Capitulo 25

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Un mes después

James

¿Cómo se lo digo?

¿Lo tomará bien?

No puedo decírselo, la lastimaré.

Seguramente me odie después de que le diga...

¿Y si no le digo?

Nerissa

-Buenos días mi amor.

-Buenos días Luna-Dijo mientras me daba un beso-.

Noté algo raro en su rostro, pero no le tomé importancia.

Salimos a caminar un rato al mall, yo llevaba un vestido celeste ajustado en la cintura, unos tacones bajos blancos, un collar de cisne y una cartera de mano blanca.

Salimos a caminar un rato al mall, yo llevaba un vestido celeste ajustado en la cintura, unos tacones bajos blancos, un collar de cisne y una cartera de mano blanca

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(Algo así)

Estábamos mirando en más tiendas, yo ya llevaba 5 bolsas de compras en las manos, había comprado ropa, pulseras, collares, entre otras cosas, incluído un regalo para James, que se lo compré sin que él viera lo que le había comprado.

-¿No crees que ya hemos comprado muchas cosas, mi Luna?

-Nop, aún faltan unas velas, unas sales de baño y unos ovillos de lana, además, tenemos que cenar, aún no comemos.

Sigo Sonriendo y él solo volteó los ojos e hizo un gesto de puchero.

-Vamos, entre más rápido compremos las cosas, más rápido nos iremos de aquí.

James empezó a correr conmigo de la mano, buscando la tienda de las velas.

Entramos, me apuró para que eligiera la vela, compré y nos fuimos.

-Calma, calma, que quiero mirar.

-Tenemos que comprar las cosas.

Siempre que actuaba así parecía niño pequeño.

Luego de comprar todo, nos sentamos a comer.

James se veía un poco nervioso.

-¿Qué pasa mi niño? Te ves raro.

-No pasa nada Luna, tranquila.

No le pregunté más y solo seguí comiendo el sushi mientras lo miraba, el seguía mirándome con nerviosismo.

James

Ya sé dió cuenta que algo te pasa, eres muy malo mintiendo.

Tienes que decirle lo que pasa.

-Luna, ve para la casa.

-Vamos.-Dijo ella-.

-Solo tú.

-¿Por qué?

-Yo voy a ir más tarde, quiero comprarte algo.

Definitivamente eres muy malo mintiendo.

-Amor, me estás preocupando, ¿qué sucede?

Es que yo...

No no, no puedo decirle.


-No pasa nada mi Luna, pero, quiero comprarte algo y necesito que no sepas lo que te compraré, si quieres ve a la casa y acuéstate a dormir, que ya se hizo tarde.

Ella se fue, aún sospechando de que algo me pasaba.

Y es cierto.

Cállate mente.

Nunca.

Luego de una hora, regresé a la casa, haciendo todo el menor silencio posible.

Niam se despertó y me preguntó lo que pasaba.

Le expliqué y aunque lo tomó mal, no tenía otra alternativa que ayudarme a preparar mis maletas.

-¿Estás seguro de esto?

-No tengo otra opción.

Le pasé la carta a Niam, que decía como destinatario Nerissa.

-Cuídala mucho, por favor.

-Lo prometo, está en buenas manos, está con su hermana, tranquilo.

Suspiré, la abracé, me acerqué a la puerta, abriéndola y salí.





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