipótetico caso de que las cosas se compliquen allá fuera, deberás valerte por ti misma y y-yo, temo por tu seguridad.
-Estaré bien, la luna me protegerá lo suficiente para completar esta misión.
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No podía dejar de verla, esa expresión de seguridad que me mostraba, me transmitía algo de paz, pero a la vez me transmitía un sentimiento raro, como si mis manos estuvieran temblorosas y mi estómago estuviera invadido por miles de mariposas revoloteando ¿acaso esto es...? ¡No! No puede ser, no puedo tener estos sentimientos por ella, después de lo que pasó con Tauriel me decidí que nadie más me rompiera el corazón.
Pero... ¿Y si ella es mi amor verdadero?
-¿Legolas, estás bien?
-¿Ah? Ah, s-si, estoy bien. Sólo estoy algo pensativo.
-¿En qué piensas mellon?
-¿Espada o arco? ¿Cuál arma te vendría bien a ti? (Le sonrío levemente)
-No lo sé, nunca se me dio bien el pelear pero puedo intentarlo, siempre y cuando seas tú el que me enseñe.
Le sonreí y asentí con la cabeza, la ayudé a terminar de empacar sus pertenencias y la llevé a la armería, agarré una espada y se la mostré, ella me miraba algo nerviosa... Eso es tierno, ¿qué estoy pensando? Legolas no te desconcentres de tu deber.
Como sea, ella empuñó la espada pero no lo hacía lo suficientemente alto así que tomé sus manos y la posicioné correctamente, juro que pude sentir como se puso tensa en el momento que nuestras manos se sujetaron con fuerza.
-Así, bien. Ahora intenta hacer un tajo
La espada era algo pesada para ella pero logró hacer un leve tajo en el aire, siguió practicando por ella misma hasta que sus músculos se acostumbraron, ella es una elfa, aprende muy rápido así que es suficiente para pasar al arco. Saqué una flecha y le di el arco, me coloqué detrás de ella tomando el arco y la flecha junto con sus manos y la guié hacia un blanco.
-Respira, no te tenses, relájate. (Le dije en forma de susurro)
-S-si, lo tengo. (Me dice nerviosa)
Ella dispara y le da en el blanco, es perfecta ¿acaso no hay algo que ella no haga bien? Diablos Legolas, quita eso de tu mente.
-Legolas, creo que me gusta más el arco y la flecha
-En ese caso, toma el arco y el carcaj. Creo que partiremos en 10 minutos
-Gracias. Por enseñarme, con esto puedo defenderme.
-Alto, aún te falta un combate conmigo.
-¿Huh? ¿Pelear contigo?
-Si, descuida sólo será un duelo amistoso y prometo no lastimarte.
Moundliz me mira dudosa pero termina aceptando, nos pusimos en pose de combate y le di el permiso de lanzar el primer golpe, es lenta, pero tierna, frené su puñetazo con mi mano y le doblé el brazo siendo cuidadoso de no rompérselo, ella me intenta dar una patada que yo esquivo y paso mi pie por entre los suyos y la hago tropezar, ella cae al suelo y yo me quedo sobre ella.
En ese momento sentí una chispa eléctrica en mi interior, algo se encendió en mi y era una sensación agradable, no me di cuenta pero la estaba sujetando de su muñeca con una mano y con la otra la había agarrado de la cintura.
Rápidamente me reincorporo sintiéndome apenado y la ayudo a levantarse del suelo, espero que no la haya puesto incómoda.
-Creo q-que ya pasaron los diez minutos, debemos ir con los demás.
-Ah, claro, si si, vamos (me sonrojo levemente)
Salimos de la armería luego de ese pequeño e interesante entrenamiento, fuimos hacia los jardines y todos nos estaban esperando, incluyendo a Lord Elrond. Me aparté un poco de Moundliz para darle su espacio de despedir a su padre y a su hermana la princesa Arwen, luego de eso, seguimos a Gandalf a las afueras de Rivendell y emprendimos el viaje a Mordor.
