🔥Extra🔥

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El siguiente capítulo o Extra es +18, quien lo lea será bajo responsabilidad propia.

Sus labios impactaron contra los míos casi al instante, recibí el beso, gustosa, sintiendo la suavidad de ellos contra los míos, su lengua se adentró en mi cavidad bucal, iniciando una especie de juego donde las caricias y los lenguetazos eran los protagonistas.

Su aroma inundó mi nariz, su dulce olor a vainilla mezclada con perfume masculino me hizo sentir plena y en paz.

Sus manos viajaron a mi nuca, posándose allí, a la vez que el calor aumentaba en la habitación. Poco a poco, el beso se tornó más candente e intenso, ya no era tierno ni pausado, para nada. En cambio, se tornó húmedo y un poco agresivo, pero sin perder su estilo de besar.

Nuestras respiraciones acompasadas se tornaron pesadas, mis manos acariciaron su torso, sintiendo la tela de su camiseta contra mis dedos, de repente sentí la necesidad de quitársela, parecía ser que él tenía la misma idea, ya que tomó el dobladillo de esta y se la quitó, hizo lo mismo con la mía, dejándome solamente en sostén y falda.

Sus labios descendieron de mi boca hacia mi mentón, repartiendo pequeñas mordidas en él.

Luego, se inclinó hacia mí oreja y susurró en ella:

—Eres hermosa. —su tono bajo y grave erizó la piel sensible de mi cuello.
Apenas había terminado de decir aquellas palabras cuando mordió el lóbulo de mi oreja, las caricias que realizaban mis dedos en su torso se detuvieron, pero no los aparté de su cuerpo, más bien, seguí bajando hasta tocar el elástico de sus jeans.

—Tranquila, —interrumpió el recorrido que llevaba mi mano— tenemos todo el tiempo del mundo.

Dicho eso, sus besos siguieron bajando por mi cuello, repartiendo mordidas que de seguro me dejarían marca, pero no importaba, mientras vinieran de él, las recibiría sin quejarme.

No se detuvo ahí, sus dedos expertos encontraron el broche de mi sostén, sentí como con suavidad lo desabrochó poco a poco, una parte de mí aún sentía pudor, mientras que otra parte no le importaba.

James pareció notar mi indecisión en mis ojos, ya que se detuvo y me miró directamente a ellos.

—Si no estás cómoda sabes que puedes decírmelo, ¿verdad?

—Estoy bien. No te preocupes.

Me besó en los labios nuevamente, como si quisiera eliminar mis dudas, cosa que logró, mis inseguridades se desvanecieron como la nieve en primavera.

Me arrastró con su cuerpo a la cama que se encontraba detrás suyo, mi cuerpo cayó sobre la superficie suave y acolchada de esta. James colocó su cuerpo sobre el mío para repartir caricias por mis muslos, un escalofrío recorrió mi columna vertebral, sus dedos subieron por ellos hasta tocar mi falda, se coló bajo de ella mientras palpaba mi humedad por encima de mis bragas. Un espasmo me recorrió, pareció notarlo ya que sonrió con sorna.
—¿Estás segura? —preguntó con duda.

Asentí.

—Hazlo. —ordené y acató sin dudar.

Su rostro se cernió entre mis piernas, apartando la tela de las bragas mientras que su lengua se apoderaba de mi sexo con lamidas rápidas y deliciosas. Arqueé mi espalda al instante, siendo presa del éxtasis. Sus lamidas no se detuvieran ante aquello, en cambio, aumentaron, haciendo que soltara más humedad de entre mis piernas.

Sentí que iba a explotar ante las sensaciones que me abarcaban. Su labor no terminó ahí, dos de sus dedos se introdujeron en mi interior haciéndome jadear, tocando aquel punto que me hacía estremecer.

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