Promesa

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La persona que estaba perdida en el sexo y lujuria despertó tras el grito de una voz conocida.

Jun Xiang miro su cuerpo y a la persona encima suyo y grito horrorizada, se movió rápidamente hacia una esquina y lloro desconsoladamente sin saber qué hacer.

- Padre, padre no sé qué paso, yo no quise hacer esto-. Exclamo entre lagrimas.

Algunos hombres no pudieron evitar ver con gran interés esta escena, sintiendo una corriente caliente dirigirse a ese lugar indescriptible, la chica en la esquina se veía como una presa indefensa haciéndola tan atractiva y seductora, su cuerpo suave y las curvas que la caracterizaban eran muy sexys y provocativas.

El emperador consternado por la situación dio una orden a sus guardias, revelando a la persona con la que se realizó esa escena.

- ¿Mi príncipe? -.

No había nada de sentido, había un hombre idéntico al segundo príncipe Lan Zhan en la cama completamente desnudo, todos voltearon a ver a su príncipe y visualizaron que este tapaba los ojos de la princesa heredera con una expresión de ira.

La emperatriz también estaba muy enojada, ella es la madre de Lan Zhan por supuesto sabe quién y cómo es su hijo, obviamente este hombre tenía el rostro, pero su comportamiento y actitud eran incomparable al de Lan Zhan.

- Que maldito hombre es capaz de hacerse pasar por mi hijo, esto es una gran ofensa al príncipe, arresten a ese lunático que se hace pasar por la familia real y llévenlo a la mazmorra-.

- ¡Si! -. Respondieron los soldados y se llevaron al hombre desnudo, este quiso escapar pero fue sujetado con tanta fuerza que no pudo hacer nada para liberarse.

El emperador estaba furioso regaño al ministro Jun por no educar a su hija y hacer una escena bochornosa que no solo empaño la reputación de su hija, sino que también quiso arrastrar consigo al príncipe heredero.

-Bastardo de trato como mi subordinado y tu insultas a mi familia de esta manera, es una vergüenza, ¿Acaso quieres ir contra la familia real? -

El ministro Jun se arrodillo pidiendo clemencia a su majestad, sus mocos invadían su viejo rostro haciéndolo parecer muy repugnante, mas Jun Xiang quien ya se había vestido no estaba dispuesta a aceptar tal cosa, obviamente ella fue elegida como princesa, el príncipe Lan Zhan se lo había dicho y le había hecho el amor, no es posible que suceda esto.

- ¡Majestad! ¡Majestad! No es mi culpa, yo estuve con su alteza Lan Zhan el me prometió que me haría su mujer, no puede ser, yo debo ser su esposa, Majestad por favor concédame un matrimonio con su alteza-.

La emperatriz vio esta escena y quiso abofetear a esa sin vergüenza.

- ¡Tonterías! Mi hijo no se apartó de nosotros en todo el banquete, y estuvo en todo momento con la princesa, ¿Cómo te atreves tu a hacer tales demandas? Eres una mujer desvergonzada, no solo no eres pura, sino que también quieres aferrarte a mi hijo, está claro que no me tomas enserio, señora Liu encierra a esa desvergonzada y trátala según las reglas del palacio-.

Yi Ling quien era la madre de Jun Xiang quiso salvar a su hija, sin embargo, su esfuerza como Omega fue inútil, y por sus reproches y maldiciones también fue llevada para ser castigada.

La emperatriz sentía que todo esto era una gran broma, y señalo nuevamente:

-Muy bien Yi Yang Xi , como concubina tienes una prima y sobrina tan desvergonzadas, sin sentido de la etiqueta y las reglas básica de comportamiento, ¿Acaso eso viene de familia?- se rio la emperatriz.

-Emperatriz no me culpe de cosas que no he hecho, lamento el comportamiento de mis familiares, pero no es razón para increparme estas cosas-. Sollozo la concubina Yi.

Recordando su pasado vergonzoso quiso buscar empatía en el emperador, mas este no se atrevía a mirarla.

Es un estúpido, pensó, hace años hizo una trampa de belleza a su majestad, metiéndose en la cama del emperador cuando este estaba borracho, al día siguiente el emperador vio la escena de sí mismo y la señorita Yi, y no tuvo más remedio que cumplir y ser responsable de ella, este era un método tan vergonzoso, pero fue suficiente para transformarla en una concubina, aprovecho la posición y la culpa de su majestad para aferrarse a él y que este no pueda decir no, esto provoco que la princesa heredera en ese entonces, es decir la emperatriz, sufriera un aborto espontaneo retrasándola para que ella diera a luz un niño imperial, de no haber sido por esto, su hijo no hubiera sido el primogénito y se hubiera perdido entre las muchas bellezas que llegaron después de ella.

La emperatriz furiosa se fue con su sequito, su hijo y su nuera, dejando al emperador para que arregle y termine todo este circo.

El emperador sintió dolor de cabeza y ordenó que se hiciera una investigación y encerraran a los culpables, luego se dirigió al palacio de la emperatriz culminado la celebración.

Al llegar pudo ver una silueta enredada en el patio, su hijo y su futura nuera se mostraban cariñosos tomándose la mano y abrazándose, era una vista tan dulce y envidiable que no pudo evitar ver esa misma imagen con él y la emperatriz como protagonistas hace mucho tiempo, en su juventud él era un joven enamorado, amaba mucho a la emperatriz y le prometió una vida juntos llena de amor, le juro que ella sería la única, sin embargo más tarde se dio cuenta de que las promesas no puedes hacerlas descuidadamente, y ese fue su mayor arrepentimiento.

Al entrar a los aposentos de su esposa pudo verla sentada en la terraza viendo a su hijo.

- ¿Los envidias? -. pregunto sin pensar.

Su esposa lo miro con una sonrisa irónica, y no respondió durante un largo tiempo hasta que menciono.

- Era una niña, ella ahora sería dama muy hermosa, estaría casada y es posible que ya me hubiera dado nietos-.

El emperador guardo silencio poniendo una mirada melancólica pensando en su hija no nacida.

- ¿Me odias? -. pregunto a su esposa.

-Sabes su majestad, quizás solo no era nuestro destino, nuestro amor no era lo suficientemente fuerte, no fui la mujer de su vida, ahora no tengo más pensamientos sobre lo que pudo pasar, solo te pido como tu esposa que apoyes a mi hijo y lo protejas, no recordemos más el pasado solo distorsionaras esos buenos momentos que pasamos-.

-Lo siento, no fui un buen esposo te hice sufrir-.

Se derramaron lágrimas de los ojos de la emperatriz bañando su hermoso rostro.

-Está bien no hay nada más que decir-.

El emperador no menciono nada más y se fue con cabeza baja, solo tenía que cumplir con la última petición de su esposa, solo así podría compensar lo que le había hecho.

- Después de un rato pídale al segundo príncipe que venga a mi palacio-. Ordeno a los sirvientes, y estos bajaron la cabeza asintiendo.

En el palacio del primer príncipe una doncella se tocaba el rostro que sangraba mientras su cuerpo temblaba.

- ¡Búsquenlo!,¡Busquen a Jin Guang Yao!-.

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⏰ Última actualización: Jul 29 ⏰

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